Este artículo se publicó hace 8 años.
Francisco Granados y López Madrid recurrieron al comisario Villarejo para ejecutar operaciones encubiertas
Eduardo Inda reconoció al comisario que investigaba el caso de la doctora Pinto que el ex secretario general del PP de Madrid y el empresario amigo del rey utilizaron los servicios del despacho privado del 'agente encubierto', tal como queda patente en los audios de sus conversaciones, a los que ha tenido acceso Público en exclusiva
Patricia López
-Actualizado a
MADRID-. El ex vicepresidente de los gobiernos de Esperanza Aguirre y ex secretario general del Partido Popular en Madrid, Francisco Granados, se sentará hoy ante el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco. Encima de la mesa la presunta financiación ilegal de los conservadores madrileños y las relaciones que estos mantenían con el despacho de abogados Stuart & Mackenzie, propiedad del comisario José Manuel Villarejo Pérez.
Fue el tertuliano Eduardo Inda --con estrechos lazos con los imputados en Púnica, Granados y el empresario Javier López Madrid-- quien puso sobre la pista al comisario de Policía Jaime Barrado de que ambos amigos de yate y negocios habían recurrido al ahora jubilado Villarejo para que les solucionara diversos problemas, según los audios a los que ha tenido acceso Público en exclusiva.
El contexto de estas delaciones que hace Eduardo Inda al comisario Barrado es en el marco de la investigación sobre las amenazas que recibía la doctora Elisa Pinto y sobre las que ya había puesto 14 denuncias en la comisaría de Chamartín, que dirigía Barrado.
El tertuliano conoce bien a Granados, López Madrid y Villarejo, como se escucha en las intervenciones telefónicas de la Operación Púnica, y también en los audios de Público, ha compartido con ellos reuniones en hoteles, copas y filtraciones, por ejemplo, sobre Ignacio González.
Sin embargo, Inda parece haber roto relaciones con ellos y acude a ver al comisario Barrado en reiteradas ocasiones para convencerlo de que todo lo que cuenta la doctora es verdad, que López Madrid la amenaza y que éste ha contratado al comisario Villarejo a través de Francisco Granados.
Meses después de las primeras confidencias de Inda a Barrado, el comisario intenta hacer "un guión que luego leerás" como le dice al tertuliano. Por ejemplo, el policía hace alusión a una frase que la doctora Pinto dice en una de sus denuncias "López Madrid quiere que cierres la boca" y le pregunta a Inda si recuerda este hecho. Inda asiente: "Te lo conté yo".
La conversación continúa y Barrado le explica: "Yo quiero creer, de verdad, que tú has llegado al convencimiento, que llegaste antes que yo, de que Elisa Pinto era víctima… [Inda: "Sí"] de un acoso, coacciones, apuñalamientos y demás. Yo entonces, la primera vez que hablo contigo…". A lo que el tertuliano le contesta: "Me dijiste que no era así, que era una locura".
Desde el inicio de la conversación, y a lo largo del intercambio, queda bien claro que ambos son conscientes de que es López Madrid quien ha amenazado a la doctora Pinto.
El policía sigue leyéndole el guión de sus encuentros y le recuerda otra valiosa información que Inda le aportó: "Vuelves otro día a la comisaría (...) yo me acuerdo que era por la tarde, y me dices que el Villarejo está metido y yo te digo 'demuéstramelo de alguna manera' y tu me dijiste 'a través de Francisco Granados que ha presentado a'… más o menos era esto, corrígeme si me equivoco". Y nuevamente Inda le confirma al comisario que está en lo cierto.
La relación entre Francisco Granados y Villarejo venía de mucho antes. Los guardias civiles acusados de espionaje a políticos del PP de la Comunidad de Madrid han llegado a declarar en la Asamblea que escucharon cómo el entonces director general de Seguridad y ahora comisario general de Información, Enrique Barón, ofrecía ya en 2009 los servicios del comisario Villarejo entre los miembros del Ejecutivo madrileño.
Algunas fuentes apuntan que Granados requirió esos servicios del entonces policía para conocer toda la información posible sobre su enemigo y rival Ignacio González. Además, en las grabaciones de Púnica se ve cómo Inda queda con Granados en un hotel precisamente para recibir informaciones del expresidente de la Comunidad de Madrid.
También en el sumario que instruye la Audiencia Nacional y la Guardia Civil sobre la corrupción de los populares en Madrid, aparece una conversación en la que el imputado Alejandro de Pedro le pide a Granados la dirección de un despacho y este último le indica que en Torre Picasso, donde Villarejo tiene algunos de sus negocios privados.
En otra de las visitas, Eduardo Inda le cuenta al comisario que Villarejo quiere utilizarle a él y a su excompañero de El Mundo, Esteban Urreiztieta, como coartada para el día que presuntamente apuñaló a la doctora Pinto.
Barrado le pide que le aclare: "Tú me dijiste que no estabas con él porque has visto...". sin dejarle terminar, el tertuliano contesta: "No, sobre todo porque yo lo chequeé y ese día estaba en una tienda de Madrid, porque a mí me habían invitado unos amigos míos a EEUU a su casa y les estaba comprando un regalo".
El investigador del caso de la doctora Pinto le insiste a Inda: "Por lo tanto, la coartada se le viene por debajo. ¿Si a ti te citan para declarar eso...?" Rotundo contesta el tertuliano: "Tendré que decir la verdad". Según explica, a la hora en que Villarejo dice que estaba reunido con él y con Urreiztieta "yo estaba en la tienda Hermes de Madrid".
El comisario Barrado no sale de su asombro. Primero, porque un homólogo pueda ser contratado para entorpecer una investigación policial y judicial; segundo, como le dice a Inda: "¿Cómo piensas tú que es tan prepotente que te pone a ti y a Urreiztieta...?"
El tertuliano ni se lo piensa: "A Urreiztieta lo tiene sobao. Urreiztieta sabe todo y es un cobarde. Urreiztieta hará lo que le diga el otro".
Paralelo a este divorcio profesional entre los dos periodistas, Urrieztieta fue beneficiado con una grabación en la cafetería La Mallorquina en la que, según Ignacio González, el comisario Villarejo intentó chantajearle con la información de su ático y, según el policía, el ex presidente de la Comunidad de Madrid requería de sus servicios para que se archivara la causa.
Tal es la necesidad de Eduardo Inda porque el comisario Barrado le crea, y con ello a la doctora Elisa Pinto, que fue él quien le entregó dos pruebas relevantes para reabrir la investigación: la orden de alejamiento contra López Madrid que no había llegado a la comisaría de Chamartín y un pen drive con imágenes del empresario desnudos y audios, cuya voz identificó el propio Inda.
Barrado repasa su relato de los hechos. "Vuelves otro día y me dices más o menos con estas palabras, tú 'pero cómo coño no hacéis caso si hay una orden de alejamiento' [refiriéndose a Inda]". Este contesta con un escueto "claro".
Prosigue el comisario, "y yo te dije ¿eso es mentira? Porque no teníamos orden de alejamiento y tú viste lo que tuve que organizar con la orden de alejamiento". Ahora el tertuliano muestra interés, "¿eso ya se contó en prensa, no?". Sin embargo, y a pesar de las informaciones que publicó, nunca desveló estas relaciones entre políticos, empresarios y negocios privados de comisarios.
Quizá la prueba más rocambolesca de las que le entregó al veterano policía fue un pen drive con desnudos de López Madrid y con audios que este enviaba a la doctora Elisa Pinto. Inda le reconoce a Barrado "le conozco" y el policía le dice que en otra ocasiones me dijiste "que erais medio amigos". El tertuliano lo niega, "no, solo le conozco". Pero sin duda estaba muy bien informado.
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