Aumenta la tensión en Venezuela a horas de la investidura de Maduro
El Gobierno venezolano mantiene desplegado un importante contingente de fuerzas policiales, militares y sociales en las calles de Venezuela, en particular en las inmediaciones del Palacio de Miraflores.
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Venezuela está a las puertas de un nuevo mandato presidencial. Ocurrirá este viernes 10 de enero, cuando tenga lugar la investidura de Nicolás Maduro ante la Asamblea Nacional que le convertirá en el máximo mandatario del país los próximos seis años. Lo que en muchos países sería un día tranquilo de himno nacional, banda presidencial y discurso público, en Venezuela todo apunta a que estamos ante un nuevo choque de trenes.
La situación es gráfica: por un lado, el Gobierno venezolano mantiene desplegado un importante contingente de fuerzas policiales, militares y sociales en las calles de Venezuela, en particular en las inmediaciones del Palacio de Miraflores, sede central del poder político. Un mensaje que busca transmitir la capacidad y disposición a defender la toma de posesión de Maduro ante las diferentes amenazas.
Por el otro, María Corina Machado ha anunciado que este jueves tendrá lugar el llamado "día D", fecha en que están convocadas protestas a nivel nacional. Un llamado a retomar las calles mientras Edmundo González continúa su gira internacional, con una parada en Panamá este miércoles, y el anuncio de que estará en Caracas el 10 de enero para jurar su cargo como presidente.
Y así, con una oposición anunciando que llegó el momento decisivo y un Gobierno y un Estado que despliegan todos sus resortes de fuerza ante posibles contingencias, se suceden los días previos a la fecha de marras.
La diferencia, como ya ocurrió en episodios pasados del largo conflicto venezolano, es que el segundo ejerce un poder real, mientras que el primero anuncia un poder que por el momento no ha logrado demostrar.
La defensa de Miraflores
Maduro firmó la noche del martes el decreto presidencial para activar, "por primera vez", el "Órgano de Defensa Integral (ODI)", que es el "órgano superior a nivel nacional, estatal, municipal, parroquial y comunal, que integra todo el poder político de Venezuela, el poder popular, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), la Milicia Nacional Bolivariana y las fuerzas policiales".
El anuncio contó con la presencia del ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, hombre clave en la dirección de la FANB, después de informar sobre la detención de "siete mercenarios extranjeros, dos de ellos de Estados Unidos". Con esos nuevos detenidos, el número de "mercenarios" arrestados desde agosto asciende, según el Gobierno, a 132. Son de diferentes nacionalidades, como colombianos, peruanos, albaneses, españoles o israelíes, aseguran.
La activación de la ODI forma parte de la política de movilización desplegada por el Gobierno, liderada por Maduro, la FANB y en particular Diosdado Cabello, ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz. Cabello asumió el cargo en el contexto de la crisis postelectoral, y adquirió desde entonces un volumen político, comunicacional e institucional cada vez mayor. Un peso específico que ahora, en el contexto de una inminente toma de posesión, ha alcanzado su cénit.
Así Cabello, histórico hombre fuerte del chavismo, no cesa de enviar mensajes a la ciudadanía día tras día. Este lunes en rueda de prensa afirmó: "Quien intente actos de violencia, de desestabilización, que asuma su responsabilidad. La respuesta será contundente". El martes lideró una reunión con los llamados "Colectivos" en Caracas, sectores organizados del chavismo conocidos por su despliegue motorizado: "Si ustedes fascistas y terroristas se atreven, se arrepentirán toda su vida. Defenderemos el Palacio pero luego pasamos al contraataque”, declaró desde el Parque Ezequiel Zamora, situado a corta distancia de Miraflores y del barrio 23 de Enero.
Entre la amenaza y el 'bluf'
"Venezolanos, aquí van las señales. Uno: todos es todos, toda la familia, hasta las abuelas, en paz, que nadie se pierda este día. Dos: tu franela, elige tu color, amarilla, azul o roja (…) esto es hasta el final", dijo Machado en el mensaje de tono épico enviado para la convocatoria del jueves. La incertidumbre sobre cuánta gente asistirá se debe a la poca concurrencia que tuvieron sus últimos llamados, así como al despliegue del Gobierno que convocó una movilización para ese mismo día.
Machado, que se encuentra en un lugar desconocido y dejó entrever que podría estar ese día en las calles, envió su mensaje al tiempo que Edmundo González continúa su gira internacional en busca de apoyo y reconocimiento de lo que afirma fue su victoria presidencial. González ya estuvo en Argentina, Uruguay, y pasó 48 horas en Washington, donde se reunió en primer lugar con el presidente saliente Joe Biden.
Los resultados de la reunión presidencial fueron escasos en anuncios: "(Biden) me acompaña de corazón, me acompaña en el esfuerzo que estamos haciendo y que es recibido con simpatía", contestó al ser preguntado si el Gobierno estadounidense lo acompañaría a Venezuela el próximo 10 de enero. González se reunió, a su vez, con actores del ámbito republicano, como el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, o el próximo asesor de Seguridad de Donald Trump, Mike Waltz.
El encuentro con Waltz resultó importante por el cargo que tendrá en la administración entrante en la Casa Blanca, y su postura ante Venezuela de "máxima presión", en desacuerdo con quienes, desde Estados Unidos, apuestan por una vía de conversaciones, acuerdos migratorios y negocios energéticos. Trump, por su parte, ha mantenido el silencio, señal probablemente del recuerdo de 2019, cuando la oposición venezolana le vendió que Juan Guaidó iba a liderar un "cambio de régimen" que nunca ocurrió.
Las probabilidades
La mención a Guaidó se volvió cada vez más frecuente en los últimos días en vista de la repetición de hechos ya acontecidos en 2019: la petición de los opositores a la FANB para no obedecer a Maduro, el anuncio de un "día D", así como la gira internacional para conseguir respaldo diplomático y económico. En este caso, el apoyo internacional es menor al de Guaidó, y la oposición parece nuevamente marcada por la distancia entre lo que anuncia en redes sociales y lo que efectivamente dispone en las calles o los cuarteles.
Una de las incógnitas en el día de la investidura es si ocurrirá algo disruptivo este jueves, o si González intentará, como anuncia, llegar a Venezuela acompañado de expresidentes de derecha reunidos en la Iniciativa Democrática para España y las Américas. "Los estamos esperando, nadie los está invitando, su presencia aquí es una acción de invasión a un país, van a ser detenidos", afirmó Cabello al respecto.
La situación de arrestos en el país tuvo relevancia en las últimas horas a partir de denuncias de nuevas detenciones, como del dirigente opositor Enrique Márquez y del director de la ONG Espacio Público, Carlos Correa. Por esa razón, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este miércoles que no irá a la toma de posesión en Caracas. El colombiano no será el único mandatario progresista de la región ausente: tampoco acudirán Lula da Silva, de Brasil, y Claudia Sheinbaum, de México, aunque enviarán una representación a Caracas.
La inminencia de la investidura de Maduro deja preguntas abiertas. Una de ellas, central, es si efectivamente el Gobierno de Estados Unidos pasará a reconocer a González oficialmente como presidente de Venezuela a partir del viernes. O qué hará una Unión Europea que se mantiene muchas veces en zonas grises diplomáticas. Por el momento, no son pocos quienes apuestan a que Maduro acudirá ante el poder legislativo este viernes para iniciar su nuevo mandato.
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