Este artículo se publicó hace 6 años.
Efecto llamadaLos datos que echan por tierra el mantra racista del "efecto llamada" tras el Aquarius
La llegada de pateras a las costas españolas ha ido aumentado cada año desde 2014 hasta que en 2017 casi se triplicó la cifra de 2016. Hasta mayo de 2018 ya había llegado el doble de personas que en el mismo periodo del año pasado.
Madrid--Actualizado a
"La avalancha de pateras confirma el efecto llamada del caso Aquarius en Andalucía". Así titulaba el diario ABC su noticia de su criticada portada del pasado domingo, coincidiendo con la llegada a València de las 630 personas rescatadas la pasada semana en el Mediterráneo por el barco de Aquarius, a los que el Gobierno italiano cerró sus puertos.
La decisión del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez de que el buque de las ONG Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterranée viniera a España no sentó muy bien en las filas del Partido Popular, que enseguida comenzó a tildar la decisión de "peligrosa" y a desempolvar el ya manido argumento del efecto llamada, afirmando que esta decisión podría convertir a España en "un coladero" para la inmigración irregular.
Los medios conservadores no han tardado ni dos días en comprar el argumentario del PP. Un día antes que el ABC, el editorial de La Razón daba la voz de alarma titulando "hacia un irresponsable efecto llamada". Lo único cierto en ambos periódicos son las cifras de llegadas de pateras durante el fin de semana, que han batido récords: casi 1.300 personas han sido rescatadas cuando trataban de llegar a España a bordo de pateras. También ha habido cuatro muertos y 43 desaparecidos la tarde del sábado tras el naufragio de su precaria embarcación cerca de Cabo de Gata. Sin embargo, achacar este pico de legadas a la decisión de Sánchez significaría cerrar los ojos a una tendencia que ya viene de lejos.
Ya hubo jornadas como ésta el pasado año
Sin duda, este fin de semana es el que más rescates de embarcaciones ha registrado en lo que va de año, aunque, según varios expertos, puede que no sea el único. La llegada del buen tiempo y el fin del Ramadán son dos factores clave para entender estas llegadas. Por otra parte, el pasado año también hubo jornadas centenares de pateras rescatadas. El viernes fue la jornada más intensa del año, con 629 personas rescatadas, la mayor parte frente a las costas de Cádiz. Sin embargo, el 16 de agosto también se registraron cifras similares, con 593 personas rescatadas por Salvamento Marítimo. No obstante, el día que más personas fueron auxiliadas en la última década fue el 12 de agosto de 2014, con 920 personas.
Llegadas en aumento desde 2013
Pero si hay un dato que echa totalmente por tierra el argumento del efecto llamada del Aquarius es la serie histórica del Ministerio del Interior. Desde la llamada crisis de los cayucos de 2006, cuando llegaron a España (sobre todo a Canarias) más de 39.000 migrantes, las llegadas a las costas españolas se han mantenido estables, en torno a las 4.000 anuales.
En lo que va de año ya han llegado el doble de personas en patera que en el mismo periodo de 2017
Pero la tendencia empezó a revertirse paulatinamente desde 2014 y ha repuntado con fuerza año tras año. El aumento fue importante en 2016, con más de 8.000 llegadas, un 50% más que en 2015. En 2017 el número casi se triplicó, con más de 22.000 llegadas por mar. En lo que va de 2018 han llegado a las costas españolas 9.315 personas (datos disponibles hasta el 10 de junio), más del doble que en el mismo periodo del año pasado. Como se ve, con datos previos a la decisión de Sánchez de acoger a los rescatados del Aquarius, el número de llegadas por mar ya se había duplicado.
Causas del repunte
Aunque es evidente que la decisión de un presidente que no lleva ni un mes en el Gobierno no tiene ningún efecto en los flujos migratorios hacia Europa, conviene recordar que este aumento coincide en el tiempo con el drástico descenso de llegadas a Italia. Ya antes de que el ministro ultraderechista Salvini decidiera cerrar sus puertos a los migrantes, las ofensivas italianas contras las ONG de rescate y la financiación europea a la Guardia Costera de Libia han reducido en más de un 70% las llegadas de embarcaciones a Italia. Ante las dificultades para huir de los conflictos en África y Oriente Próximo, de las crisis económicas del norte de África o del hambre y la miseria, muchas personas han visto en la ruta del Mediterráneo occidental más posibilidades de éxito.
Al mismo tiempo, la mayoría de migrantes que deciden llegar a España irregularmente por mar son de Marruecos y Argelina, dos países azotados por una profunda crisis económica y también política. Las revueltas del Rif del pasado año han provocado el exilio de miles de jóvenes marroquíes cuya única salida para no acabar en la cárcel por manifestarse contra el régimen ha sido la huida en patera.
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