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El Gobierno se enfrasca en los Presupuestos tras el espaldarazo de Europa y los congresos de PSOE y Junts

El aval de Europa al plan fiscal de Pedro Sánchez y el acuerdo sobre impuestos con los grupos del Congreso disparan el optimismo entre los miembros del Ejecutivo a las puertas de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera, María Jesús Montero y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Yolanda Díaz en el Congreso. Imagen de archivo.

La manera en la que el Gobierno de coalición encara la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025 ha cambiado de forma radical. Hace apenas unos meses los dirigentes que veían posible la aprobación de las cuentas en el contexto parlamentario y político actual representaban una minoría de optimistas irredentos.

En determinados momentos se llegó incluso a plantear seriamente la posibilidad de darle continuidad a la legislatura con los últimos Presupuestos prorrogados, y en privado algunos miembros del Ejecutivo de coalición deslizaban que no tener cuentas no significaba "el fin del mundo".

El ánimo ha cambiado y el optimismo parece haberse abierto paso hasta lograr ser la posición mayoritaria a la hora de encarar la negociación de las cuentas. En los últimos días tanto en el PSOE como en Sumar lanzan el claro mensaje de que habrá Presupuestos y sustentan sus afirmaciones en varios elementos.

El primero es la aprobación del paquete fiscal que tuvo lugar en el Congreso de los Diputados hace unas semanas. Fuentes del Gobierno explican que en esta negociación lo más complejo siempre es conciliar los intereses para cuadrar la parte de los ingresos, entre otras cuestiones porque el debate en torno a los impuestos siempre tiene un componente ideológico muy marcado.

"Fue una negociación muy difícil, extremadamente dura y hasta cierto punto caótica, pero salió adelante y sentó un muy buen precedente", explican fuentes del Ejecutivo. Estas mismas fuentes apuntan que, tras cuadrar la fiscalidad y la parte de los ingresos, "orientar el gasto (en los Presupuestos) es menos complicado, aunque también requerirá de habilidad negociadora".

El congreso de ERC, el único pendiente

El segundo elemento que refuerza el optimismo en el seno del Gobierno de coalición es que se ya han finalizado buena parte de los congresos de los partidos que serán principales protagonistas en la negociación presupuestaria. El de Junts se saldó haces semanas, y el del PSOE tuvo lugar el pasado fin de semana.

Queda pendiente la resolución del congreso de ERC. Las tres candidaturas (en la segunda vuelta se medirán dos, la de Oriol Junqueras y la de Xavier Godàs) han lanzado mensajes sobre su intención de endurecer sus reclamaciones en las relaciones con Sánchez y con el Gobierno estatal.

La Comisión Europea ha avalado el Plan Fiscal y Estructural de medio plazo del Gobierno

Desde el Ejecutivo, sin embargo, acotan esta actitud a las dinámicas internas de la organización catalana en un momento de disputa y competición entre sus distintos sectores, y auguran que no terminará impactando en la negociación presupuestaria.

A todo esto se suma el aval que la Comisión Europea dio la semana pasada al denominado Plan Fiscal y Estructural de medio plazo que España había remitido en octubre. En este plan el Gobierno estima un ritmo de reducción de la deuda pública a varios años vista y establece una ratio comparada con el crecimiento económico y el PIB.

El espaldarazo de Europa al plan fiscal del Ejecutivo es otra de las razones que el Gobierno esgrime para sostener su optimismo de cara a la negociación de las cuentas. Este optimismo, sin embargo, también podría darse de bruces con un malestar que ya se generó y que viene arrastrada desde la aprobación del plan fiscal en el Congreso.

Las izquierdas avisan a Sánchez: "Debe cambiar su manera de negociar"

Los grupos de la izquierda parlamentaria critican que el primer movimiento del PSOE en esta negociación fuera buscar los votos de los grupos de la derecha (Junts y el PNV), para posteriormente presentarle un "paquete cerrado" a los partidos progresistas que dejaba caer el impuesto a las grandes energéticas.

"Deben cambiar su manera de negociar con nosotros", trasladan fuentes de estos grupos. En Podemos, por ejemplo, ya han puesto sobre la mesa varias condiciones (refrendadas por su militancia en consulta) para apoyar los PGE: la ruptura de las relaciones con Israel, la bajada del alquiler por ley en un 40%, y la prohibición de toda la compra de vivienda que no sea para residir.

"No nos han llamado todavía, pero, a día de hoy, si no se cumplen estas condiciones, estamos muy lejos de poder respaldar los Presupuestos", trasladan desde la formación morada. La negociación de las cuentas está a punto de comenzar, y las expectativas del Gobierno podrán medirse pronto con la realidad política y parlamentaria.

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