Diez días sin que 'el 30' pase por el Polígono Sur de Sevilla
El ayuntamiento desvía la línea: hay dos paradas en el interior del barrio por las que ya no pasa por las tardes.
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Sevilla--Actualizado a
—Esto ¿a dónde va?
—Ahora va por fuera. Para en la avenida. Lleva dos semanas así.
Este diálogo entre dos usuarias se produjo este jueves por la tarde en la línea 30 de autobús de Sevilla, que va desde el Prado, en el centro, hasta el Polígono Sur. La ruta lleva diez días con el servicio trastocado. Hay dos paradas en el interior, en el meollo del Polígono Sur, por las que ya no pasa por las tardes, como ha comprobado Público. La empresa municipal de autobuses, que depende del Ayuntamiento, anunció en su cuenta de la red social X el desvío de la ruta hacia la Avenida de La Paz, que limita con el Polígono, sin dar más explicaciones.
La decisión ha generado desconcierto y molestias a numerosos vecinos del barrio, que usan la línea a diario y que consideran que el cambio abunda en el estigma que pesa sobre la zona, una de las zonas más empobrecidas de todo el país. "Esto no soluciona nada, solo aumenta el estigma", afirma a Público una usuaria del servicio.
Al Polígono Sur llegan otras dos líneas, la 31 y la 32, que prosiguen sus rutas con normalidad, lo cual añade incertidumbre sobre las razones del desvío. Circulan en el barrio varias versiones y, según ha podido saber Público, en algunos casos se ha pedido explicaciones a los propios conductores.
Fuentes de Tussam aseguraron que la decisión —tras semanas de presión de los conductores: algunos tienen miedo— tiene que ver con lo que consideran un empeoramiento del clima que existe en el barrio y cuentan que desde octubre se han producido una treintena de incidentes, que se producen, aseguran, sobre todo en una zona concreta, una de las más deprimidas del barrio, Martínez Montañes.
Hace unas semanas, cundió el pánico entre los conductores —no tienen una línea asignada, sino que rotan, es decir, al final, todos en algún momento acaban pilotando el 30, el 31 y el 32— cuando se corrió la mercancía averiada —resultó ser falso— de que un autobús había sido tiroteado. Según ha podido saber Público, no fue así. No hubo un disparo. La Policía Científica lo ha descartado.
En el Polígono Sur se han producido en los últimos meses varias redadas y, de nuevo, se han recrudecido los discursos estigmatizadores sobre una población mayoritariamente trabajadora, harta ya de etiquetas que prolongan la desconfianza.
El Ayuntamiento no respondió a la pregunta, planteada por este periódico, de si el desvío era temporal o se pensaba alargarlo en el tiempo. El comisionado del Polígono Sur, Jaime Bretón, tampoco quiso informar de su posición tras el ofrecimiento de Público.
La edil del PSOE Sonia Gaya sí ha reclamado, con toda claridad, que se restablezca el servicio público: "Urge ya que su gobierno se replantee la injusta decisión de dejar sin servicio de transporte a determinadas calles de este barrio, planificando si es necesario un dispositivo de seguridad, tal y como se puso en marcha para otros servicios públicos. Lo contrario es seguir marginando al vecindario, aislándolo del resto de la ciudad".
En el barrio, cunde la idea de que va a ser temporal. Pero en este momento no existe movimiento alguno para lograrlo. Los conductores y sus representantes no han sido convocados para valorar un retorno a la normalidad, tampoco los jefes de la Policía Nacional, según confirman a Público diferentes fuentes.
Un servicio público que se recorta
El desvío afecta también a la residencia Flora Tristán, donde viven chavales que estudian en la Universidad Pablo de Olavide. A ellos, según afirman Carlos, que prefiere dejar así su nombre, y Amanda Garrido, dos de los estudiantes y residentes, no les afecta tanto en lo personal —"somos jóvenes, no nos afecta esto de manera brusca", afirma Amanda; "podemos caminar cinco minutos más", agrega Carlos— como en lo simbólico y en lo que afecta a gente mayor: un servicio público que se recorta. Uno más.
"No es casualidad que, justo cuando hay políticas más austeras en Sevilla, están otra vez aislando al barrio. Esto responde a una ideología muy particular, que es la ahora está a la cabeza del gobierno del Sevilla. No es la primera vez que se intenta desplazar a colectivos minoritarios azotados por el estigma. No es normal que nos aíslen, y lamentablemente la ciudad lo legitima", afirma Amanda Garrido.
"Se han quitado de un plumazo las paradas que van por dentro del Polígono Sur. Ahora la gente se desplaza. Es un esfuerzo más que tiene que hacer la gente en una zona ya castigada por el aislamiento", asegura Carlos.
"Esto implica que los servicios públicos no llegan a mi barrio. Parece que se trata de estigmatizar a los de siempre y que tengamos que sentir vergüenza: somos tan tan malos que no tenemos derecho ni a servicios públicos. No justifico a nadie que tire piedras a un autobús, pero se ocultan las causas sociales. No hay ningún tipo de ocio ni de salida", lamenta Carlos.
Amanda Garrido describe así el entorno en el que vive y detecta un empeoramiento de las condiciones: "Sí es verdad que la gente en el barrio se queja, pero no hay unas protestas reales como las que pudiera haber si esto se hiciera en otros barrios. Poco a poco se intenta socavar al Polígono Sur: los servicios están completamente saturados, las asociaciones cada vez menos subvencionadas y hay una inmovilización creciente. Se limitan todos los recursos que deben favorecer la integración con el resto de la ciudad. Esto es un paso más y no les está saliendo mal, ya que la gente poco a poco normaliza y justifica el aislamiento, dado el contexto al que se circunscribe".
"Esto es claramente un síntoma del estigma del barrio —abunda Garrido—. Esto no se da en El Cerro o en Los Pajaritos, porque está justo enfrente de Gran Plaza. Esto pasa aquí porque se puede hacer. Porque todo lo que se haga en este barrio para mermarlo está justificado. Aquí no te van a robar, sin embargo yo siento que en Triana hay mas inseguridad. Además, no hay que ver al Polígono Sur como un bloque. Hay una gran diversidad de personas, como las gente mayor. Si le quitas el autobús a una persona mayor que tiene que subir y bajar escaleras, contribuyes a su aislamiento y deterioras su salud. Es una pescadilla que se muerde la cola".
Resuelto en una semana
En el año 2017 se produjeron incidentes similares. Entonces, el servicio en las líneas 31 y 32 —no en la 30— se interrumpió por orden de la Inspección de Trabajo, que consideró que las condiciones no eran las adecuadas. Hoy hay una denuncia presentada, según fuentes de Tussam, pero la decisión no se ha tomado a instancias de la Inspección, sino que ha sido política.
Entonces, aquella crisis, con Juan Espadas como alcalde, se resolvió en una semana. La entonces comisionada, Mar González, lo recuerda así: "Hicimos de todo para que se restaurara y evitar a futuro más parones. Han pasado desde entonces ocho años. Se solucionó. ¿Qué se hizo? Poner policías de paisano dentro de los autobuses, un coche de policía local siguiendo a los autobuses. Así se localizó a quienes apedreaban. Se trataba de niños que no tenían la supervisión necesaria de sus familias".
"Se puso entonces en marcha un trabajo de los servicios sociales, con las familias. Y por otra parte, hicimos una alianza con los sindicatos de conductores. Participaron en sesiones en los colegios a las que los niños iban y contaban la importancia de los buses para las familias. Se hizo un trabajo con las madres y abuelas también. Y tuvimos las líneas de autobuses de vuelta en una semana", recuerda González.
Introducir la línea 30 en el barrio fue una de las medidas originales que el primer comisionado del Polígono, Jesús de Maeztu, se propuso conseguir. Así lo recoge la memoria del plan: "En cuanto al transporte urbano, las líneas que cubren esta zona de Sevilla son la 30, 31 y 32 por el interior de las barriadas, y la línea 2 y 36 por dos de las grandes avenidas que delimitan esta zona por el exterior. En las líneas que recorren estos barrios, es valorada por los vecinos/as la insuficiencia en la dotación y el mal estado de los autobuses que se destinan a las mismas. Debemos señalar, además, que existe una zona de la barriada Martínez Montañés por la que no circula ninguna línea del transporte público desde el año 2001, convirtiéndose ya en una demanda histórica la recuperación del antiguo recorrido de la línea 30 que pasaba por dicha zona".
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