Este artículo se publicó hace 7 años.
AirbnbUna mujer reocupa su propio piso después de que el inquilino lo realquilase en Airbnb
Montse Pérez se dio cuenta de que su piso estaba siendo alquilado a través de esta plataforma, trató de rescindir el contrato con el inquilino pero no obtuvo respuesta y su única solución ha sido reocupar el piso y cambiar la cerradura.
Madrid--Actualizado a
Una mujer se ve obligada a pagar un alquiler a Airbnb para poder reocupar su propia vivienda después de que su inquilino lo ofertara en esta plataforma. Así cuenta La Vanguardia la historia de Montse Pérez, una mujer de Barcelona que se ha visto obligada a alquilarse su propio piso por 200 euros la noche para poder recuperar su vivienda después de que el joven al que le alquiló el apartamento, sin consentimiento y sin licencia turística, lo realquilará por días en Airbnb, llegándose a embolsar 8.000 euros al mes.
Montse Pérez detectó el engaño de su inquilino y trató de solucionar el problema con Airbnb, pero denuncia que no le hicieron caso. "Si quiere, podemos mediar entre usted y el anfitrión, pero no podemos hacer nada más", fue la respuesta. Mientras tanto la propietaria de la vivienda trató de ponerse en contacto con su inquilino advirtiéndole de que el contrato quedaría rescindido por incumplir el mismo al considerarse falta grave el realquiler del apartamento como vivienda turística. No obtuvo respuesta de su inquilino.
Esta catalana se dio cuenta de que algo extraño pasaba en su vivienda cuando al pasar por la calle donde tiene el apartamento, en el barrio barcelonés de la Barceloneta, vio colgadas toallas que no eran las suyas y las ventanas abiertas. Tras eso realizó una búsqueda en Airbnb y encontró su piso en alquiler.
Tras difundirse la noticia, Airbnb ha reaccionado y ha pasado del pasotismo más absoluto a retirar de su plataforma el apartamento. Antes de retirar el anuncio, Airbnb ha responsabilizado al "anfitrión" de haberlo ofertado, y ha pedido "a todos los anfitriones que certifiquen que tienen permiso para anunciar su alojamiento" y "comprueben y sigan las leyes locales".
La plataforma, que ha sido multada con 600.000 euros por el Ayuntamiento de Barcelona por anunciar pisos que no tienen licencia de turísticos, recuerda que "estas cláusulas están muy claras en nuestros términos de servicio y en nuestra página sobre ser anfitriones responsables".
La hija de Montse Pérez, Thais Franco, ha detallado a Efe que la familia alquiló en mayo su apartamento de la Barceloneta a un joven de 26 años, con un contrato que especificaba que el inquilino no podía realquilarlo ni hacer un uso turístico.
Una vez firmado el contrato, la familia no pudo volver a contactar con el inquilino y descubrieron que el apartamento estaba anunciado en Airbnb.
Thais Franco ha asegurado que se trata de una organización que se dedica a este tipo de fraude, ya que tienen conocimiento del inquilino, al que no localizan, también ha alquilado otros inmuebles en Barcelona con el mismo fin: pagar 950 euros de alquiler al mes y obtener luego 200 por cada noche alquilándolo a turistas a través de la plataforma Airbnb.
De hecho, el dueño de otro piso en el distrito de Sarrià de Barcelona ha denunciado hoy que ha recibido la notificación de una multa de 30.000 euros porque su piso, que tenía alquilado, aparece publicitado en la plataforma de viviendas turísticas Airbnb.
El propietario ha declarado a la emisora Rac1 que siente "totalmente indefenso" porque no puede demostrar que no ha sido él quien lo ha publicado ni puede denunciar al inquilino.
“No hemos tenido más remedio que reocupar nuestro piso y cambiar la cerradura”, denuncia esta propietaria. Montse y su marido buscaron un día libre de reservas en el piso y este miércoles lo ocuparon. Esta fue la única opción que tenían después de que su abogado estimara que el tiempo que tardarían en recuperar su piso por la vía civil era de al menos un año. Los Mossos les rechazaron la denuncia al no tratarse de un tema penal. “Como no se trata de un impago, no se producirá un desahucio exprés, nos dijo el abogado”, cuenta Montse Pérez a La Vanguardia.
En cambio esta solución no pone fin al problema porque ellos solo han alquilado el piso por un día y afirma estar "asustada". "Estoy segura de que esta gente me lo reclamará y no los dejaré entrar", afirma. Esta propietaria es consciente de que un responsable pasará a recoger la llave del piso porque nuevos turistas esperan entrar a ese apartamento del que ellos "no se piensan mover".
Tras lo sucedido este matrimonio confiesa "sentirse indefenso" y quieren comunicarlo a Airbnb para que "tomen cartas en el asunto y denuncie a los anfitriones que ponen en alquiler pisos que no son suyos". Además, dirigen su queja al Ayuntamiento y le piden que "en la campaña contra los apartamentos turísticos ilegales se fije en los inquilinos que realquilan el piso y no sólo en los propietarios".
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