Este artículo se publicó hace 5 años.
ProstituciónEl movimiento abolicionista insiste: "Sin puteros, no habría mujeres explotadas"
Secuestradas, violadas, quemadas y amenazadas. Supervivientes de trata de diferentes países se reúnen en Madrid para relatar el “horror” de la prostitución y encontrar medidas eficaces para combatirla.
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Amelia Tiganus fue violada por cinco individuos cuando tan sólo tenía doce años, a la salida del colegio. Melanie Thompson fue secuestrada a la misma edad, en Nueva York. Mickey Meji pasó nueve años en la calle, mientras más de una docena de hombres pagaban por su cuerpo diariamente. Beatriz Rodríguez tuvo tres hijos mientras era explotada sexualmente. A Myles Paredes le contagiaron VIH.
“Hay una cifra alarmante de mujeres explotadas en cada país, pero es que por cada mujer explotada hay más de un putero”. Tiganus, superviviente de trata y activista en Feminicidio.net, señala a los demandantes de prostitución como principal sustento del sistema prostituyente: “Nuestros hermanos, tíos, padres, médicos, profesores…los policías y los fiscales… todos ellos son los hombres que financian la explotación sexual de las mujeres”.
Las historias de Tiganus (Rumanía), Beatriz Rodríguez (Colombia), Rachel Morán (Irlanda), Mickey Meji (Sudáfrica), Autumn Burris, Vednita Carter, Cherie Jiménez, Melanie Thompson (EEUU), Fiona Broadfoot (Reino Unido), Graciela Collantes (Argentina) y Myles Paredes (Filipinas) no son casos aislados. Todas ellas comparten un mismo pasado: fueron víctimas de explotación sexual. Estas once activistas feministas se han reunido en Madrid la mañana de este martes para reivindicar el abolicionismo como una herramienta de derechos humanos contra la prostitución y la trata de mujeres; en el marco de las jornadas organizadas por la CATW y la CIMTM los días 4 y 5 de febrero.
Encerradas en los prostíbulos, 24 horas disponibles para los hombres, una televisión que emite constantemente pornografía… La vulnerabilidad varía en función de las circunstancias: las mujeres negras, pobres y que han sufrido violencia sexual de niñas son las principales exponentes, según las feministas.
La legalización de la prostitución, ¿empodera?
“Ninguna mujer quiere ser usada por varios hombres, aunque haya dinero de por medio”, ha sentenciado Myles Paredes, que preside la Cooperativa Bagong Kamalyan. Meji, directora de Embrace Dignity, ha insistido en que la prostitución no puede considerarse un trabajo sexual. “Nadie acude al horror de la prostitución a trabajar, se va a buscar dinero para poder alimentar a los hijos”, ha añadido.
Desde el año 2010, al menos 44 mujeres en situación de prostitución han sido asesinadas, dos de ellas en el último año. Así lo recoge la plataforma feminista Feminicidio.net. “Las prostitutas se convierten en cuerpos desechables que ni siquiera se reconocen como asesinatos machistas en las cifras oficiales”, ha reivindicado Tiganus, que ha señalado a las calles de los polígonos y a los prostíbulos como “campos de concentración excluyentes de derechos” para las mujeres. “La prostitución no sólo destruye la vida de las mujeres que atrapa, también destroza cualquier oportunidad de crear igualdad entre mujeres y hombres”, reclama.
Todas las ponentes han coincidido durante todas las jornadas en dos puntos comunes: la educación como único camino para la igualdad de género y la erradicación de la demanda como principal medida para erradicar la prostitución. “Sin puteros, no habría mujeres explotadas”, ha ultimado Fiona Broadfoot, fundadora de Build a Girl Project.
El modelo nórdico, que criminaliza al demandante de prostitución, se ha convertido en el marco legal referente para el movimiento abolicionista, que pretende que se implante en todos los países del mundo. “Nosotras no somos criminales; el hombre que me compró para satisfacer su placer sexual, sí”, ha reiterado Broadfoot.
El demandante es invisibilizado
“Los puteros son los responsables de la violencia que sufren las mujeres en la prostitución”, ha reclamado Rosa Cobo, primera directora del Centro de Estudios de Género Feministas y autora del libro La prostitución en el corazón del capitalismo. La socióloga señala que la construcción del demandante de prostitución comienza por la creencia de que los hombres tienen una sexualidad irrefrenable y desbordante que sólo puede satisfacerse pagando por sexo, pero insiste en que son demandas patriarcales alejadas de las relaciones de igualdad. Así, ha pasado a denominarles “nuevos bárbaros del patriarcado”.
Meji recuerda que reconoció que era abolicionista cuando su hija de 16 años le cuestionó si se podía alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres utilizando sus cuerpos como mercancías, como en un simple negocio. Entonces, la activista sudafricana se preguntó: “¿En qué momento me convertí en un objeto? ¿Es un pecado haber nacido con útero?”.
Beatriz Ranea, investigadora y socióloga-politóloga, analiza cómo se legitima la violencia sexual dentro de la prostitución: “Los mismos comportamientos masculinos los conceptualizamos como babosos y acosadores fuera del espacio de la prostitución, como si hubiera un grupo de mujeres que hubieran nacido para soportarlo”. Además, ha señalado que “el abolicionismo es un planteamiento revolucionario también en el terreno sexual”.
“La ONU debe posicionarse, hay vidas en juego”
La antropóloga y activista de Pro Equidad de Género en Colombia, Drisha Fernandes, ha mostrado su preocupación ante la ausencia de posicionamiento de las Naciones Unidas ante legalizar o abolir la prostitución: “Debe posicionarse, estamos hablando de que hay vidas en juego”.
Fernandes ha mostrado su preocupación ante la ausencia de posicionamiento de las Naciones Unidas
Alethia Jiménez, integrante de ONU Mujeres, ha hecho énfasis en que las instituciones continúan en un margen patriarcal, aunque mantiene la esperanza en el compromiso feminista. Jiménez defiende la penalización de la discriminación sexual y la protección de los derechos de las víctimas; y respalda a la Organización en que “la ley a veces es incongruente, sobre todo la migratoria y la de derechos de la mujer, que en ocasiones contradicen a la trata; pero estamos trabajando en ello”.
La directora de la CATW Taina Bien-Aimé ha destacado que las organizaciones que están a favor de la legalización de la prostitución siguen las líneas legales, por lo que la presión debe hacerse ante la Secretaría General de la ONU.
“El estigma se combate encontrándonos entre nosotras, eliminando la división que nos impone el patriarcado entre putas y santas, y no repartiendo carnets de trabajadora sexual”, ha incidido la activista de Feminicidio.net. Una idea que secunda Rosa Cobo: "En el corazón del feminismo está el abolicionismo, como señalaron el movimiento sufragista y posteriormente el feminismo radical".
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