Este artículo se publicó hace 4 años.
Violencia sexual en la infanciaMás de la mitad de los adolescentes afirma que accede a la pornografía entre los seis y los 12 años
Un informe elaborado por la organización Save the Children resalta que casi siete de cada diez adolescentes consumen pornografía con regularidad y que más de la mitad se inspiran en estos contenidos para sus practicas sexuales. El 30% de los jóvenes afirma que se trata de su única fuente de información afectivo-sexual. La organización lanza una campaña para reunir medio millón de firmas para forzar al Parlamento a acelerar la aprobación de la ley integral de protección a la Infancia.
Marisa Kohan
Madrid--Actualizado a
Casi siete de cada diez adolescentes consumen pornografía de forma regular en nuestro país, a la que acceden cada vez a edades más tempranas. Mas de la mitad, un 53,8%, afirma haber viso pornografía por primera vez entre los seis y los doce años, un porcentaje más alto que los que afirman haber tenido el primer contacto con ella entre los 13 y los 17 (46,2%). Si bien la mayoría de los menores (62,5%) reconoce haber visto pornografía al menos una vez, las cifras muestran una marcada diferencia por sexos y orientación sexual. Casi nueve de cada diez adolescentes varones (un 87,5%) ha visto pornografía al menos una vez en su vida, mientras que esta cifra que se desploma a menos de la mitad (38,9%) en el caso de las chicas adolescentes. También las cifras muestran que los adolescentes gais acceden más a la pornografía que las adolescentes lesbianas.
Todos estos datos están contenidos en un estudio que la organización Save the Children hizo público este martes y que bajo el titulo (Des)Información sexual: pornografía y adolescencia, analiza el consumo de pornografía en adolescentes y el impacto en su desarrollo y las relaciones con sus iguales. La investigación está basada en encuestas a cerca de 1.700 estudiantes de entre 13 y 17 años de diversos centros educativos de distintos lugares de nuestro país, así como en un estudio cualitativo realizado en 11 talleres con personas de entre 14 y 18 años.
El informe resalta que la mayoría de quienes han consumido pornografía accedieron a internet para informarse sobre sexualidad y que en la respuesta de los adolescentes se aprecia una clara diferencia de género. Si para ellos el primer acceso a la pornografía se debe a una búsqueda activa o una "especie de rito de iniciación a la madurez, al deseo sexual y a la socialización masculina", ellas lo encuentran de forma mucho más accidental y están más expuestas a recibir contenido de personas desconocidas.
Según la investigación la frecuencia con que los adolescentes consumen pornografía sigue unos patrones parecidos y es calificada como "elevadísima" por Andrés Conde, director de la organización en España. Si bien un 68,2% (casi siete de cada diez) reconoce consumir pornografía de forma habitual, ellos lo hacen en una proporción que dobla el de las jóvenes (81,6 % y 40,4 % respectivamente). Pero más importante que los números es el contenido.
Porno gratuito, el más violento y machista
El acceso a este tipo de contenidos es altamente preocupante, puesto que tal como señala el estudio, en un mundo completamente tecnológico marcado todavía por la desigualdad, la violencia de género y en el que la educación afectivo-sexual no siempre está a la orden del día dentro del hogar y de las familias, ni está incluida en el currículo, internet se convierte en docente y consultorio sobre sexualidad y con él, la pornografía.
Un dato preocupante para los autores del estudio es el hecho de que el 98.5% de la población adolescente encuestada consume pornografía gratuita, que suele ser la más machista y violenta, basada en la desigualdad y el los roles de de género, y que esto afecta de forma directa en la conducta de los jóvenes en sus relaciones afectivo-sexuales.
"Mientras que los chicos consumen una pornografía que está diseñada para ellos, a través de la que satisfacen necesidades instintivas, las chicas se adentran en la pornografía como método para aprender qué se espera de ellas (gestos, posturas, etc.)", explica el estudio.
El deseo sexual de la población adolescente se construye, en gran medida, sobre el consumo de pornografía, afirma la investigación, y resalta que los propios chicos expresan que les preocupa el hecho de excitares con prácticas sexuales que no son aprobadas moralmente.
Tal como lo relata uno de los jóvenes encuestados: "Normalmente se pone en una posición denigrante a la mujer. Nos pone cachondos y ahí es donde está el problema de esta sociedad. Por ejemplo, si ves cosas que son denigrantes en el porno y luego las quieres implementar en tu vida, a lo mejor no lo sabes, pero estás denigrando a una mujer por querer hacer lo que estás viendo".
"El auge de la nueva pornografía accesible, ilimitada (tanto en contenido como en tipo de prácticas), anónima e interactiva, se ha convertido en una pieza más de la sexualidad adolescente, que afecta a su forma de relacionarse y puede derivar en conductas de riesgo o nocivas", afirma la organización.
Para Catalina Perazzo, directora de políticas de infancia y sensibilización de la organización, "el peligro no es que vean pornografía, sino que su deseo sexual se esté construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficción. También es peligroso que crean que su consentimiento, sus deseos y preferencias, o los del resto, no tienen por qué ser tenidos en consideración".
Según el informe, los riesgos más preocupantes de estos vídeos están vinculados con que en ellos se enseña a los chicos "a menospreciar a las mujeres; a sexualizar el dolor femenino; a sentirse atraídos por figuras como la materna, cuidadoras o mucho más jóvenes, incluso menores; y a no cuestionar el deseo y convertir el sexo en una obligación que implica la dominación de la mujer. A las chicas se les ofrece una única opción en la que su placer pasa a un segundo plano y su disposición es incondicional y en muchas ocasiones sumisa. Este patrón de consumo masivo y gratuito, deja fuera de su alcance otro tipo de contenidos que se alejan del tradicional consumo generalizado basado en la violencia y la desigualdad".
Para Save the Children, la normalización de estas conductas, puede producir situaciones de violencia y desigualdad de toda clase, pero especialmente, de violencia sexual contra la pareja, contra iguales o contra menores de edad en la etapa adulta a través del abuso sexual infantil.
El porno como fuente de inspiración
Otro dato preocupante, resalta la investigación, es que cerca de un tercio de los encuestados (30%) afirma que la pornografía es su única fuente de información sobre sexualidad y mayoritariamente la ven como una "fuente de inspiración". El 54,1% de los encuestados considera que la pornografía da ideas para sus propias experiencias sexuales (en mayor medida ellos) y al 54,9% le gustaría poner en práctica lo que han visto. Esta tendencia aumenta aún más entre quienes consumen pornografía más a menudo. De hecho, el 47,4 % de adolescentes que ven pornografía más a menudo (pero principalmente los varones) ha llevado alguna escena a la práctica y en muchas ocasiones sin que exista un consentimiento previo por parte de su pareja.
El 36,8% de quienes consumen con más frecuencia pornografía no distingue entre la acción de la pornografía y sus propias experiencias sexuales, y del total, el 17,1 % no sabe contestar. Además, los chicos son los que ven
más semejanza entre la pornografía y prácticas propias en comparación con las chicas. También destaca que el 27,1% de las chicas no sabe identificar prácticas de riesgo como la ausencia de preservativo.
Acelerar la ley de protección a la infancia
Save the Children exige que la ley de protección integral contra las violencias en la infancia, cuyo borrador presentó el Gobierno el pasado 9 de junio, acelere su paso. Desde la fecha de su aprobación por el Consejo de Ministros, el texto está en proceso de recepción de enmiendas y alegaciones y ha ampliado este plazo ya en cuatro ocasiones.
Con el fin de acelerar su tramitación, junto con el informe la organización lanza este martes una campaña de firmas con el fin de recoger medio millón de apoyos que presione al Parlamento a acelerar los trámites. "Estamos pendientes de los Presupuestos Generales del Estado y tememos que la ley pueda retrasarse hasta febrero o marzo de 2021 y las víctimas no pueden esperar más", afirma Perazzo.
"Los ritmos no son los esperados", completa Andrés Conde, presidente de la organización a preguntas de este periódico en la rueda de prensa. "Si nos vamos a marzo para iniciar la tramitación, no se va a hacer efectiva hasta 2022 o más allá. Sabemos que el confinamiento ha incrementado la violencia intrafamiliar y es urgente dar a los menores protección con esta ley".
Save the Children afirma que parte de sus enmiendas y comentarios hacia esta norma han incidido en la necesidad de incluir en los curriculos la educación afectivo-sexual en todas las etapas educativas, al igual que hicieron con la ley sobre educación.
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