El año en el que el Sáhara Occidental ganó legalmente a la UE y al Gobierno de Sánchez
En el mes de octubre el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ratificó que los acuerdos comerciales con Marruecos son ilegales por no contar con el beneplácito de los saharauis
Desde el ala socialista del Ejecutivo han ensalzado las relaciones con Marruecos sin mencionar el fondo de la sentencia de la justicia europea y los derechos del pueblo saharaui
Madrid-
El año 2025 se cumplen 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco. El Gobierno de Pedro Sánchez prepara una serie de actos de celebración de las cinco décadas que lleva España en libertad. En 1975 también tendrá lugar otra efeméride relevante para la historia española. Se trata de la salida de nuestro país del Sáhara Occidental, que hasta entonces era una provincia más, la número 54. Luego llegaron la Marcha Verde y los Acuerdos de Madrid, por los que se cedió el territorio a Marruecos y Mauritania.
Los saharauis se dividieron entonces. Por un lado, los que se quedaron y trataron de poner resistencia, guiados por el Frente Polisario. Por otro, los que se exiliaron, tras la ocupación y los bombardeos marroquíes, en Tinduf (Argelia). Allí comenzaron a formar unos campamentos de población de refugiada que se mantienen en la actualidad. Un conflicto enquistado en la comunidad internacional y que en 2024 ha tenido un acontecimiento muy destacado desde el punto de vista de la legalidad internacional.
El pasado 4 de octubre, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) anuló los acuerdos comerciales de 2019 entre la Unión Europea y Marruecos relacionados con la pesca y los productos agrícolas. La sentencia definitiva, tras años de litigio, argumentaba que el pueblo saharaui no dio su consentimiento y que se llevaron a cabo en violación de los principios de autodeterminación y del efecto relativo de los tratados.
El Frente Polisario, representante legítimo del pueblo saharaui ante la ONU, logró vencer en los tribunales a la Unión Europea y por extensión al Gobierno español. En 2016 ya se había pronunciado por primera vez el TJUE sobre la soberanía del pueblo saharaui para decidir sobre sus propios recursos naturales. En una histórica sentencia, la Corte europea confirmaba que el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos. Pese a ello, los acuerdos europeos con Marruecos seguían renovándose.
La decisión de la justicia europea en 2024 cobra más valor si cabe atendiendo el contexto en el que se produce. En 2022 Sánchez envió una carta al rey de Marruecos, Mohamed VI, en la que consideraba su propuesta para conceder la autonomía al territorio saharaui como la "más realista, sólida y creíble". Una decisión que suponía un giro histórico a las posiciones españolas, que nunca habían llegado tan lejos en su respaldo a los planes marroquíes. La decisión, que además vino provocada por la presión migratoria que favoreció el reino alauí en Ceuta el año anterior, generó un profundo rechazo en todo el arco parlamentario.
Desde entonces, el Gobierno de Sánchez, con el ministro de Exteriores José Manuel Albares a la cabeza, han venido reforzando las relaciones con Marruecos. Se celebró una Reunión de Alto Nivel (RAN) y un par de visitas del líder del Ejecutivo a Rabat. La última, aunque en este caso como presidente de la Internacional Socialista, se produjo el día 20 de diciembre entre halagos de la prensa oficialista marroquí.
La reacción del Gobierno de Sánchez a la decisión del TJUE fue la de obviar el fondo de la misma y las razones en favor del pueblo saharaui. Se vio desde el primer momento. Las primeras palabras las pronunció Albares en el Congreso. Dijo respetar las decisiones del TJUE para añadir a continuación "lo que sí es muy importante", que "la asociación entre la UE y Marruecos es estratégica para ambas partes."
"Nuestra apuesta y compromiso con la estabilidad de la relación con Marruecos es firme y no se va a ver alterada. Vamos a seguir trabajando con la UE y Marruecos para preservar y mantener esta relación, naturalmente dentro del marco jurídico. España va a seguir impulsando esa relación privilegiada entre la UE y Marruecos", concluyó el ministro de Exteriores.
En la misma línea se pronunció el ministro de Agricultura Luis Planas. Destacó nuevamente que las relaciones entre Marruecos y España y Marruecos y la UE "van mucho más allá en intensidad y profundidad de relación que este tema concreto".
En paralelo se están produciendo también movimientos en otros países. Enmanuel Macron, primer ministro de Francia, acudió a Marruecos en octubre y allí reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara. Un paso más que el dado por Sánchez, que además nunca ha mencionado públicamente, tampoco Albares, la defensa de la autonomía que proclamó en la carta a Mohamed VI.
El papel de la ONU
De hecho, Sánchez siempre que ha hablado sobre el Sáhara Occidental en foros como la Asamblea de la ONU ha mantenido una declaración relativamente ecuánime excepto por la defensa de la libre determinación del pueblo saharaui, una referencia que los socialistas han ido eliminando en los últimos años.
El pasado mes de septiembre en Nueva York destacó lo siguiente: "La labor de las misiones de paz es instrumental en otros muchos escenarios, como el Sáhara Occidental, donde España seguirá apoyando al enviado personal del secretario general de Naciones Unidas para alcanzar una solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas", afirmó. Precisamente Staffan De Mistura, enviado especial de la ONU, trató de mover ficha recientemente proponiendo la partición del territorio en disputa para otorgar una parte al Polisario y otra Marruecos. Una iniciativa que fue rechazada por ambas partes pero que deja claro que para la ONU la soberanía marroquí no es legal.
Por su parte, la militancia del PSOE ha seguido presionando a Ferraz para cambiar el posicionamiento fijado en 2022. Con motivo del 41 Congreso Federal que los socialistas celebraron en Sevilla, numerosas enmiendas lo trataron de incluir. Finalmente se incluyó una mención en la que ni siquiera se explicita el nombre de "Sáhara Occidental", algo que ha generado algunas suspicacias internas.
Concretamente se aprobó el siguiente texto: "Continuaremos apoyando al Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para alcanzar una solución mutuamente aceptable en el marco de las normas de las Naciones Unidas y el trabajo desarrollado hasta ahora. Mantendremos la ayuda humanitaria a la población saharaui en los campamentos como hemos hecho siempre, siendo España el principal donante bilateral".
El año 2025 puede volver a ser clave en torno al conflicto. La victoria de Donald Trump en EEUU podría generar alguna consecuencia inesperada, aunque todavía es pronto para averiguarlo. Y la propia efeméride en sí de los 50 años también podría remover el asunto. Así lo afirma, por ejemplo, la periodista y escritora Laura Casielles. "Es un año donde probablemente Marruecos quiera dar visibilidad a esta cuestión y que ocurran hechos o declaraciones simbólicas que ayuden a hacer valer sus intereses. Las peticiones de explicitud pueden ser más visibles que en otros momentos", afirmó en un artículo para Público.
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