Vox amplifica su apología del franquismo mientras un PP incómodo busca apartarlo del debate público
Los ultras incendian las instituciones con su defensa de la dictadura. PP y Vox se ausentaron el pasado 16 de diciembre del primer homenaje oficial a las víctimas organizado por el Congreso.
Madrid-
En 2025 se cumplirán 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco y el Gobierno ha anunciado su intención de conmemorar el medio siglo de libertad que trajo consigo el fallecimiento. Como contó este medio, el Ejecutivo busca, sobre todo, hacer pedagogía entre los más jóvenes, expuestos ahora más que nunca a un relato alternativo de la historia de España en las redes sociales, donde los bulos se propagan como la pólvora, se reescribe la realidad y se fabrica un nuevo estado de opinión. El gran beneficiado, la extrema derecha.
Y por eso Vox, ante la ofensiva del Gobierno, se ha lanzado a amplificar su apología del franquismo. El pasado 26 de noviembre, durante el debate sobre la votación del nuevo presidente de RTVE en el Congreso de los Diputados, el diputado ultraderechista Manuel Mariscal defendió que "gracias a las redes sociales muchos jóvenes están descubriendo que la etapa posterior de la Guerra Civil no fue oscura, como nos vende este Gobierno, sino una etapa de reconstrucción, de progreso y de reconciliación para lograr la unidad nacional". Estas declaraciones fueron retiradas del diario de sesiones.
Dos días más tarde, era su compañero de escaño Juan José Aizcorbe quien cargaba contra el Gobierno por intentar “imponer por ley la interpretación” de la Guerra Civil “promoviendo una lectura de la contienda española como una suerte de buenos buenísimos y malísimos, con una ensoñación de un bucólico e imaginario paraíso republicano inexistente, donde campaba una democracia plena y una patulea de militares fascistas que lo destruyeron a sangre y fuego”. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, se plantó entonces y avisó a Vox de que no permitiría que se haga “apología del franquismo” en el Parlamento.
Pero una semana después, Juan García-Gallardo, exvicepresidente del Gobierno de Castilla y León y ahora líder de Vox en esa región, volvió a defender la dictadura franquista durante un pleno en las Cortes. "De los 145 años de historia criminal [refiriéndose al PSOE] solo se vio interrumpida durante 36 años que ustedes no pudieron robar. ¿Adivine usted qué años fueron esos?", dijo en una clara alusión al tiempo que duró el franquismo. Al día siguiente, desde Argentina, Santiago Abascal defendía ante el foro ultraderechista mundial CPAC que el PSOE había hecho “cosas terribles” como “provocar guerras civiles”.
Aunque no son extraños en Vox este tipo de afirmaciones sobre una dictadura que causó, según los historiadores, 150.000 muertos, la claridad con la que lo hizo, sobre todo, el diputado Manuel Mariscal en sede parlamentaria encendió las alarmas. En la presidencia del Congreso, en el Gobierno y también en la oposición que representa el Partido Popular, aunque por cuestiones diferentes. El PP quiere sacar al franquismo del debate público y está incómodo ante los planes de Pedro Sánchez de impulsar una agenda de actos conmemorativos el año que viene.
El PP, "atrapado"
Como en otros asuntos de calado ideológico, el PP de Alberto Núñez Feijóo se ve "atrapado", según reconocen fuentes populares, entre la izquierda y la extrema derecha. Y por eso Feijóo ha decidido dar una patada hacia adelante y criticar así los eventos que prepara el Gobierno por la muerte de Franco: "Ellos, con su amargura a volver a los años cuarenta, cincuenta, sesenta y los setenta... ¡Qué pereza dan!". Según el presidente nacional del PP, en el Ejecutivo actúan como "nostálgicos del enfrentamiento entre españoles".
En una conversación informal con periodistas esta semana, Feijóo defendió que él "celebra" la democracia y que "lo lógico" sería celebrar el aniversario de la Constitución de 1978 en 2028. Fuentes de su cúpula explican que su reconocimiento y condena de la dictadura franquista es total y que no ven que esto genere división en la sociedad, pero insisten en que Sánchez lo exprime para "desviar la atención".
En 2019, cuando el Gobierno de Sánchez exhumó los restos del dictador de Cuelgamuros, Feijóo, entonces presidente de la Xunta de Galicia, también cuestionó la decisión como todo su partido. Pero nunca había sido tan categórico como ahora. Sigue así el camino marcado por Isabel Díaz Ayuso, la primera dirigente del PP en cargar contra los planes del Gobierno, que llegó a decir que Sánchez "ha enloquecido" y "ha decidido quemar las calles y provocar violencia". Ayuso ha bautizado el 2025 como el "Francaño" y todo el PP está decidido a hacer suya esta ironía para despreciar los actos conmemorativos.
Además, PP y Vox se ausentaron el pasado 16 de diciembre del primer homenaje oficial organizado por el Congreso a las víctimas de la dictadura franquista.
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