Este artículo se publicó hace 8 años.
La Audiencia Nacional absuelve a Zapata: su tuit fue "humor macabro" y no humilló a las víctimas
El concejal de Ahora Madrid realizó unos comentarios dentro de un debate que pueden ser reprobables, pero no ofendió a las víctimas del terrorismo, según la sentencia
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MADRID.- La Audiencia Nacional ha absuelto al concejal de Ahora Madrid, Guillermo Zapata del delito de humillación a las víctimas del terrorismo por el que había sido juzgado. La Sala descarta que el político haya cometido este delito y entiende que sus comentarios realizados en la red social Twiter encajan dentro del humor macabro.
Los comentarios de Zapata, según los jueces, seguramente sean reprobables pero “en otro plano distinto al de la legalidad penal”.
La sentencia sitúa el mensaje de Zapata ”Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos”, publicado en el año 2011, en el contexto de una "disertación cruel" y no un hecho delictivo.
En su sentencia, la Sección Tercera de la Sala de lo Penal contextualiza el tuit de Zapata sobre Irene Villa y las niñas de Alcàsser en el marco de otros mensajes en donde hablaba de distintos tipos de víctimas, como los judíos y la joven Marta del Castillo.
Unos comentarios, que según los jueces, indica que más que humillar a las víctimas del terrorismo se trataba de debates “a modo de chistes macabros, utilizando la identidad de víctimas de hechos delictivos”.
La Asociación Dignidad y Justicia solicitaba para el concejal un año y 8 meses de prisión por el delito de humillación a las víctimas del terrorismo, que está tipificado en el Código Penal (artículos 578 y 579.2), por un twit que escribió en 2011, cuatro años antes de ser elegido concejal, en el que manifestaba: ”Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos”.
La sentencia, cuya ponente ha sido la magistrada Ángeles Barreiro, recuerda que la doctrina del Tribunal Supremo exige que, para que exista este delito, los actos de Zapata debieron entrañar desprecio, descrédito o humillación de las víctimas del terrorismo y que en ningún caso encajen dentro de la libertad de expresión. La Audiencia Nacional no percibe este ánimo injurioso en Zapata.
El tuit de Zapata fue "una frase que enlaza a la víctima Irene Villa con otras infortunadas por hechos delictivos que terminaron con sus vidas, pero de lo que no se percibe el ánimo injurioso, ante la falta de continuidad, que nos situaría en el marco de un debate que elimina el enfoque renovado de agravio que exige el tipo penal.
En la sentencia, la Audiencia Nacional sitúa los mensajes de Zapata en una "derivación de humor macabro", dentro de un "debate sobre el humor, escuetamente aludido en la vista". Dado que descarta el delito, no entra a ponderar un supuesto conflicto entre libertad de expresión o la dignidad de la víctima, una vez descartado el delito, como solicitaba la acusación representada por Dignidad y Justicia.
Los magistrados concluyen que los comentarios vertidos por Zapata seguramente “sean reprobables por la desafortunada selección de las víctimas de hechos delictivos que los protagonizan” , pero “en otro plano, distinto al de la legalidad penal”.
Fueron estos mismos argumentos los que llevaron al juez instructor, Santiago Pedraz, a archivar hasta en tres ocasiones esta querella. El juez central de instrucción 1 tomó declaración a la propia Irene Villa, quien dijo no haberse sentido ofendida.
Pedraz insistió en que no consideraba que Zapata hubiera delinquido, "por mucho que una mayoría crea que unas palabras sean humillantes".
Sin embargo, la sección segunda de la Sala de lo Penal ordenó sentarlo en el banquillo.
La decisión fue adoptada por los magistrados Enrique López y Concepción Espejel, apartados por la Audiencia Nacional de juzgar el caso Gürtel por su proximidad al PP y su relación con algunos de los procesados.
Esta decisión contó con el voto contrario del tercer miembro del tribunal, José Ricardo de Prada, quien insistió en el tuit de Zapata era de humor negro y sostuvo que se buscaba "criminalizar la opinión y la expresión".
En su voto particular, De Prada insistió en que el tuit de Zapata, aunque de "mal gusto" no buscaba la ofensa sino que estaba "inserto en la subcultura del humor negro, de los chistes crueles y macabros". El mismo criterio que ahora ha confirmado el tribunal juzgador.
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