Rusia amenaza a Europa con una mayor confrontación si la OTAN acelera la adhesión de Ucrania
Comienza la cumbre de la OTAN en Lituania sin esperanzas de que Ucrania consiga una fecha aproximada para su integración en la Alianza. La guerra marca la cautela de la OTAN y la amenaza rusa pende más que nunca en el aire.
Lituania--Actualizado a
De poco le sirven al presidente Volodímir Zelenski sus salidas de tono para conseguir que la OTAN reunida en Vilna establezca un plazo concreto para la entrada de Ucrania en el bloque militar occidental. Los miembros de la Alianza aceptan invitar a Ucrania a sumarse a sus filas sin fecha alguna, apuestan por seguir ayudando a Kiev en la lucha contra Rusia, pero no están dispuestos a convertir este conflicto, de momento regional, en una guerra mundial.
"La OTAN invitará a Ucrania a unirse a la Alianza cuando las condiciones sean las adecuadas", ha dicho con cautela el secretario general de la organización atlántica, Jens Stoltenberg, en el comienzo del primer día de la cumbre de Vilna, la capital lituana. Bruselas ha dado un paso importante al aceptar que Ucrania se puede unir a la OTAN, pero desde luego no será cuando Kiev quiera y menos aún mientras dure la actual contienda.
Ucrania de nuevo presenta ante la OTAN la guerra contra Rusia como un conflicto donde está en juego la supervivencia de Europa. Sin embargo, entre los 31 miembros de la Alianza hay algunos que, aunque declaren su compromiso con las libertades ucranianas, empiezan a ver la peligrosidad de esta partida y los daños irreparables de su prolongación.
Este es el caso de Alemania, que en el marco de la cumbre de Vilna ha anunciado un nuevo paquete de ayuda militar valorado en casi 700 millones de euros para adquirir sistemas antiaéreos, tanques y artillería para el ejército ucraniano.
Sin embargo, Alemania es uno de los países que más se han opuesto desde un principio a fijar una fecha para la adhesión de Ucrania a la OTAN, como reclama el Gobierno de Kiev, que no ve otra forma de garantizar su seguridad que bajo el ala de la Alianza Atlántica, aunque eso supongo poner más nerviosos y agresivos a los rusos.
Moscú advierte contra la adhesión de Ucrania a la OTAN
Al tiempo que los 31 aliados de la OTAN se reunían este martes en Vilna, Rusia ha lanzado una advertencia que recuerda a aquellas que profirió justo antes de invadir Ucrania hace casi un año y medio, en febrero de 2022. Acelerar la integración de Ucrania en la OTAN "sería potencialmente muy peligroso para la seguridad en Euro" y quienes adopten esa decisión "deberían ser conscientes de ello", ha indicado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Acelerar la integración de Ucrania en la OTAN "sería potencialmente muy peligroso"
"En repetidas ocasiones hemos sido testigos de nuevas oleadas de acercamiento de la infraestructura militar de la OTAN a las fronteras rusas. Esta fue una de las razones que nos llevó a la situación actual", ha afirmado Peskov.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, ha señalado por su parte que Moscú daría "los pasos apropiados" en caso de una "eventual ampliación" de la OTAN a fin de proteger los "legítimos intereses de seguridad" rusos. Lavrov también ha lamentado "la velocidad" con la que Finlandia y Suecia abandonaron sus compromisos con la neutralidad para unirse a la OTAN.
Pero ni Finlandia, que se sumó el año pasado a la Alianza Atlántica, ni Suecia, que lo hará en breve después de que Turquía haya retirado sus objeciones a su adhesión, suponen para Rusia el mismo problema que la integración de Ucrania en la OTAN.
Zelenski, nervioso, insiste en un plazo para la adhesión a la OTAN
Por eso, aunque Zelenski sabe que de poco valen sus berrinches ante la OTAN, por si acaso los profiere. La contraofensiva lanzada para recuperar los territorios conquistados por Rusia desde febrero de 2022 va demasiado lenta y las dudas empiezan a cuajar en sus aliados occidentales sobre la duración de la contienda.
De camino a Vilna, el presidente ucraniano ha calificado de "absurdo" que la OTAN no le comunique a Ucrania una fecha para su integración en esa estructura político-militar occidental. "Parece que no hay disponibilidad ni para invitar a Ucrania a la OTAN ni para hacerla miembro de la Alianza", ha dicho un despechado Zelenski, que también ha hablado de "debilidad" por parte del bloque militar occidental ante Rusia.
La invitación más o menos formal de este martes para que Ucrania forme parte de la OTAN trataban de apaciguar a Zelenski, pero la falta de concreción sobre el momento en que el país eslavo pueda sumarse a la Alianza no acaba de convencer a los ucranianos.
Lo cierto es que solo la fijación de una fecha de entrada, aunque fuera aproximada, supondría un acto de fuerza contra los rusos, a quienes poco importa que se simplifiquen las condiciones de acceso para Ucrania o que se establezca una especie de hoja de ruta para la cooperación con Kiev. Así lo ha dejado claro Peskov.
Casi se podría entender el enfado de Zelenski, quien ve cómo quedan en agua de borrajas sus insistentes alusiones al futuro común que comparten Ucrania y la OTAN, mientras subraya que, de facto, su país ya es miembro de la Alianza Atlántica, pues lucha contra Rusia con armas donadas por países que están integrados en el bloque defensivo.
No parece que esa sea la opinión de sus aliados en la OTAN, empezando por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien esta semana subrayó que la integración de Ucrania en la Alianza militar occidental solo podría ser posible una vez terminada la guerra contra Rusia.
"Si la guerra sigue, entonces estaríamos todos en guerra"
"No creo que haya unanimidad en la OTAN para incluir a Ucrania en la familia de la OTAN ahora, en este momento, en medio de una guerra”, pues "si se hiciera, estaríamos decididos a defender cada pulgada de territorio OTAN", explicó. "Es un compromiso que tenemos y que es irrenunciable. Si la guerra sigue, entonces estaríamos todos en guerra. Estaríamos todos en guerra con Rusia, si fuera el caso", afirmó Biden antes de viajar a Vilna.
Ucrania quiere estar en la OTAN, no ser otro Israel a las puertas de Rusia
Algo que tampoco ha gustado en Kiev es que Biden haya propuesto en algunas de sus intervenciones que las garantías de seguridad que podría recibir Ucrania podrían ser parecidas a las que Washington ha dado desde siempre al Estado de Israel.
Pero Zelenski no está por esta labor y por eso, ya lo ha dicho, reclama un papel importante para su país en Europa, no solo en la OTAN sino también en la Unión Europea, acorde con su tamaño y el esfuerzo realizado para parar la "amenaza" rusa sobre el continente.
Ese papel de Ucrania puede ser clave para la OTAN, especialmente de cara a la creación y despliegue de ese futuro ejército de reacción inmediata de 300.000 efectivos que se está pergeñando. Por eso Bruselas toca a Moscú donde más le duele: más tarde o más temprano, Ucrania será parte de la OTAN, aunque el Kremlin considere este paso una línea roja tras la cual solo está el abismo.
La OTAN no quiere una Ucrania neutral, sino en sus filas
La OTAN se ha transformado en este casi año y medio de guerra. Ha dejado atrás sus veleidades en la lucha antiterrorista, que desplegó en su momento en Afganistán y Libia, y ha recuperado su original condición de bloque militar que apuesta por el hegemonismo en Europa y las regiones aledañas, además de servir de espuela afilada de la política exterior de Estados Unidos.
Por eso, no vale ya convertir a Ucrania en un país neutral que sirva de rompeolas para aliviar las tensiones a uno y otro lado del nuevo telón de acero.
La OTAN surgida de la invasión rusa no quiere medias tintas ni zonas de tanteo para la diplomacia o los servicios de inteligencia. Apuesta directamente por las fronteras hipermilitarizadas y por disparar los presupuestos de defensa hasta el 2 por ciento del PIB de los países miembros. También por renovar los arsenales militares al ritmo que marcan la guerra y las empresas armamentísticas estadounidenses.
Ahora bien, si la OTAN no ve con claridad cuándo se hará realidad la membresía de Ucrania, no es porque no quiera definirse, simplemente es que no puede. De hecho, la invitación de este martes para la eventual adhesión de Ucrania a la OTAN abre dos caminos muy dificultosos: en primer lugar, una prolongación de la guerra durante años, pues Rusia no permitirá esa ampliación de la OTAN hasta sus fronteras.
El otro escenario es más oscuro: una partición pactada de Ucrania, con la secesión de parte o de todos los territorios ocupados para impedir futuras insurrecciones en territorio OTAN. Tales posibilidades son casi inevitables y la OTAN lo sabe. Salvo, claro, que algo cambie radicalmente en Rusia.
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