Sánchez abandera la defensa del Estado palestino ante la tibieza internacional y la izquierda le pide más contundencia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está empleando gran parte de su capital político a nivel internacional en avanzar hacia la solución en Oriente Medio entre Israel y Palestina. Lo ha dejado claro en varios foros europeos e internacionales y sus palabras incluso provocaron una crisis diplomática, en principio ya solventada, con el país hebreo. 

Pero España no se ha sumado a la denuncia de Sudáfrica ante la Corte Penal Internacional para acusar a Israel de genocidio como piden sus socios de la izquierda. Sumar, IU o Podemos reclaman más contundencia y piden expresamente que España se sume a la iniciativa sudafricana. Estos tres partidos participarán además en las manifestaciones convocadas en diferentes ciudades este sábado con el lema "Paremos el genocidio en Palestina" y con la exigencia de poner fin al comercio de armas y las relaciones con Israel. 

Una de las ministras del Gobierno de Sánchez que más clara se ha mostrado en sus declaraciones ha sido Sira Rego, ministra de Juventud e Infancia. Este mismo jueves, en un acto que contó con la participación de Público, señaló que "se está aniquilando a un pueblo, pero también se está acabando con un sistema de derecho". "Lo que pasa en Palestina nos interpela a todos y debe estar en la agenda de todos los demócratas del mundo", añadió. 

Distintos cargos de Sumar se han reunido durante esta semana con Francesca Albanese, Relatora Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en territorio palestino ocupado. Según los datos ofrecidos por Albanese, los ataques de Israel han matado a más de 24.000 personas en tres meses (de las cuales 10.000 eran niños), han dejado 60.000 heridos y han destruido más del 60% de la infraestructura civil de Gaza.

La batalla de Sánchez es diferente, a nivel diplomático y especialmente en el interior de la UE. Ante una comunidad internacional con una tendencia proisraelí, el líder del Ejecutivo se ha destapado como una voz firme en defensa del pueblo palestino y el reconocimiento de su Estado. Lo ha mostrado en diferentes escenarios durante estos últimos meses. Incluso en una conversación cara a cara con Benjamín Netanyahu en la que le afeó las víctimas civiles palestinas. Algo que provocó el cabreo israelí. 

La última ocasión que ha tenido Sánchez ha sido en el marco del Foro económico de Davos. En un plenario lleno de líderes internacionales y grandes empresarios, Sánchez puso sobre la mesa la importancia del asunto. "La futura estabilidad del mundo se está decidiendo en Ucrania y Gaza mientras hablamos", afirmó. 

"Ancianos, mujeres y niños inocentes que han perdido sus casas, sus trabajos, sus familias. Y ahora están a punto de perder la esperanza", añadió sobre las más de 24.000 personas asesinadas. Sánchez siempre comienza sus intervenciones sobre "el reconocimiento del legítimo derecho de Israel a defenderse". Pero, a la vez, exige "el respeto del Derecho Internacional Humanitario". 

"Por eso, hoy aquí, quiero reiterar -una vez más- la necesidad de un alto el fuego inmediato y de convocar una conferencia internacional para poner en marcha una solución definitiva a este largo conflicto. Una solución que reconozca la existencia de dos Estados, Israel y Palestina, que vivan en paz y seguridad", destacó el presidente en ese mismo foro. 

Previamente a ese discurso, Sánchez participó en un encuentro informal temático sobre Oriente Medio en el que compartió impresiones con otros dirigentes políticos. El objetivo del Gobierno es convencer a algunos de los socios europeos para que se sumen al reconocimiento del Estado palestino. Si eso no sucede, Sánchez se ha comprometido públicamente a que España lo haga de forma unilateral. Y que sea además esta legislatura. 

Los socialistas mantienen la posición de Sánchez también sobre el papel. En el documento estratégico que el partido debatirá y aprobará este fin de semana en la convención política que se celebra en A Coruña hay una amplia referencia al conflicto. 

"La comunidad internacional deberá acompañar a las partes y proporcionar una perspectiva de solución seria, justa y creíble basada en la fórmula de los dos Estados, Palestina e Israel, que convivan uno junto a otro, en paz y seguridad. Eso implica trabajar por el reconocimiento del Estado de Palestina por parte de los países occidentales que aún no lo han hecho –incluyendo España y la mayoría de países occidentales–, y también por el reconocimiento de Israel por sus vecinos y otros países", destaca el texto. 

Quien elevó el tono del discurso este viernes fue Josep Borrell, alto representante de la UE. Acusó a Israel expresamente de crear Hamás para debilitar a Fatah. "Todo el mundo apoya la solución de dos Estados. Todo el mundo lo dice, menos el Gobierno israelí", añadió. Y cargó de forma directa contra Netanyahu al señalar que lleva 30 años "boicoteando personalmente" la solución de dos Estados. 

¿Operación en el mar Rojo?

Las manifestaciones de este sábado y las declaraciones de Sánchez en Davos llegan en un contexto muy marcado por las incógnitas sobre las operaciones militares en el mar Rojo. De forma oficial, la posición en estos momentos de España es que no participará de forma directa en la ofensiva de EEUU y Reino Unido, que bombardearon Yemen hace unos días. El presidente del Gobierno sí se abrió a enviar "oficiales de enlace", una petición estadounidense. Nada más se sabe por el momento.

Pero esta semana algunos medios de comunicación han publicado que en los próximos días la UE en bloque, también España, se sumará a las operaciones. El Gobierno no lo confirma y desde la izquierda se ha vuelto de nuevo a alertar sobre la situación. IU, por ejemplo, mostró este jueves su rechazo en un comunicado.

"Cualquier envío de tropas para intervenir en acciones de guerra debe pasar previamente por un debate amplio y por el pronunciamiento de cada uno de los grupos en el Congreso", afirma el portavoz parlamentario de IU, Enrique Santiago. También desde Podemos se han mostrado críticos con esta posibilidad en la misma línea.