El pasado mes de octubre, en una reunión a puerta cerrada con parlamentarios del Partido Popular, el diputado y vicesecretario del PP, Elías Bendodo, aseguró que "es muy posible que hayaPresupuestos" y que estos serían el único "salvavidas" para el Gobierno. Un mensaje que los populares asumían en privado, pero nunca en público, porque la estrategia de Génova pasaba y pasa por dibujar un Ejecutivo "en las últimas" incapaz de gobernar la compleja mayoría parlamentaria que le sostiene.

Esta contradicción entre lo que piensan y lo que dicen —provocada también por una incertidumbre total ante la convicción de que Pedro Sánchez es "impredecible"— se manifiesta en los constantes vaivenes del PP.

Cuando el partido tenía guardada en un cajón la baza de la moción de censura, consciente de que no tiene apoyos para que salga adelante, Alberto Núñez Feijóo se ofreció a los socios de investidura de la coalición para una moción. No se trataba de una estrategia para intentar que los números dieran sino de una reacción rápida tras conocer los detalles de la declaración voluntaria de Víctor de Aldama, el comisionista de la 'trama Koldo', en la Audiencia Nacional. El movimiento no tuvo recorrido y hay quien lo interpretó en clave interna como un intento de Feijóo de demostrar a los suyos que hacía todo lo posible. Cuatro días después, ante la Junta Directiva Nacional de su partido, Feijóo volvió a guardar en el cajón la posibilidad de una moción de censura.

Casi diez días después, durante su intervención en la comparecencia de Sánchez en el Congreso para dar cuenta de la gestión de la DANA en València, Feijóo le interpeló directamente: "Déjelo ya", le dijo. "Usted ya no gobierna nada (...) Los españoles merecen una alternativa que esté solo a su servicio", le espetó.

Y solo cuatro días más tarde, volvió a cambiar el guion —tirando de ironía, justifican en Génova—. "Aguanta, Pedro, no te mereces irte con honor, te vamos a echar los españoles libre y democráticamente", dijo Feijóo el pasado domingo en la clausura de la XXVII Intermunicipal del PP en Valladolid. Sánchez había mostrado fortaleza y ansias de continuidad esa misma semana en el congreso del sindicato UGT , donde aseguró que el PSOE "volvería a ganar" a los bulos de la derecha y la extrema derecha en 2027.

En el PP han asumido que el presidente del Gobierno no piensa en convocar elecciones, más aún después de conseguir aprobar el paquete fiscal y acercar los presupuestos. Así, no son pocos los que sostienen que "si hay presupuestos, hay legislatura" —los hay que creen que incluso sin nuevas cuentas del Estado Sánchez intentará agotar los cuatro años de mandato— y que la ofensiva por las causas judiciales "tardará" en hacer efecto. Y es aquí donde el partido cree que Feijóo debe renunciar a las grandilocuencias en su ofensiva contra Sánchez.

Es una crítica recurrente a Feijóo dentro del PP. Hasta tres barones populares coinciden en que es un "error" transmitir "ansiedad" y expectativas de cambio inminente y que el presidente nacional del PP debería "mantener la calma". Por el momento Génova no piensa en bajar el pistón y promete no dar