El Gobierno mantiene "por tradición" los indultos de Semana Santa siete años después de anunciar su final
El Consejo de Ministros aprueba de nuevo la liquidación de penas a delincuentes al final de su condena a petición de cofradías y hermandades, una modalidad de gracia que alcanza a uno de cada siete perdones con los ejecutivos de Sánchez.
Zaragoza--Actualizado a
"Actualizar en la Constitución el principio de laicidad según la interpretación del TC (Tribunal Constitucional)", y "contemplar en este precepto el sometimiento de los representantes de los poderes públicos al principio de neutralidad religiosa en sus actuaciones", decía el programa electoral del PSOE para las elecciones de 2016, que también planteaba convertir el indulto en "un instrumento que solo se aplique de forma excepcional y atienda primordialmente a la reinserción en la sociedad".
Siete años después de esa declaración, a la que siguieron otras apelaciones al impulso de la laicidad y la aconfesionalidad del Estado en las dos convocatorias de 2019, el Gobierno de Pedro Sánchez va a mantener esta primavera aparcados algunos aspectos de su proclamada laicidad para, a base de cultivar esa contradicción, superar la veintena de indultos concedidos a presos a petición de cofradías y hermandades católicas con motivo de la Semana Santa.
El BOE publica este miércoles cinco indultos, uno a un condenado por un delito contra la propiedad industrial, en Granada; otro para una mujer declarada autora de un robo con fuerza, en Salamanca; un tercero para un traficante de drogas al menudeo de Málaga; uno más para un reo por estafa, en Toledo; y un último para un penado por robo, en León. Pese a ello, no se especifica en ningún caso si han sido aprobados a petición de las cofradías o hermandades.
"Hay mucha rutina y acomodo, y carencias, en los asuntos de conciencia y laicidad pese a que constituyen un valor democrático de primer orden", señala Juanjo Picó, portavoz de Europa Laica, que denuncia cómo "desde la supremacía de las instituciones religiosas se invade la esfera de la jurisdicción civil mediante una figura ancestral carente de toda lógica" como los indultos de Semana Santa, instaurada por Carlos III en 1759 en Málaga.
Picó anota que con el actual Gobierno "ha habido algunos avances en temas de conciencia como la ley de la eutanasia, pero también ha habido frenazos e incluso atrasos, como ha ocurrido con la Ley de Educación, que mantiene la religión en el currículum, o con las inmatriculaciones, con las que ha acabado admitiendo la amnistía registral, mientras el compromiso de promulgar una ley de conciencia se ha quedado en el cajón".
"En este contexto, no es de extrañar que mantengan la rutina de conceder indultos por Semana Santa a petición de entidades religiosas", añade.
Menos indultos, pero mayor peso de los religiosos
El ritmo de concesión de indultos por Semana Santa y a petición de entidades católicas se ha reducido a menos de la mitad en los últimos cinco años, en los que los 19 acumulados en 2019 (6), 2020 (cero, por los confinamientos), 2021 (5) y 2022 (8) más los de este año, en los que al menos una cofradía malagueña va a ver atendida su petición, se quedarán muy lejos de los 56 que acumularon los gobiernos de Mariano Rajoy en el lustro anterior, entre 2014 y 2018.
Fuentes del Ministerio de Justicia, que confirmaron que este año de nuevo va a haber medidas de gracia con reclusos por Semana Santa, aunque declinaron especificar la fecha de su aprobación (el martes hay de nuevo Consejo de Ministros), destacaron esa menor aprobación de medidas de gracia por parte de los dos últimos gobiernos, el del PSOE en solitario y el de coalición, frente a los anteriores.
En lo que va de siglo XXI, los distintos ejecutivos han aprobado más de 5.300 indultos: 1.117 los de José María Aznar, 3.140 los de José Luis Rodríguez Zapatero, 970 los de Mariano Rajoy y 138 los de Pedro Sánchez hasta el año pasado.
¿Más indultos de origen religioso que por otros motivos?
Las cifras dejan poco espacio para las dudas sobre la reducción del ritmo de utilización general de esa medida excepcional que la ley, una del siglo XIX en este caso, deja en manos del Gobierno, algo que, por otra parte, sitúa al actual ejecutivo ante una paradójica consecuencia.
Ese menor recurso a la medida de gracia dispara el peso que los indultos de componente religioso tienen sobre el conjunto de los que han ido concediendo los ejecutivos presididos por Pedro Sánchez: entre 2019 y 2022 supusieron el 13,7% del total, casi uno de cada siete, con un peso superior al 40% (ocho de dieciocho) en el último de esos ejercicios.
Hasta ayer, el Consejo de Ministros había aprobado otros cinco indultos, según recoge el BOE: a un capitán de corbeta condenado por un delito contra el patrimonio militar y a cuatro civiles, el autor de un robo con fuerza en Guadalajara, un estafador zaragozano y otra madrileña y un penado por un delito contra la propiedad intelectual en Alicante.
En ese contexto, un paquete de indultos como el que lleva el BOE este miércoles, similar, por otra parte, al volumen de las últimas semanas santas, llevaría a una extraordinaria situación en la que los indultos de componente religioso igualarían en cantidad, al menos en el balance provisional del primer trimestre del año, a los concedidos por otras causas y motivos por primera vez en democracia.
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