Este artículo se publicó hace 11 años.

Las multinacionales escaparán al control político con el Tratado de Libre Comercio UE-EEUU

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Alejandro López de Miguel

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La opacidad del proceso
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Una petición de información rechazada por la mayoría parlamentariaEl pasado 7 de mayo la aplastante mayoría del Congreso de los Diputados decidió rechazar una moción planteada por la Izquierda Plural, que pedía al Gobierno de Rajoy que se plantase ante Europa y paralizase las negociaciones del TTIP, algo que rechazaron la mayoría de los grupos de la cámara. De hecho, PP, PSOE, UPyD, y PNV también votaron contra la propuesta de convocar un referéndum para que los europeos decidiesen si quieren o no un tratado que a todas luces afectará a su día a día. En último término, el PP volvió a echar mano del rodillo de su mayoría absoluta para impedir la apertura de una comisión que en medio año pudiera explicar a los españoles cómo les afectará la firma del tratado, lo que parece reforzar la tesis de los grupos contrarios al acuerdo."El PP tiene miedo a preguntar a los ciudadanos, que para él son meros consumidores", denuncia Ricardo Sixto. "Han colocado, sin ningún pudor, los intereses de las grandes empresas transnacionales por encima de los derechos sociales y laborales, sin importarles que para ello haya que laminar las normas democráticas que rigen el Estado de derecho", explica. "Para el PP el tratado resulta muy ventajoso tal y como se está negociando. Así lo dijo el diputado del grupo parlamentario popular que intervino en contra de la moción que presentó Izquierda Unida. Según sus palabras 'es necesario que estadounidenses y europeos nos pongamos de acuerdo en las nuevas reglas para el comercio y la inversión. Sólo así se va a conseguir liberalizar sectores con complejas normas de seguridad como los automóviles y los productos alimentarios'. Creo que estas palabras son bastante esclarecedoras", concluye Sixto. 

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