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Elecciones 2019Casado busca aglutinar el voto de la derecha asegurando que Sánchez "prefiere manos manchadas de sangre"
El presidente del PP presenta en Barcelona el programa del partido para el 28-A con un discurso especialmente duro contra el líder del PSOE, sitúa a Vox en el bloque de “centro derecha” e insiste en criminalizar al independentismo. Además plantea una serie de medidas fiscales de marcado carácter regresivo
Barcelona--Actualizado a
Agitar el temor a una España “rota” por culpa del independentismo; repetir hasta la saciedad el mantra que Pedro Sánchez es aliado de los “comunistas, los golpistas y los terroristas” [Podemos, los independentistas catalanes y la izquierda abertzale, en el peculiar lenguaje de Pablo Casado], proponer una “revolución fiscal” de marcado carácter regresivo que favorece, fundamentalmente, a las clases altas; exacerbar el nacionalismo español con determinadas medidas referentes a la simbología; e insistir en concentrar el voto de la derecha y la extrema derecha para evitar una victoria del PSOE. El presidente del PP, Pablo Casado, ha aprovechado la presentación del programa del partido para las elecciones generales del 28 de abril para definir los elementos y los mensajes que, más que probablemente, marcarán la campaña de la formación conservadora.
El acto se ha celebrado en el Hotel Princesa Sofía de la capital catalana, uno de los territorios en que peor lo tiene el PP para sumar apoyos en las urnas. De hecho, la reciente encuesta del CEO -el CIS catalán- apenas da a la formación dos escaños en Catalunya el 28-A, cuando ahora suma 6. Casado ha emulado a su cabeza de lista en Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo -que ha sido la encargada de pronunciar el primer discurso-, para asegurar que “somos el único partido que estamos proponiendo un futuro para Catalunya”. En una intervención de tono muy duro, ha intentado desacreditar en todo momento al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentándolo como un aliado de los “que quieren romper España” y no ha dejado de criminalizar a los independentistas catalanes, a los que considera “colpistas”, por mucho que el Tribunal Supremo todavía esté lejos de dictar sentencia en el juicio del 'Procés'.
“En estas elecciones está en juego nuestro propio sistema constitucional”, ha manifestado un Casado especialmente alarmista, para quién “estamos en un proceso de involución histórica en el que Pedro Sánchez quiere normalizar en la calle lo que nunca debería ser normal en la política. Intenta que la sociedad se pliegue a su voluntad, necesidades y aspiraciones, en lugar de buscar un gobierno que sirve a la sociedad”. El gran argumento de Casado para desacreditar al PSOE es que llegó al gobierno a través de la moción de censura con el apoyo de Podemos y de los independentistas catalanes y vascos.
“Para seguir en el gobierno Sánchez necesita el apoyo de aquellos separatistas que han ejercido el golpismo, y de aquellos proetarras que han ejercido el terrorismo. Ha cruzado la línea roja. Se convalida la violencia y la deslealtad como mérito político”, ha afirmado, para añadir que el líder del PSOE “intenta ensuciar a las instituciones. Prefiere manos manchadas de sangre, a manos pintadas de blanco, prefiere manos pintadas de amarillo a manos abiertas a todos los españoles”.
Pese a su insistencia en dar por seguro una alianza entre el PSOE, Unidas Podemos, el independentismo catalán y EH Bildu, Casado ha afirmado que está convencido de que “Ciudadanos pactará con Sánchez”. Lo ha manifestado en su intento de conseguir que el PP aglutine todo el voto de derechas, un espacio en el que compite con la formación naranjas y con Vox. En este aspecto, el líder del PP no ha escondido su pretensión de repetir la alianza de Andalucía a nivel estatal y ha seguido en la línea de blanquear la extrema derecha de Vox tras asegurar que Sánchez “tiene la estrategia de dividir entre tres al bloque de centro derecha, para multiplicar” sus escaños y los de sus aliados. “Menos votos al PP son más escaños para Pedro Sánchez. (...) El patriotismo es hoy votar al PP, porque es quien garantiza que Sánchez, Otegi, Torra y Puigdemont no puedan revalidar el acuerdo que hace que gobiernen los que quieren destruir España”, ha proclamado.
Una fiscalidad al servicio de las rentas altas
El mismo Casado ha sido el encargado de desgranar alguna de las medidas concretas del PP para el 28-A, como una reforma del Código Penal para convertir en delito la “convocatoria de un referéndum”, en clara alusión a lo que pasó en Catalunya en el otoño de 2017; modificar la ley de indultos para prohibirlos a los condenados por rebelión o sedición, o la modificación de la ley de partidos, para que ningún partido con un líder juzgado por rebelión o sedición reciba fondos públicos. También apuesta por endurecer la lucha contra la okupación de casas y por establecer la prisión permanente revisable.
De un claro acento neoliberal es la “revolución fiscal” que propone el PP, que pasa por bajar a un máximo del 40% el tipo máximo de IRPF, situar el impuesto de sociedades por debajo del 20% y suprimir los impuestos de donaciones, sucesiones, patrimonio y transmisiones patrimoniales. Dicho de otra manera, establecer un sistema fiscal marcadamente regresivo que favorece a los que más tienen. También propone poder desgravarse hasta 8.000 euros anuales destinados hacia el ahorro privado, en una medida que busca potenciar el negocio de las pensiones privadas.
Por otro lado, también ha insistido en que el castellano sea la lengua vehicular de todas las administraciones y de la escuela en todo España, de manera que en territorios con lengua propia no se pueda mantener su conocimiento como un requisito para acceder a una oposición pública. En la escuela, su obsesión es luchar contra un supuesto “adoctrinamiento” que sólo se daría en aquellos territorios que cuestionan su visión uniforme del Estado, como Catalunya, y propone que “las materias troncales, como historia, geografía o lengua” tengan los mismos contenidos en toda España.
“Catalunya sufre una dictadura blanca”
En su intervención de abertura del acto, Cayetana Álvarez de Toledo ha asegurado que hoy el PP presentaba “un proyecto político de largo plazo para España” y un “rescate democrático de Catalunya”. Sin desgranar ninguna medida concreta, más allá de descalificar a sus adversarios, la candidata ha manifestado que “lo que haremos es empoderar a los demócratas de Catalunya. Esto significa reconocer que Catalunya ha sido fracturada, esta rota, la rompieron ellos, que querían un sólo pueblo con la mitad sometida. Y esa mitad ha dicho no al nacionalismo, no a la segregación”. Con un discurso que podría considerarse pastado al del ultranacionalismo español, Álvarez de Toledo ha asegurado que Catalunya sufre una “dictadura blanca” en la que “ni se respeta la ley, ni rigen los principios democráticos”, hay “adoctrinamiento de los niños y adolescentes”, “apropiación del espacio público” y tiene la “televisión pública más cara y más sectaria de España”, en referencia a TV3.
También han intervenido la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy; y el presidente del partido en Catalunya, Alejandro Fernández. Levy se ha limitado a comentar que el programa del partido se basa en tres pilares: “anclaje en la libertad”, “senda de reformas estructurales” y un “marco estable de convivencia”. Fernández, por su parte, ha elogiado la gestión de los gobiernos de Aznar y Rajoy y ha asegurado que Casado, “como ellos”, “rescatará a España”.
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