La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, hará campaña en las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el próximo 28 de mayo. Hasta aquí, la única certeza acerca de la participación de Díaz en la carrera electoral en el contexto de un mapa de la izquierda transformadora difícil de interpretar.

No está claro si los colores y símbolos que constituyen la leyenda de este mapa sirven para facilitar la lectura cartográfica de la izquierda o, al contrario, dificultan aún más el trazado de cualquier itinerario. Las lecturas autonómicas y municipales de la situación de la izquierda se superponen y entrelazan con la visión estatal, tan o más compleja que la de los territorios, y el único factor común en un contexto dominado por la diversidad es Yolanda Díaz; o, más bien, la coincidencia de que todos los actores ven a la vicepresidenta como un elemento muy importante en sus campañas electorales.

Esto es lo que se deduce de que prácticamente todas las fuerzas que concurren a estos comicios hayan pedido al equipo de Díaz su apoyo en alguno de los actos que preparan de cara a las próximas semanas. Hay peticiones en el plano estatal, en el plano autonómico e, incluso, desde los municipios; y cada organización y candidatura tiene sus propios argumentos para solicitar la participación de la vicepresidenta en sus mítines.

De momento, el equipo de la titular de Trabajo no ha resuelto ninguna de estas demandas, y continúan estudiando cómo definir, sobre todo, el rol de Díaz en aquellas comunidades en las que la izquierda concurre y compite en distintas candidaturas a la vez que son plazas clave en el ciclo electoral, como la Comunidad de Madrid o el País Valencià.

Podemos está entre las formaciones que han solicitado formalmente a la vicepresidenta su apoyo. Su secretaria general, Ione Belarra, y varios de sus dirigentes le han pedido hacer campaña por sus candidaturas en varias ocasiones, y el último llamamiento público más contundente se produjo en el Consejo Ciudadano Estatal que precedió al acto de Díaz en Magariños (Madrid), cuando Belarra ofreció a la titular de Trabajo cerrar un acuerdo para las generales y hacer campaña "juntas" para el 28M.

La petición de Podemos y los casos de València y Madrid

De hecho, la secretaria de Organización del partido, Lilith Verstrynge, le ha remitido al jefe de gabinete de Díaz, Josep Vendrell, un calendario con propuestas sobre aquellos territorios donde más haría falta ese "efecto Yolanda Díaz" al que apela la izquierda transformadora, aunque de momento no se ha cerrado ningún itinerario en este sentido.

A la formación morada las plazas de Madrid y de València, donde compiten con Más Madrid y Compromís en el espacio progresista, le parecen muy relevantes. Tanto en las capitales como en las autonomías, la fuerza de Podemos e Izquierda Unida (junto a Alianza Verde y, en el caso valenciano, también junto a El Verds) y sus resultados electorales pueden decantar la conformación de un gobierno progresista o de uno conservador. En Madrid, por ejemplo, si la candidatura de Alejandra Jacinto no entra en la Asamblea, la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso podría ser una realidad; en el ayuntamiento, si los de Roberto Sotomayor se quedan fuera, el consistorio podría estar prácticamente garantizado para José Luis Martínez Almeida.

En el acto de Magariños, donde Yolanda Díaz anunció que quería ser candidata a las generales, estuvieron presentes tanto Más Madrid como Compromís, que mostraron públicamente su respaldo a Sumar, y la vicepresidenta tuvo palabras explícitas de agradecimiento para Mónica García y Rita Maestre. De los dirigentes de Podemos directamente implicados en las autonómicas solo estuvo presente en este evento Héctor Illueca (candidato de Podemos e IU a la Generalitat Valenciana), después de que la dirección de la formación morada decidiera no asistir si previamente no se cerraba un acuerdo para las elecciones a nivel estatal (que se celebrarán, previsiblemente, en diciembre).

Pese a que algunas voces han apuntado ya que Díaz no estará en la campaña de ninguno de estos dos territorios (donde distintas candidaturas de la izquierda compiten entre sí), el equipo de la vicepresidenta no ha descartado en ningún caso esta opción. En todo caso, la fórmula bajo la que la vicepresidenta acudiría a estos territorios es una incógnita y forma parte de las piezas a encajar en el complejo mapa de la izquierda para el 28M.

Las peticiones a la ministra de Trabajo para que haga campaña trascienden a Madrid y València. Muchos de los territorios donde Podemos e Izquierda Unida representan la única candidatura de la izquierda transformadora han contactado con Díaz o con su equipo para pedir su respaldo, al entender que que en estos lugares se dan mejores condiciones para ello porque no hay competencia dentro del espacio.

Municipios y autonomías donde reina la unidad

En comunidades como La Rioja, donde el PSOE y Podemos-IU se juegan revalidar el gobierno de coalición frente a una derecha que también tiene opciones de alcanzar el ejecutivo, consideran muy importante la participación de Díaz, que puede servir como empuje para terminar venciendo al Partido Popular y al resto de las fuerzas conservadoras. También se ha dado casi por sentado el viaje de la titular de Trabajo a Navarra, donde la izquierda cerró el primer acuerdo de unidad de todo el Estado.

Está el caso de Rivas (Madrid), una ciudad cuya alcaldesa, Aída Castillejo (IU), ha pedido a la vicepresidenta hacer campaña porque este municipio es, a su juicio, un "referente" de las políticas de izquierdas que blindan los servicios públicos y avanzan en derechos sociales. "En Rivas no estamos hablando de cómo intentamos mejorar las cosas desde la oposición, sino que lo hacemos desde el gobierno, desde donde se toman las decisiones y desde donde de verdad podemos mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos y de nuestras vecinas. Rivas es una ciudad en la que nos gusta referenciarnos", comentaba Castillejo en una entrevista con Público.

Aunque los partidos ven en la participación de Díaz un factor importante para las elecciones, todos están volcados en la campaña electoral, al margen del itinerario o plan final que decidan la vicepresidenta y su equipo. Las disputas entre Sumar y Podemos de las últimas semanas no han sido, quizá, el mejor arranque de un ciclo electoral que será crucial para la izquierda.