Este artículo se publicó hace 9 años.
El Estado sigue dando la espalda a los familiares de Mikel Zabalza
El joven navarro fue detenido por la Guardia Civil hace 30 años. Su cuerpo apareció 15 días después en el Río Bidasoa. Varias investigaciones señalan que habría muerto en el cuartel de Intxaurrondo. Sus familiares siguen exigiendo una investigación.
-Actualizado a
BILBAO.- Idoia Zabalza no prevé hacer nada especial este jueves. Se levantará de la cama, enfrentará sus quehaceres diarios y luego, a la noche, volverá a dormirse. Sólo hay un detalle: Mikel, su hermano mayor, seguirá sin estar allí. Fue otro 26 de noviembre cuando la Guardia Civil se lo llevó para siempre. Ocurrió en 1985. Tenía 33 años. Tres décadas después, su caso sigue plagado de preguntas sin responder. La versión oficial dice que murió ahogado en el Río Bidasoa, tratando de escapar de los agentes que lo custodiaban. Sin embargo, distintas versiones apuntan directamente al cuartel de Intxaurrondo.
“Nosotros éramos nueve hermanos. Mikel era el que te arropaba, el que te echaba un cable, el que siempre estaba allí. Para mí, Mikel era todo eso”, afirma Idoia Zabalza a Público. Muy a su pesar, el apellido de esta familia oriunda de Orbaizeta (Navarra) ha quedado grabado a fuego en la historia de Euskadi. Su hermano no formaba parte de ningún comando de ETA ni de ningún otro grupo. Era, además de “un hermano mayor que ejercía como tal”, un trabajador de la Compañía del Tranvía de San Sebastián.
Aún así, agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil lo detuvieron en la madrugada del 26 de noviembre de 1985 en su casa del barrio donostiarra de Alza. Un día antes, ETA había cometido un atentado contra miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, lo que desencadenó un amplio operativo antiterrorista. Mikel, un primo y su novia también fueron arrestados a lo largo de aquella noche. Los dos últimos fueron liberados sin cargos. Zabalza, por el contrario, no volvió a ser visto con vida.
La versión oficial –mantenida durante estos treinta años- asegura que el joven de Orbaizeta habría muerto tras intentar huir de los agentes en una zona boscosa, donde supuestamente había sido llevado para tratar de localizar un zulo. Veinte días después, la Guardia Civil informó que su cuerpo había sido localizado en el Río Bidasoa, apuntalando la tesis de la fuga. Sin embargo, la acusación particular advirtió desde un primer momento que Zabalza habría muerto a causa de las torturas infringidas en el cuartel de Intxaurrondo. Su primo –que había sido detenido el mismo día- asegura que escuchó los gritos de Mikel mientras era torturado, mientras que su novia declaró que había visto un cuerpo muy similar al de su pareja sobre una camilla.
Estas denuncias fueron confirmadas por distintas investigaciones periodísticas realizadas en los años noventa. El periodista de Diario 16 José Macca consiguió el testimonio del ex guardia civil Vicente Soria, quien aseguró que había visto el cuerpo de Mikel en un ascensor de Intxaurrondo. Por su parte, el diario El Mundo concluyó que los agentes Enrique Dorado Villalobos y Felipe Bayo Leal –condenados por los asesinatos de José Antonio Lasa y Juan Ignacio Zabala- habían sido los responsables de la muerte del joven. “Según testigos presenciales, Zabalza murió mientras Dorado Villalobos y Bayo Leal le practicaban la bañera”, reveló el periódico fundado por Pedro J. Ramírez en su edición del 30 de octubre de 1995.
Sin embargo, a nivel judicial nunca hubo avances serios. “El caso ha estado abierto dos veces… y fue archivado dos veces”, resume su hermana Idoia. En su hogar hay recuerdos que difícilmente se olvidarán. Por ejemplo, cuando su madre se presentó en Intxaurrondo –dirigido entonces por el general Enrique Rodríguez Galindo, uno de los principales miembros del GAL-, le dijeron que si había perdido un hijo tenía que dirigirse a “objetos perdidos”. Esa frase irónica ha dado nombre al documental “Galdutako objektuak” (“Objetos perdidos”), actualmente en fase de producción. Recientemente, los impulsores de este trabajo audiovisual –a cargo de Ahotsa.info y Filmotek- iniciaron un crowfounding para tratar de conseguir financiación.
“Quizás con este documental podamos apelar al corazón y la conciencia de algunos, y que eso produzca nuevas revelaciones que puedan ser útiles para reabrir la causa”, confía Idoia. Es una de las últimas esperanzas para una familia castigada por el dolor. “Tenemos un gran sentimiento de frustración. Hay muchas pruebas que revelan que la versión oficial fue mentira. Es algo que sigue pendiente y que reclamamos que se aclare”, afirma.
A pesar del tiempo transcurrido, los Zabalza jamás recibieron ningún tipo de reconocimiento o reparación. Tampoco figuran en los listados de víctimas de ninguna clase. A ojos del Estado, no son más que familiares de un detenido que murió por cuenta propia. “Eso duele, porque Mikel es víctima por partida doble –sostiene su hermana. Por un lado, sabemos que lo mataron en el cuartel de Intxaurrondo. Además, es víctima de una mentira muy gorda, una mentira diseñada por la Guardia Civil para ocultar este caso”. Este jueves 26, Idoia se reafirmará en el mismo objetivo de los últimos 30 años: “conseguir que la verdad, de una vez por todas, salga a la luz”.
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