Este artículo se publicó hace 8 años.
Marina Subirats: "A la derecha le interesa mantener un sistema desigual"
La filósofa y socióloga denuncia “el retroceso institucional” forjado por la derecha en educación e igualdad. En vísperas de la Diada, Marina Subirats propone “volver a empezar con un gobierno sin el PP” como única salida para Catalunya.
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“Quienes ostentan el poder suelen tener interés en mantener las cosas como están, en que se ignore que podrían cambiar”.
Forjar un hombre, moldear una mujer. Marina Subirats
MADRID.- La primeras páginas de su último libro –Forjar un hombre, moldear una mujer- son un homenaje a su madre: una de esas muchas “madres aplastadas, obligadas a cumplir con su deber, es decir, a moldearnos para que nos adaptáramos a una cultura misógina, mutiladora de posibilidades y deseos”. Es quizás esa “herida antigua” la que justifica toda una vida dedicada a la mujer, a la educación en igualdad y contra aquellos “¡niña, no corras, que es muy vulgar que se muevan las carnes”.
A pesar de sufrirlos también y de aguantar las comparaciones con un hermano al que se le suponían mejores notas, Marina Subirats Martori (Barcelona, 1943) tuvo la oportunidad de educarse en la Barcelona que peleaba contra la dictadura –se licenció en Filosofía en la Universitat Autònoma- y en el París de la revolución del 68 donde obtuvo el Diplôme d'Etudes Approfondies en Sociología. Lo segundo le marcó. Sobre lo primero, la movilización antifranquista, dice no sentir ninguna nostalgia.
“No siempre un país puede estar movilizado. Cuando aquello terminó fue un alivio” dice hoy la militante de Bandera Roja o el PSUC a la que no le gusta el debate sobre si se hizo bien o se hizo mal la Transición: “Es como si en aquel momento hubiéramos hecho lo que queríamos. Los mecanismos del poder dictatorial eran enormes, ¡son enormes ahora, imagínate en los 70. Se hizo el máximo posible. Y no me refiero a la negociación entre Suárez, Carrillo… La Transición fue el resultado de una gran movilización popular. Y se llegó donde se pudo. Lo que ocurrió es que debería haber seguido la democratización y, sin embargo, el proceso se detuvo”.
De vocación investigadora, de vuelta en Catalunya Subirats se convirtió en profesora de Sociología la Universitat de Barcelona y de la UAB –en la que hoy es Catedrática Emérita- y en investigadora de la Fundación Jaume Bofill. Su especialidad: la que se intuye en el título de uno de sus primeros libros, Rosa y Azul. La transmisión de los géneros en la escuela mixta. Y destaca la importancia del término ‘género’, frente al de sexo, como elemento no biológico, sino social y cultural, que por tanto se puede modificar.
“A la derecha le interesa mantener un sistema desigual, también en relación con las mujeres”
“Se ha avanzado muchísimo gracias a la ola de fondo de muchísimas mujeres que han dicho ‘¡basta!’. Si en mi juventud me hubieran contado lo que tenemos hoy, no lo hubiera creido. El problema es que cuando las cosas no avanzan, retroceden. Y hoy no se avanza en igualdad”, se lamenta la estudiosa, que diferencia entre los elementos sociológicos y los institucionales en el parón. “Primero porque las generaciones actuales no ven la necesidad de estar en la brecha; parten en la idea de que la igualdad ya existe”. Y responsabiliza a los medios de comunicación “que siguen difundiendo estereotipos de mujer erotizada y dependiente que pertenecen al pasado”.
En cuanto a lo institucional, denuncia un claro retroceso quien fue directora del Instituto de la Mujer en los años 90. “Me miraban como una aparición cuando visitaba Latinoamérica. Teníamos un prestigio internacional que se fue a pique por las políticas del PP. A la derecha no le interesa, prefiere mantener un sistema desigual, también en relación con las mujeres. Con otro agravante: la Iglesia, que siempre ha hecho lo que ha podido para que se vuelva a posiciones tradicionales”.
Responsable de Educación en el Ayuntamiento de Barcelona hasta 2006 y miembro del Consejo Escolar de Estado hasta que llegó el ministro Wert -“por supuesto me echó. Y con toda la razón del mundo”, se ríe- Subirats no es mucho más optimista en lo que a educación se refiere: “Está pasando por un momento muy malo. La LOMCE nos retrotrajo a medidas, en algunos aspectos, propias del franquismo; a un concepto clasista del sistema en el que no se quiere educar a quienes no pertenezcan a las élites”. Aunque anuncia que “está pensada, negociada y pactada una alternativa” cuya puesta en marcha depende de lo que suceda en el Gobierno de este país. “Y de eso…” vuelve a carcajearse para no tener que rellenar con un pronóstico los puntos suspensivos.
Lo que sí tiene claro la socióloga es que la continuidad del PP al frente del Gobierno no puede traer nada bueno ni para la educación, ni para la solución de problemas como el de Catalunya. En vísperas de la celebración de la Diada, afirma la catalana que la única salida a la situación es “volver a empezar con un gobierno sin el Partido Popular, que es el que saca mayor tajada del enfrentamiento, y que los partidos entiendan que no se trata de atender sus reivindicaciones sino de una cuestión casi de salvación nacional”.
“La única salida a la situación en Catalunya es volver a empezar con un gobierno sin el PP, que es el que saca mayor tajada del enfrentamiento”
“Hay que tener en cuenta que el independentismo hasta el año 2011 no llegaba al 15%. Comienza una crisis durísima, sin salida, y de la misma manera que en España surge Podemos como respuesta desesperada, en Catalunya surge el ‘nos vamos’, que ya estaba introducido por Esquerra Republicana de Catalunya en el imaginario catalán. Aparece un movimiento popular muy fuerte que dice ‘basta, no queremos estar en la grisura que se plantea en España’, pero la dirección política es partidista y radicaliza la demanda”. Y concluye Subirats sobre lo que un día llamó ‘utopía de recambio’: “Hemos llegado a un punto en el que no hay forma ni de hablar y esto solo puede tener consecuencias nefastas”.
Y no es ajena a la política a la que ha pertenecido, siempre como independiente, y a la que no ha dado nunca la espalda. Apoyó la candidatura de Joan Coscubiela en las generales de 2011 o la de Joan Herrera, en las autonómicas de 2012. En septiembre del pasado año cerró, junto al catedrático Vicenç Navarro, la lista por Barcelona de Catalunya si que es Pot. Y como la política que es se lamenta de que hoy estemos en manos “no ya de un partido conservador, sino de unos grupos casi mafiosos. Y no digo que en el PP, todo el mundo lo sea”, aclara.
“Pero lo que vemos es indecente. Porque no es un problema de poder, sino de haberse creído que esto es su finca particular y que cualquier cosa vale. Se necesita volver a sanear las instituciones, recuperar el patrimonio sagrado de la confianza mutua y de la confianza en lo público, que la gente pueda creer que la política es algo más que los intereses particulares de unos pocos”. Y aconseja a quienes están esa pelea: “Que dejen de lado las líneas rojas y hagan un equipo que saque a la política de la inmundicia en la que se encuentra”.
A Marina no se le pasa por la cabeza, aunque no diría “no” a una candidatura simbólica “con estos grupos nuevos –define- que suponen la renovación de la izquierda, más allá de un Partido Socialista que ha entrado en una deriva que ya no representa las necesidades de la gente”. De momento sigue con su vida de “jubilada en activo” y con el compromiso con la mujer, la igualdad o la educación que destilan cada uno de los artículos o las conferencias de la Catedrática Emérita. O como prefiere definirse Subirats, de “la mujer de una generación que tuvo que atreverse con todo, satisfecha por todo lo logrado, aunque quede muchísimo por lograr”, termina.
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