Aquí paz y después… ya se verá. La Pax Casado se ha impuesto, de momento, en el PP de Andalucía.
El nuevo presidente del PP lo dejó claro la misma tarde de su elección. Casado dijo en ese momento dos cosas. Por un lado, le dio un espaldarazo a Juanma Moreno, presidente del PP andaluz, y le garantizó que iba a repetir como candidato a la Junta de Andalucía. Y, por otro lado, le recordó al propio Moreno -quien apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias- y a los suyos, inmersos en una guerra soterrada, pero muy real, con varios alcaldes y dirigentes provinciales que los regidores del PP en Andalucía tienen una experiencia y un saber hacer que no conviene tirar por la ventana. Y fijó el objetivo: “Acabar con 40 años de fracasos políticos” en Andalucía, donde siempre ha gobernado el PSOE, desde las primeras autonómicas, en 1982.
Esta es, en definitiva, la fórmula elegida por el nuevo jefe del PP para tener la fiesta en paz en una Comunidad que es decisiva en cualquier elección por su numero de habitantes, en torno al 18% de la población española.
Y de propina, tras verse con su antecesor, el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esta mañana en Madrid, el PP anunció que Casado estará con Moreno este sábado, previa invitación del líder del PP andaluz, en un acto o bien en Málaga o bien en Sevilla. Y, por si no había quedado claro el mensaje, el propio Moreno lo reforzó esta mañana y manifestó que la intención es que sea un evento en el que esté “todo el partido en Andalucía”, personificado en sus máximos representantes, para “recibir al presidente nacional”.
Andalucía es un territorio estratégico, por su número de habitantes, en cualquier elección
Andalucía es, además de un territorio estratégico para levantar los resultados electorales del PP, un lugar que podría llamarse como Terra Incognita, en términos políticos, para Casado. El nuevo líder de los conservadores obtuvo en las primarias un pírrico 16% de los votos, por un 28% que recibió Dolores de Cospedal, y un 54% que se llevó Soraya Sáenz de Santamaría, la candidata a favor de la que trabajaron Moreno y también el eterno Javier Arenas, factótum hasta ahora del PP andaluz, y a quien el resultado sacará de la sede nacional del PP y le deja, en principio, tocado. Y aunque la entrega de Moreno (que lleva tiempo queriendo separarse políticamente de Arenas) a Casado parece confirmarlo, de un animal político como Arenas nada definitivo puede decirse y, por tanto, cualquier cosa se puede esperar. Escrito queda.
El resultado de las primarias en Andalucía reveló así que el partido estaba muy polarizado entre Cospedal y Saénz de Santamaría y también que Casado no había tenido tiempo de fijar buenos anclajes en la Comunidad, por edad y porque nunca hasta ahora había ocupado puestos de primerísimo nivel, lo cual siempre da acceso a lugares habitualmente imposibles. Moreno, además, aunque apostó por Soraya en las primarias, durante la votación de la militancia, luego tampoco se mostró beligerante con Casado y el mismo día en que salió elegido se puso, disciplinadamente, a su disposición.
Guiño al nuevo orden con Oña y Zoido
Moreno demostró esta mañana que ha tomado buena nota y aseguró que tanto él como el partido en Andalucía van a trabajar con la “máxima lealtad”. “Siento gran estima y admiración por Pablo Casado. Es mi presidente y va a tener de mi persona y del PP andaluz todo el apoyo, respaldo, cariño y lealtad que se merece para derrotar democráticamente al PSOE y desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa cuanto antes”, dijo Moreno, según recoge Europa Press. Sobre su candidatura a la Junta, manifestó el jefe del PP de Andalucía: “Creo que no había ningún tipo de dudas” de que iba a repetir como candidato a la Junta.
Oña y Zoido serán incorporados, si así lo desean, al equipo de campaña para las próximas autonómicas
Pero Moreno no solo se quedó en buenas palabras, sino que demostró con hechos su entrega a la Pax Casado. Así, reivindicó que los compañeros del PP que habían trabajado a favor de Casado (y de Cospedal) en el proceso interno de primarias ya tienen “importantes responsabilidades en el PP Andaluz” y nombró específicamente al alcalde de Jaén, y a Esperanza Oña, vicepresidenta del Parlamento autonómico, quien fuera señalada, en su momento, por diversas voces como una posible lideresa del PP en Andalucía, y que es una persona a la que algunos de sus rivales políticos le reconocen -aun siendo considerándola una persona anclada en la derecha tradicional- firmeza, independencia de criterio y olfato político. Y, a continuación, Moreno anunció que tanto Oña como Juan Ignacio Zoido, su antecesor en la presidencia del PP de Andalucía se incorporarán, si así lo quieren, “de manera directa” al equipo de campaña para las próximas autonómicas. “Me pueden aportar mucha experiencia y buenas ideas, lo que se traduce al final en buenos resultados”, dijo Moreno.
Esta jugada, además de contribuir a la pax Casado y a tener las aguas internas en un estado de calma en este ambiente preelectoral en el que habita la clase política andaluza, vincula en cierto sentido el resultado que obtenga el PP en las autonómicas a la dirección nacional. Si Moreno no hiciera esto, un nuevo fracaso, aunque fuese con un tanteo digno, en las próximas andaluzas, le dejarían realmente contra las cuerdas, en una posición interna complicada. El PP andaluz, hasta ahora, en la mejor línea de Arenas, siempre ha tenido la habilidad de pelearse con silenciador. En fin, sin que la sangre llegara a las portadas.
Las andaluzas determinarán el nuevo juego. Moreno busca una mayoría con Cs que le permita ser presidente
Así las cosas, el resultado en las próximas autonómicas será el que determine el nuevo juego. El PP andaluz parte con 33 diputados. Ciudadanos con 9. El comodín que busca Moreno es que entre ambos, con el PP por delante, alcancen la cifra mágica de 56 escaños. Y logren de este modo desalojar al PSOE, por primera vez, del Gobierno andaluz. Ninguna encuesta arroja este resultado, pero sí un crecimiento de Ciudadanos que hace soñar a ambos partidos. El reto para Moreno, en el caso de no alcanzar la mayoría absoluta entre los dos partidos, es mantener una distancia suficiente con el partido de Rivera, que le permita presentar una digna hoja de servicios y ayude a Casado a mantener la primera posición a nivel nacional. Pero esto, qué escenario es el más probable, ya es, claro está, política-ficción.
Mientras tanto, mientras la política pasa de la ficción a la realidad, lo que manda en Andalucía es la Pax Casado.
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