Opinión
Delirio de cojones en la Taberna Garibaldi
Periodista y escritora
-Actualizado a
A ver, que vamos a tener este viernes un problema gordo en Madrid. De cojones, un problema de cojones. Más concretamente los de Daniel Esteve, conocido popularmente, como Dani Desokupa. Resulta que la eurodiputada y exministra Irene Montero presenta en la Taberna Garibaldi su libro Algo habremos hecho —muy recomendable por cierto—, y Dani Desokupa le ha mandado un vídeo muy fino, así como le caracteriza, todo cultura y elegancia, donde asegura: “Por mis cojones que vamos a ir”. Entre las razones que obligan al tipo a desplazarse hasta Lavapiés, una zona tan suya, está que Montero, según manifiesta, le ha tocado adivina qué. Efectivamente, “los cojones”.
Parece ser, según anuncia él mismo, que no solo van a acudir Dani Desokupa y sus cojones, sino que ha montado un grupo de apoyo, una especie de convocatoria para reclutar tropa. En la grabación asegura que ya tiene 200 voluntarios, lo que contando los suyos, suman un total de 402 cojones. Ojito al dato, que 402 cojones son muchos cojones y estos no parecen gente de cojón pequeño. No se me ocurre cómo van a desplazar tan genital abundancia hasta el foro, que igual no caben en la capital. Desde aquí se lo digo, en Lavapiés no caben.
Pero no acaba ahí el drama. Recomienda Dani Desokupa a la eurodiputada Montero que contrate a 150 “porteros” —él es muy de puerta, sí— si quiere impedirles la entrada, lo que añadiría 300 cojones más, que sumados a los 402 anteriores, se va acercando peligrosamente a la escalofriante cifra del millar de cojones, algo que ya definitivamente debería poner en alerta a las autoridades capitalinas, desde aquí se lo digo, alcalde Almeida, incluso a la delegación del Gobierno, quién sabe si el Ejército.
Se me escapa si la Ley Mordaza tiene un apartado específico para la zona testicular, pero la convocatoria de Dani Desokupa, redes sociales mediante, necesitaría pedir permiso, así que, o mandan solo sus cojones por delante, o de lo contrario incurrirán en una falta con multa, en cuyo caso, puede que deban desplazarse hasta la zona algunas patrullas de la Policía Nacional, lo cual podría acabar en un delirio de cojones que me ahorro. Madre mía.
Asegura el hombre que, ante tantos cojones, a Montero “se le va a poner el culo cerradito”, haciendo ese gesto con la mano que consiste en enroscar el índice y el pulgar hasta formar un pequeño ano con ellos. No seré yo quien elabore una teoría —fácil, lo sé— del universo mental de este ser humano, con sus cositas anales, sus cositas genitales, caca, culo pedo, pis. Lo que sí me permito es hacer un llamamiento a la Junta de Distrito local para que mantengan a las criaturas fuera de la zona, no vayan a acabar en el suelo de un mal golpe de huevo derecho. Y Dani Desokupa, tú céntrate, que la capacidad es pequeña, vuestros cojones muchos y no te cuento lo más cerradito que se me está ocurriendo.
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