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EEUU usa las negociaciones sobre Gaza para lavar su imagen e impedir una guerra con Irán

Las negociaciones para una tregua en Gaza son un intento de EEUU de ganar tiempo e impedir la guerra con Irán, pero relegan el genocidio en Gaza a un segundo plano.

Palestinos regresan al este de Khan Younis tras la retirada de las fuerzas israelíes, en medio del conflicto Israel-Hamas, el 30 de julio de 2024. Foto: Omar Ashtawy / Zuma Press / ContactoPhoto.
Palestinos regresan al este de Khan Younis tras la retirada de las fuerzas israelíes, en medio del conflicto Israel-Hamas, el 30 de julio de 2024. Omar Ashtawy / Europa Press

Catar abrió este jueves una nueva ronda de negociaciones para alcanzar un alto el fuego en la guerra de Gaza. Otra reunión con pocas posibilidades de llegar a buen puerto: una de las partes, Hamás, no acudió al encuentro y la otra, Israel, solo fue a regañadientes para contentar a Estados Unidos, que a cambio le prometió nuevas partidas de armamento.

La reunión, muy descafeinada, es un lavado de imagen de la Administración del presidente Joe Biden, acosada en EEUU a pocos meses de las elecciones de noviembre, por su doble juego y su respaldo incondicional a Israel a pesar del genocidio cometido en Gaza, donde ya son más de 40.000 los palestinos asesinados y 92.000 los heridos por el ejército israelí.

Para Wasgington, el encuentro tenía como principal objetivo desescalar la tensión de Israel con Irán y Hizbulá, que han prometido vengarse del Estado judío por sus recientes asesinatos de sendos prominentes líderes de ese grupo chií y de Hamás.

Estados Unidos sabe que no puede parar la carrera de muerte emprendida por Israel en Gaza, pero sí intentar convencer a Irán y Hizbulá para que renuncien a su propósito de atacar territorio israelí y eviten una guerra regional en la que se implicaría Washington. En este contexto, la suerte de los cerca de dos millones de habitantes de Gaza queda supeditada al juego geopolítico.

Y aún así, los palestinos no parecen rendirse, aunque no confíen en que estas negociaciones vayan ser diferentes a anteriores encuentros fallidos. Por eso, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, anunció este jueves que viajará próximamente a Gaza para intentar acabar con las matanzas de Israel en la Franja y buscar una salida a la guerra.

El único obstáculo es Israel

Abás no confía en que de Doha se pueda repetir el acuerdo logrado en noviembre pasado, cuando sí se logró una tregua de siete días, el único alto el fuego que ha prosperado hasta ahora en la guerra de Gaza. Una guerra con la que Israel vengó la incursión de las milicias de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre pasado, que dejó 1.200 civiles y militares asesinados.

Desde entonces, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha encargado de dinamitar cualquier tipo de acuerdo para detener la masacre. Sus razones no pueden ser discutidas sobre ninguna mesa de negociación: Israel busca la victoria absoluta en la Franja y ello implica la destrucción total de Hamás.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha encargado de dinamitar cualquier tipo de acuerdo para detener la masacre

Como indicó Mahmud Abás este jueves ante el Parlamento turco, donde hizo el anuncio de su visita a Gaza, el objetivo de Israel es "cometer un genocidio y expulsar a los palestinos de su tierra".

Por eso, es inútil pensar que el Gobierno de Netanyahu vaya a parar su ordalía de destrucción. Mientras los mediadores e Israel se reunían en Doha, el Ejército israelí continuaba en Gaza su ofensiva terrestre, centrada en la propia Ciudad de Gaza, Rafah y Jan Yunis, con incursiones de la aviación por toda la Franja.

Washington promete más armas a Israel para que acuda a Doha

En un maquiavélico doble juego, Estados Unidos, promotor de los encuentros para buscar ese alto el fuego que más tarde o más temprano sus aliados israelíes se encargan de sabotear, aseguró a Israel en vísperas de la reunión de Doha otro oportuno paquete de miles de millones en armamento, no solo para que concluya su operación en Gaza, sino para garantizar su posición de superpotencia militar en Oriente Medio.

Estaba previsto que el secretario de Estado estadounidenses, Antony Blinken, realizara una gira por Oriente Medio esta semana, con parada en Doha, pero el viaje fue suspendido. En representación de Estados Unidos en la reunión sobre Gaza estuvieron el director de la CIA, Bill Burns, y el enviado especial de la Casa Blanca a Oriente Medio, Brett McGurk.

Además de los Gobiernos catarí y egipcio, mediadores en el conflicto junto al estadounidense, a esta ronda de conversaciones acudieron representantes de la cúpula de inteligencia, defensa y seguridad israelíes.

La Casa Blanca está dispuesta a implicarse en la solución de la crisis de Gaza, pero solo hasta cierto punto y priorizando su estrategia en Oriente Medio

La Casa Blanca está dispuesta a implicarse en la solución de la crisis de Gaza, pero solo hasta cierto punto y priorizando su estrategia en Oriente Medio. De nada valen los llamamientos que, poco antes de comenzar las negociaciones, lanzó Egipto y que instó a todas las partes a "hallar una fórmula de consenso con el fin de alcanzar una tregua de forma urgente".

Una tregua contrarreloj piden Egipto, Catar y numerosos miembros de la comunidad internacional. Pero de momento, el tablero de Oriente Medio sigue igual, con la promesa de represalias de Irán y Hizbulá contra Israel y las amenazas del propio Gobierno de Tel Aviv contra la milicia proiraní que incluiría una invasión del sur del Líbano para acabar con este grupo chií.

A pesar de su apoyo abierto y sin fisuras a Israel, la Casa Blanca no quiere una nueva guerra en Oriente Medio y menos a pocos meses de las elecciones que el 5 de noviembre designarán al nuevo presidente de Estados Unidos.

La crisis con Irán y Hizbulá

Sobre las conversaciones de Doha planeó la espada de Damocles iraní de atacar Israel por el asesinato el 31 de julio del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, precisamente quien debería haberse sentado a la mesa de estas negociaciones.

Israel asesinó a Haniyeh en Teherán. El líder palestino había asistido el día 28 de julio a la toma de poder del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. Los iraníes consideraron este crimen de Estado cometido por Israel en la propia capital persa como una afrenta directa contra la república islámica.

El pasado mes de abril, Israel bombardeó el Consulado de Irán en Damasco y mató a altos mandos militares iraníes. Pocos días después, Teherán lanzó un bombardeo masivo contra Israel

El pasado mes de abril, Israel bombardeó el Consulado de Irán en Damasco y mató a 14 personas, entre ellas altos mandos militares iraníes. Pocos días después, Teherán lanzó un bombardeo masivo contra Israel, que fue avisado con tiempo e interceptado por los sistemas antimisiles israelíes y, sobre todo, por los aviones de combate que desplegó inmediatamente Estados Unidos. En respuesta, Israel atacó una serie de instalaciones militares iraníes, sin mayores consecuencias.

Los dos países se habían enseñado los dientes y era suficiente por el momento. Ahora, sin embargo, las cosas parece que van en serio y tanto Israel como EEUU esperan que la respuesta iraní por el asesinato de Haniyeh sea contundente.

El otro actor de Oriente Medio enemigo mortal de los israelíes, Hizbulá, también participaría en esa ordalía que prepara Teherán. La milicia proiraní tiene cuentas que saldar con Tel Aviv por el asesinato también con un misil israelí de su número dos, Fuad Shukr, unas horas antes de la ejecución de Haniyeh.

El asesinato de Shukr ocurrió en la localidad libanesa de Haret Hreik, en las afueras de Beirut, un claro vaticinio de que el Líbano puede convertirse en uno de los escenarios de la guerra en ciernes en Oriente Medio.

Israel culpaba a Shukr de ordenar el ataque con cohetes tres días antes contra Majdal Shams, en los Altos del Golam ocupados y anexionados por Israel, en el que murieron doce menores drusos.

Irán podría refrenar su ira con un acuerdo de tregua en Gaza

Irán ya rechazó el martes la insistencia de varias potencias europeas –Alemania, Francia y Reino Unido- para no llevar a cabo su ataque de represalia sobre Israel. Sin embargo, dejó la puerta abierta a un entendimiento si se alcanzaba algún tipo de acuerdo en la reunión para el alto el fuego en Gaza que acoge Doha.

El texto que manejan los mediadores ante Israel y Hamás, sobre una propuesta de la Casa Blanca, incluye un alto el fuego de al menos seis semanas

El texto que manejan los mediadores ante Israel y Hamás, sobre una propuesta de la Casa Blanca, incluye un alto el fuego de al menos seis semanas, la liberación del centenar de rehenes israelíes que pueden estar aún en poder de esas milicias, la puesta en libertad de prisioneros palestinos y la retirada del ejército judío de las zonas pobladas de Gaza.

La tregua incluiría el aumento de la asistencia humanitaria a Gaza y contemplaría a largo plazo un "cese de hostilidades" permanente y una hoja de ruta para la reconstrucción de la Franja. El pasado 10 de junio, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que recogía un proceso de paz semejante.

Esta resolución recibió el visto de bueno de EEUU, pero no llegó más allá. Washington cerró los ojos ante las matanzas cometidas por Israel en Gaza inmediatamente después de la aprobación de ese documento del Consejo de Seguridad de la ONU.

Las armas de EEUU dan a Israel vía libre en Oriente Medio

Esa aquiescencia de Estados Unidos con las acciones de Israel en Gaza ha ido a más. Como aliciente para la participación desganada de los representantes israelíes en las conversaciones de Doha de este jueves, esta semana la Casa Blanca aprobó la venta a Israel de un nuevo paquete de armas, esta vez por 20.000 millones de dólares.

El secretario de Estado Blinken fue el encargado de poner este martes su rúbrica a un acuerdo que contempla la venta a Israel de aviones F-15 y sus equipos por el valor de casi 19.000 millones de dólares. También se entregará munición para tanques valorada en 774 millones de dólares, cartuchos de mortero por más de 60 millones de dólares y vehículos militares por otros 583 millones de dólares.

Aunque el Gobierno estadounidense afirma que estas armas no llegarán a su destino hasta dentro de varios años, la garantía de este suministro permite a Israel disponer de sus actuales arsenales para terminar la operación militar en Gaza, mantenerse en la cúspide de las potencias regionales en Oriente Medio y afrontar cualquier amenaza de Irán.

Siempre, claro está, con la seguridad de que Estados Unidos le puede prestar su apoyo en cualquier momento.

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