Este artículo se publicó hace 6 años.
KhashoggiEl heredero saudí cae en desgracia por el caso Khashoggi, y los ojos de Riad se ponen en su hermano Khalid bin Salman
El rey Salman y su hijo Mohammad tratan de salvar los trastos mientras algunos medios árabes dan cuenta de que una guerra abierta se ha desatado en los corredores del poder.
Eugenio García Gascón
Jerusalén--Actualizado a
Algunos medios árabes han revelado que el caso Jamal Khashoggi ha sacudido con fuerza la realeza gobernante en Arabia Saudí. La sacudida no afecta sólo al principal sospechoso, el príncipe Mohammad bin Salman, sino incluso al rey Salman, quien a los 83 años y tocado por un creciente Alzheimer, ve cómo su trabajo y el de su hijo favorito puede acabar en aguas de borrajas.
Los ambiciosos planes MBS están en entredicho, lo mismo que su continuidad en el cargo. Los medios árabes señalan que si la situación se vuelve insostenible, el rey Salman destituirá a su hijo favorito y pondrá en su lugar a otro de sus hijos, siendo Khalid bin Salman quien cuenta con más posibilidades de suceder a su hermano.
Nacido en 1988, Khalid es hermano completo de MBS, tanto por parte de padre como de madre. Tres años menor que MBS, ha sido muy activo en trabajos relacionados con el reino. Estudió en Harvard para obtener un certificado en Seguridad Nacional e Internacional, y ha cursado estudios de guerra cibernética en París.
Se enroló en la fuerza aérea saudí, se entrenó en Estados Unidos, y ha sido piloto de cazas F-15, sirviendo en misiones en la guerra de Yemen. Estudió en Georgetown materias de seguridad nacional e internacional hasta que en 2017 su padre y su hermano le dieron tareas propias de un príncipe escogido y lo nombraron embajador en Washington, lo que le obligó a abandonar sus estudios temporalmente.
Al igual que MBS, Khalid defiende una modernización rápida de Arabia Saudí, un deseo que comparte el rey Salman y que tiene en el país numerosos seguidores y un gran número de detractores. La cuestión de si MBS y Khalid son verdaderos reformistas está abierta debido sobre todo al carácter autoritario del actual príncipe heredero. También está abierta la cuestión de si el país está preparado para una reforma exprés de esa naturaleza.
En realidad MBS no es propiamente un “príncipe heredero” ya que la sucesión se hace por elección de la ‘shura’ o consejo consultivo a la muerte del rey, es decir de una manera similar a la que se hacía en tiempos de Mahoma, aunque quienes intervienen son únicamente miembros destacados de la familia real. Sin embargo, la elección de MBS por parte del monarca se ha interpretado ampliamente como una elección sucesoria, y numerosos indicios apuntan en esa dirección.
El caso Khashoggi amenaza con desestabilizar el proceso de cambios introducidos por MBS con el apoyo de su padre. La cuestión es si MBS va a ser capaz de sobrevivir a este feo temporal. Filtraciones que se han hecho a través de los medios turcos y estadounidenses sugieren que el príncipe heredero está untado hasta el fondo en el asesinato del periodista saudí.
Poco después de la desaparición de Khashoggi, Khalid dejó Washington y volvió a Riad. Antes de realizar este viaje Khalid declaró que Arabia Saudí no tenía nada que ver con la desaparición del periodista. Posteriormente, algunos medios publicaron que con toda probabilidad Khalid, que solo tiene 30 años, no volverá a Washington para seguir desempeñando el cargo de embajador. Medios estadounidenses apuntan que Rima bin Bandar bin Sultan podría ser la nueva embajadora en Washington.
Los estadounidenses dieron al rey Salman un plazo que teóricamente expira este fin de semana para “explicar” coherentemente lo ocurrido con Khashoggi. No hay duda de que Washington y Riad están en comunicación directa y permanente desde el 2 de octubre, cuando desapareció el periodista en Estambul, y que cualquier cambio que haga Salman lo hará con el visto bueno del presidente Donald Trump.
Otro punto a favor de Khalid es que mantiene excelentes relaciones con Israel y con la comunidad judía de Estados Unidos. Uno de los nexos que unen a Khalid con Israel es la desaforada voluntad de acabar con la república islámica de Irán. Khalid no pasa por alto ninguna ocasión que se le presenta para atacar Teherán.
Algunos analistas indican que la llamada a Riad de Khalid tiene que ver con los cambios que se realizarán próximamente en la cumbre de la casa real. El hecho de Khalid mantenga unas estrechas relaciones con su hermano MBS es un punto a su favor, puesto que el rey Salman tiene la seguridad de que un número significativo de miembros de la dinastía Al Saud ajustarán cuentas con MBS a la primera ocasión que se presente.
Citando a fuentes de los Emiratos Árabes Unidos, el diario Al Akhbar publicó este viernes que MBS ha sufridos varios atentados en los últimos meses. Según ese periódico, numerosos príncipes quieren aprovechar la ocasión para deshacerse del príncipe e incluso los hay que quieren que su padre se vaya con él y hablan de Ahmed bin Abdul Aziz como el sucesor de Salman más deseable.
El posible relevo de MBS por Khalid abriría las puertas hacia unas reformas de largo alcance en lo tocante a la política exterior de Riad, especialmente en relación a la desastrosa guerra de Yemen que MBS se ha empeñado a mantener a pesar de causar el caos en ese país. En cambio, en principio no habría cambios con respecto a Irán.
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