En un nuevo guiño al sector de la hostelería, la Comunidad de Madrid ha lanzado la campaña Yo dejo propina. A través de un vídeo promocional, de poco más de un minuto de duración y con una música emotiva, el Gobierno madrileño presidido por Isabel Díaz Ayuso hace un llamamiento para "volver a dejar propina" en los bares y los restaurantes porque, asegura, es lo que permite a los profesionales del sector cumplir sus "pequeños sueños e ilusiones".

"Ha llegado la hora de volver a hacer sonar las campanas de nuestros bares y restaurantes", dice una voz en off en el vídeo. "Para nosotros es un pequeño gesto, pero para ellos es el extra que les permite llegar a esas ilusiones tan necesarias", añade la misma voz mientras muestra algunos ejemplos de lo que pueden hacer con ese extra de las propinas quienes las reciben: pagar las clases de inglés, las de piano de un hijo o hacer un regalo a la pareja.

El mensaje que se desprende de este vídeo es que los sueldos de los camareros y camareras se complemente con esas propinas, como ocurre en Estados Unidos por ejemplo.  Las críticas a esta campaña han sido numerosas: hay quien sostiene que favorece la economía sumergida porque las propinas no se declaran a Hacienda.

Pero las mayores críticas llegan porque lo que está proponiendo de forma velada el Gobierno de Ayuso es pedir a los ciudadanos que complementen los bajos sueldos de los camareros con las propinas en lugar de adoptar medidas para aumentarlos. 

Un camarero o camarera en Madrid tiene un sueldo medio de 1.000 euros al mes, cantidad a los que suele añadirse algún complemento, pues la base media de cotización en España es de 1.248 euros, según datos de la Seguridad Social del pasado octubre,

El vídeo también reivindica el trabajo de los camareros y camareras. "Ellos son los que nos hacen la vida un poco más fácil y más alegre. Ha llegado la hora de volver a hacer sonar las campanas de nuestros bares y restaurantes. Volvamos a dejar propina", concluye el vídeo.

En muchos países, entre ellos España, hay tradición de dejar propina, pero no es obligatoria. En otros lugares del mundo, como Estados Unidos o Canadá sí es obligatoria; de hecho constituye una buena parte del sueldo de los camareros y camareras, e incluso está estipulada su cantidad a través de un porcentaje sobre el total de la factura.

En otros lugares, como México y Turquía, los sueldos de los camareros y camareras son tan bajos, que sin ese dinero extra, no podrían sobrevivir.