Este artículo se publicó hace 9 años.
El Estado Islámico refuerza su control sobre la ciudad iraquí de Ramadi
Los insurgentes buscaron de casa en casa a miembros de las fuerzas armadas y policías, asegurando que establecerán tribunales basados en la ley islámica "sharía".
Combatientes de Estado Islámico reforzaron su control sobre la recientemente capturada ciudad iraquí de Ramadi izando banderas en edificios clave y liberando prisioneros, en un intento por ganarse el apoyo de los residentes locales.
Después de la caída de Ramadi el domingo a manos de los insurgentes, una dura derrota para el Gobierno iraquí y sus aliados occidentales, milicias chiíes se preparaban para intentar retomar la ciudad, que se encuentra a sólo 110 kilómetros al noroeste de Bagdad.
Testigos en la ciudad dijeron que los combatientes de Estado Islámico instalaron minas terrestres y tomaron posiciones defensivas en espera de posibles ataques.
Los insurgentes también buscaron de casa en casa a miembros de fuerzas armadas y policías, y dijeron que establecerían tribunales basados en la ley islámica "sharía".
El grupo insurgente liberó además a unos 100 prisioneros de un centro de detención antiterrorismo de la ciudad.
Los insurgentes también buscaron de casa en casa a miembros de fuerzas armadas y policías, y dijeron que establecerían tribunales basados en la ley islámica "sharía".
Saed Hammad al Dulaimi, un profesor de 37 años que se encuentra todavía en la ciudad, dijo que el "Estado Islámico utiliza altavoces instando a la gente que tiene parientes en la cárcel a que se reúna en la mezquita principal del centro de la ciudad para recogerlos".
La medida podría resultar popular entre los residentes de la ciudad, que se han quejado de ser a menudo objeto de detenciones arbitrarias.
Sami Abed Saheb, propietario de un restaurante de Ramadi de 37 años, dijo que el grupo extremista encontró a 30 mujeres y 71 hombres en el centro de detención. Les habían disparado en los pies para evitar que escaparan tras la huída de sus captores.
Testigos dijeron que la bandera negra del Estado Islámico flameaba ahora sobre la principal mezquita de la ciudad, además de las oficinas gubernamentales y otros edificios prominentes.
"Tuve que quitar los maniquíes y reemplazarlos con otros medios para mostrar la ropa. Me dijo que no debía vender ropa interior porque estaba prohibido"
Jasim Mohammed, un propietario de una tienda de ropa femenina, dijo que un miembro del Estado Islámico le había dicho que ahora debía vender solamente prendas tradicionales islámicas.
"Tuve que quitar los maniquíes y reemplazarlos con otros medios para mostrar la ropa. Me dijo que no debía vender ropa interior porque estaba prohibido", aseguró.
El Estado Islámico también prometió que pronto estarán disponibles alimentos y medicinas, al igual que médicos.
"Creo que ellos (el Estado Islámico) están tratando de ganarse la simpatía de las personas de Ramadi", dijo Dulaimi, el joven profesor de la ciudad.
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