El Congreso ha tumbado esta semana una propuesta de ley del PP para sacar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y del Catálogo Español de Especies amenazadas, de tal forma que levante el veto a su caza. Es el enésimo intento de los conservadores de frenar la defensa del cánido y volver a permitir que pueda ser abatido en los montes. La encargada de defender esta medida ha sido Milagros Marcos, diputada por Palencia y portavoz de Agricultura del partido, y lo ha hecho con un discurso polémico en la Cámara en el que ha acusado al Gobierno de provocar "furtivismo" y dejar que las poblaciones crezcan "de forma descontrolada".

Marcos defiende la protección del lobo con la caza. Pide, con su propuesta, volver a disparar al mamífero para evitar una presunta sangría ganadera y, en el atril del hemiciclo, vincula el leve crecimiento de las manadas que habitan en España con el cierre de 80.000 explotaciones ganaderas. "¿A quién protegemos? ¿Al lobo o a los vecinos de los pueblos?", ha dicho la política, para terminar denunciando que el cánido mata cada año unas 14.000 reses. 

Que el lobo ataca al ganado es una obviedad. Que el lobo sea el culpable del declive del sector ganadero es, sin embargo, una realidad retorcida. Para Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción, la intervención de Marcos se enclava en la estrategia de la derecha de "conseguir votos cercanos al mundo rural" a través de un discurso "fácil". "Se dice que hay que matar un cupo de individuos y que así se reducen los ataques de lobo, cuando no hay nada probado sobre ello", dice el conservacionista, que considera que la portavoz del PP vuelve a caer un discurso de "alarmismo" en los pueblos "llegando a decir que pueden atacar a personas".

"El sector ganadero lleva muchos años haciendo reivindicaciones importantes en las comunidades autónomas donde el PP Gobierna y no obtiene respuesta. Esta propuesta no solucionaría ninguno de los problemas reales del campo, como los bajos precios a los que el mercado compra sus productos, la PAC o la contaminación y competencia que generan las macrogranjas", denuncia Oberhuber. 

El debate en torno a la protección del lobo se ha simplificado y reducido a los ataques del mamífero a los rebaños. Si bien, esto puede llegar a ser un problema importante para los dueños de explotaciones agropecuarias, la realidad es que los escasos datos ponen en duda que puedan ser una amenaza tan importante como denuncia la diputada del PP. Los datos de la Agrupación de Entidades de Aseguradoras de Seguros Agrarios Combinados (AEASAC) hablan, según las cifras de 2018, de 4.636 ataques al año a ganado, frente a las 14.000 reses muertas cada año enunciadas por Milagros Marcos en el Congreso. 

Para Ignacio Martínez, portavoz de la Asociación para la Conservación y el Estudio del Lobo Ibérico (Ascel), la propuesta del Grupo Popular es "un fuego de artificio" para poner de nuevo en el centro del debate "su posición" sobre el depredador ibérico "Realmente es una forma de introducirlo simplemente en el debate político, pero no tiene mucho sentido desde el punto de vista legislativo porque, si son conscientes de que esto ya está en la vía judicial, porque lo introducen en el Congreso", reflexiona, en relación a la postura de los gobiernos autonómicos del noroeste –Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León– que pidieron en la Audiencia Nacional la suspensión del nuevo régimen de protección del lobo al norte del Duero promovido por el Ministerio de Transición Ecológica.

"Son todo intervenciones basadas en intentar asustar a la gente. Llevan años así, insistiendo en el tema de que los lobos van a entrar en los pueblos y mintiendo con un alarmismo puro y duro que no tiene ninguna base científica", denuncia Martínez. 

En el discurso entonado por la diputada popular, se habla de una protección del lobo frente al desamparo de los sectores agrarios. Sin embargo, el gabinete de Teresa Ribera acompañó la introducción del mamífero en el LESPRE de un paquete de medidas destinadas a favorecer la coexistencia. Tanto es así que el Consejo de Ministros aprobó a finales de 2021 una dotación de 20 millones de euros para financiar medidas preventivas de los ganaderos –desde vallados hasta el coste de perros mastines, que pueden reducir hasta un 20% los ataques de lobos– y compensar los daños que puedan causar las incursiones del depredador en los rebaños. Las indemnizaciones por ataques en 2018 sumaron 985.809 euros, según AEASAC, por lo que el presupuesto anunciado podría contribuir con creces a incentivar la coexistencia. 

La importancia del lobo en la red ecológica de la península ibérica también beneficia al sector ganadero. Si bien los ataques pueden conllevar daños económicos puntuales –que el Estado compensa–, la presencia del depredador en los montes regula plagas y reduce los riesgo de plagas y enfermedades asociadas. Tanto es así que los datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca muestran que al sur del Duero, en las regiones donde ya no hay presencia de este cánido, hay una mayor prevalencia de tuberculosis en poblaciones silvestres, lo que incrementa peligro para los rebaños de la zona. 

No es la primera vez que Marcos apunta contra el lobo. En 2021, tras la entrada del lobo en el LESPRE, escribió un artículo en El Confidencial donde calificaba las políticas impulsadas por Teresa Ribera de "ideología extrema" y de "ecologismo de salón". El veto a la caza, según la diputada, era una "clara animadversión del Gobierno hacia la ganadería".