Este artículo se publicó hace 9 años.
Rajoy lo fía todo a las elecciones generales
El PP espera mantener el poder en Madrid y Valencia y lucha 'in extremis' por Castilla-La Mancha. El presidente se conforma con ganar en votos el 24-M y que la mejora económica le procure una remontada para final de año.
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MADRID.- La macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada el jueves 7 de mayo no ha cambiado en nada la estrategia y expectativas del presidente del Gobierno y del PP. Mariano Rajoy, simplemente, ha confirmado los "estudios sociológicos" -en el PP se niegan a llamarlos encuestas- de su gurú de cabecera, Pedro Arriola.
Es decir, en las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo el Partido Popular es la fuerza más votada y pierde las mayorías absolutas prácticamente en la totalidad de comunidades y en los ayuntamientos más importantes -según el CIS, la conservaría muy justa en la Presidencia de Castilla y León-. Con eso, cree el jefe del Ejecutivo, los muebles están salvados hasta las elecciones generales, que es donde realmente Rajoy considera que se la juega. Lo ha dicho el mismo jueves en Málaga: el PP es "el primer partido; el primero", subrayó en un mitin. Los conservadores aseguran, además, que el presidente augura un aumento paulatino del apoyo a su partido conforme las cifras económicas vayan mejorando. Por eso, su discurso no va a cambiar y va a desgranarlo en los 22 actos que tiene programados por toda España para estos 15 días de campaña.
Para Rajoy, si los pronósticos del CIS y Arriola se cumplen, los muebles están salvados hasta las generales. "Somos el primer partido; el primero", ha sacado pecho en un mitin en Málaga
El alivio de la calle Génova, al menos de cara a la galería, lo ha confirmado, además de Rajoy, el director de campaña, Carlos Floriano, en rueda de prensa y minutos después de conocerse la encuesta del CIS, con un desplome sin precedentes del Partido Popular: "El PP sigue siendo el partido sobre el que los españoles depositan la confianza". De hecho, aunque el también vicesecretario general admite la evidencia -el PP "baja"-, mantiene su argumentario asegurando que el de Rajoy sigue siendo el partido en el que los españoles "más confían" para que les gobierne. Y con este mensaje cogido por los pelos -que obvia, en cambio, el pánico conservador en autonomías y ayuntamientos por las dificultades para mantener los gobiernos-, el PP arranca hoy los 15 días de campaña electoral.
El presidente del Gobierno confía en mantener el poder en los territorios madrileño y valenciano, aunque es consciente de la casi imposibilidad de revalidar la mayoría absoluta, tanto en ambas presidencias como en los ayuntamientos. Igual que en Castilla-La Mancha, donde la presidencia de la secretaria general del PP es todo un estandarte de fuerza conservadora que Rajoy tratará de mantener volcándose en la campaña de Dolores de Cospedal.
El 'socialismo' de Rivera
El jefe del Ejecutivo ya ha trasladado el objetivo a conseguir a partir del lunes 25 de mayo: gobernar en minoría donde se pueda y evitar los pactos. En los ayuntamientos es más sencillo que en las comunidades, donde las leyes varían en la forma de dar luz verde a las presidencias, aunque, en la mayoría de los casos, el PP necesitaría que, al menos, uno de los otros tres partidos (PSOE, Podemos o Ciudadanos) se abstuvieran, como está ocurriendo en Andalucía. En los consistorios, sin embargo, bastará con que un candidato obtenga una mayoría simple para acceder a la alcaldía.
Rajoy apuesta por que el PP gobierne en minoría y sin pactos allí en donde pueda
En realidad, son los pactos los que evitarán al PP siempre que puedan, creen en el seno del partido. Tanto Podemos como Ciudadanos tratarán de sortear alianzas con PP y PSOE que puedan detraer votos en las elecciones generales, donde el panorama será diferente. En cualquier caso, si el PP puede pactar con algún partido es con Ciudadanos, por afinidad ideológica de su ala liberal. En este caso, el empeño de los conservadores por presentar a la formación de Albert Rivera como "socialista" y cargada de "ocurrencias" puede pasar factura a los barones a la hora de intentar pactar.
Podemos ya aseguró desde el principio que no pactará con el PP en ningún caso -ni el PP con Podemos, salvo en Extremadura, donde José Antonio Monago dijo estar dispuesto a hablar "con todos"-. Incluso, es bastante probable que la formación de Pablo Iglesias o las marcas municipales en las que concurre lleguen a alianzas con otras fuerzas si logran con ello terminar con los denostados gobiernos de derechas, su "único adversario", insiste.
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