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Elecciones Europeas 2019Gonzalo Fanjul: "El nacional-populismo funciona como un McDonald's"
El investigador y activista contra la pobreza, experto de la fundación porCausa, descifra el funcionamiento de lo que han bautizado como "franquicia antimigración", explica cómo los partidos ultra han construido el discurso del miedo en Europa y cuáles ha
Madrid-
La Unión Europea se juega este domingo la magnitud de una sacudida a sus pilares fundamentales. Espoleados por un contexto de crisis económica y descrédito en los partidos tradiciones, los partidos de la extrema derecha, organizada a modo de franquicia, amenazan con hacerse con hasta un 30% del Parlamento Europeo después de haber sabido rentabilizar el drama migratorio y el miedo al otro en una población europea aquejada por múltiples carencias. En este contexto, Gonzalo Fanjul, investigador y activista contra la pobreza, experto de la fundación porCausa, descifra el funcionamiento de lo que han bautizado como "franquicia antimigración", explica cómo los partidos ultra han construido el discurso del miedo y cuáles han sido los errores de la UE para el auge del populismo xenófobo.
¿Vienen unas elecciones europeas o un plebiscito contra la UE?
Ya no contra la UE, el brexit ha cambiado la estrategia. Donde antes había un intento de desmontaje de la UE ahora hay un intento de transformación interna. Pero sí, hay dos modelos, uno de integración, globalista; y otro modelo nacional-populista. Ese soberanismo se traslada a terrenos muy diferentes, desde el de Salvini u Orbán hasta los nacionalismos más territoriales como el catalán y otros. Operan en la misma franja.
La idea institucional de Europa se enfrenta al auge de quienes quieren volver a los estados nación, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Hay dos factores. Uno cierto: hay un fracaso de las instituciones europeas y los gobiernos para responder a las necesidades de la gente que se visibilizó con la crisis financiera y la crisis económica y social derivada de ella. Ese es el elemento determinante, mucho más que cualquier otra cuestión, y es objetivo que se redujo la protección de los ciudadanos, que todo lo sólido, como decía Muñoz Molina, ya no lo es, y por ello hay una desafección justificable. Luego hay una parte artificial que se encara a esa desafección. Algunos grupos nacional-populistas han utilizado con mucha habilidad las emociones de la gente para orientarlas hacia una dirección diferente. La crisis de acogida de la UE ante la llegada de refugiados ha sido un ejemplo extremo de esa manipulación.
¿La UE es sólo el chivo expiatorio de los populismos xenófobos o es realmente responsable del auge de la extrema derecha?
Es responsable. Las razones por las que se vota a estos partidos vienen de un fracaso en la redistribución de los beneficios y en garantizar que todo el mundo se beneficiaba de un periodo próspero sin precedentes.
Hay quien usa el término fascista para referiste a estos partidos de extrema derecha, ¿es adecuado?
Algunos tienen una derivada más fascista pero no creo que sea el elemento que les defina.
Las migraciones están siendo el calzador perfecto para que el zapato ultra entre, ¿cómo se construye el discurso para generar esa sensación de amenaza?
La base del nacional-populismo es el retorno a la seguridad, lo previsible, lo controlable. Como ha pasado con el brexit, un ejercicio de melancolía, de añorar un mundo que se perdió. Para hacer eso necesitas definir claramente tu identidad, y una manera fácil es definirla frente al otro. La batalla del ellos frente al nosotros se plantea fácilmente con la inmigración, que implica un proceso por el cual yo tengo el derecho a decidir quién entra en mi Estado y quién no, cómo somos como sociedad, si queremos basarnos en unas tradiciones, cultura y religión. De repente, mucha gente se ve amenazada por otra gente que no les pregunta si quieren que vengan o no. Es una emoción muy natural cuando alguien con tradiciones diferentes se instala en la puerta de al lado. Si manipulas de manera obscena esa sensación haces que la inmigración se convierta en problema.
"Merkel aportó un contrapunto y rompió la omertá del resto de países de la UE respecto a la acogida de refugiados"
Eso ha coincidido con una crisis de desplazamiento forzoso hacia la UE que, cuando uno la compara con otras crisis de este tipo en otras partes del planeta, no es particularmente grave. Pero para los europeos esta realidad es nueva, estamos acostumbrados a verlo desde la barrea. La llegada de más de un millón de personas sólo a Alemania en muy poco tiempo supuso que la gente lo percibiese como una amenaza. Ante eso hay dos posibilidades: lo que hizo Merkel, una posición ética y razonable; o lo que hicieron prácticamente todos los demás. El valor de lo que hizo Merkel es que aportó un contrapunto y rompió la omertá del resto de países de la UE.
Pero le costó el gobierno.
Sí, ha perdido una carrera política pero ha ganado un puesto en la Historia. Una persona muy cuestionada por su gestión de la crisis se ha rehabilitado por su forma de gestionar la llegada de refugiados a la UE. Que Merkel se hubiese alineado con las posiciones más antimigratorias o con las que se ponían de perfil, como las de Rajoy, hubiese sido multiplicar el problema.
En su último informe hablan de la antimigración como franquicia, ¿por qué?
Hemos observado el modelo y analizado lo que pasa en 26 países de la UE más Noruega. Hemos identificado 37 grupos con esta ideología que tienen representación tangible en el debate político, no son grupos marginales de radicales. Esos 37 partidos funcionan con un modelo de franquicia, como un McDonald’s. Es decir, que algunos elementos de este movimiento nacional-populista internacional están centralizados, como sus fundamentos ideológicos, el modo en el que se coordinan para intervenir en el debate público, compartir herramientas y modelos... Incluso la financiación que reciben para ponerse en marcha.
"Salvini y Le Pen son proteccionistas en términos económicos, Vox o Alternativa por Alemania son más ultraliberales"
Son parte de un modelo centralizado del mismo modo que McDonald’s centraliza sus operaciones para abrir nuevas ramas de McDonald’s en diferentes países. Pero no vende su producto igual en Chicago que en Madrid, los adapta al contexto cultural, legal e identitario del entorno. Eso mismo hace la franquicia antiinmigración, ultraderecha que tiene en común el rechazo a las migraciones, al otro. Vox, por ejemplo, es un partido tradicionalista, mientras que la ultraderecha holandesa o alemana es mucho más abierta en términos morales. Salvini y Le Pen son proteccionistas en términos económicos, Vox o Alternativa por Alemania son más ultraliberales. Es fundamental la idea de la franquicia y la podremos comprobar en estas elecciones. Se habla de entre un 25% y un 33% de la Cámara en manos de estos grupos. Si mantiene su capacidad de coordinación, porque tienen también sus peleas internas, van a ser una fuerza realmente peligrosa.
¿Quién es el ‘dueño’ de esta franquicia? ¿Cuál sería la matriz?
No hay un único dueño, son múltiples y cada uno juega su papel. Hablamos de un grupo de ideólogos de los que el más conocido es Steve Bannon. En España está Rafael Bardaji, vinculado a FAES en su momento y, ahora, consejero áLrico de Vox. Pero hay ideólogos en EEUU, Rusia, Reino Unido… No es un grupo grande pero sí diverso. Igual ocurre con la financiación. No es la misma estructura en un país que en otro. Al menos de la financiación que conocemos, hay mucho dinero que entra de forma oculta o de forma inesperada, como el dinero de los muyahidines iraníes a Vox.
Steve Bannon no es un nombre popularmente conocido, ¿cómo lo definiría?
Es un tipo muy peculiar. Los estudiosos de este fenómeno relativizan su importancia, dicen que es uno más, que es influyente porque se llevó la pieza más preciada asesorando a Trump. Otros son igual de relevantes pero menos conocidos. Él viene del mundo financiero, era gestor de fondos, inversor. A través de Breitbart News, un medio de propaganda, se establece bien en el contexto de la alt- right (derecha alternativa). Cuando aparece Trump, Bannon influye en su campaña, se convierte en imprescindible, accede a la Casa Blanca como uno de los consejeros más cercanos a él. Pero cae pronto, en la primera criba de Trump. Unos dicen que acabó mal con él. Otros, que es una jugada para que siga cumpliendo su papel pero desde fuera. Ahora está en Italia porque considera que Europa es el territorio por excelencia de la batalla del nacional-populismo, y probablemente no se equivoca.
Él cree que Salvini y Viktor Orbán son los dos políticos más importantes hoy en Europa, ¿hasta qué punto es cierto?
Salvini y Orbán son dos notas al pie de la Historia, dos personajes mediocres desde un punto de vista político pero con una extraordinaria capacidad para el populismo. Son personajes que han adquirido gran relevancia, pero no creo que les recordemos después de unos pocos años. Al menos eso es lo que yo espero.
¿Por qué está calando tanto el miedo o rechazo a los migrantes si las llegadas son las más bajas de los últimos años?
Porque esto no tiene nada que ver con la realidad. No depende de que haya mucha o poca inmigración. Los migrantes son una herramienta útil para colocar determinados mensajes y alimentar determinadas emociones. Sólo hace falta un migrante, una buena imagen en el momento adecuado para armar ese discurso. No hay nada en el sistema migratorio mundial que esté fuera de control. Crecen más los desplazamientos forzosos internos en África o Asia que hacia Europa o países del norte. Tenemos 26 millones de refugiados pero 260 millones de migrantes en el planeta. La gran mayoría convive con nosotros en total normalidad. Los números se siguen manteniendo sobre el 3% de la población mundial desde los 90.
"El debate antimigratorio no es racional sino emocional"
Estos son los hechos, pero nada tienen que ver con el debate, porque este debate es emocional no racional. Cuenta con lo que despierte las emociones adecuadas. Un crimen de un migrante tiene muchísima más importancia que miles de migrantes instalados de manera pacífica durante años.
Parece que el Mediterráneo estuviera ya vacío, ¿que está ocurriendo allí tras el cierre de puertos de Salvini?
La intensidad de movilidad se ha reducido por los diferentes tapones que la UE ha puesto en la región, primero con Turquía y luego en el Sahel. Aun así, sigue habiendo flujos, España ha tenido números de récord. Pero siguen siendo números pequeños. El año pasado España recibió medio millón de migrantes, pero por la frontera sur, menos de 30.000. La magnitud es abrumadora desde un punto de vista humanitario, hay muchas vidas en juego y violaciones de derechos fundamentales en zonas de tránsito como Libia o Níger. Pero en el conjunto del fenómeno de la movilidad humana es una parte muy pequeña. La llegada masiva de refugiados entre 2014 y 2016 no era en absoluto inmanejable, llegaron entre cuatro y cinco millones de personas a la UE, donde hay 500 millones de personas. Una gestión más humana y ajustada a las leyes hubiese evitado esta histeria colectiva en la que estamos.
Califica el sistema migratorio de inmoral e idiota, ¿por qué?
Es inmoral y, por momentos, ilegal porque vulnera el derecho a la protección de los seres humanos. Los Estados, para controlar los flujos, cruzan a menudo líneas rojas. Este es uno de los grandes desafíos éticos y legales de nuestro tiempo. Pero sobre todo es idiota porque está obsesionado con el control migratorio, que es una puerta muy estrecha. A mucha gente no le gusta usar estos términos en migraciones, pero estamos hablando de mercados de trabajo, de oferta y de demanda, de ciudadanos que tienen una aspiración de progreso. Sabemos que un nigeriano que se va a EEUU, considerando todos los elementos y riesgos, puede esperar multiplicar sus ingresos por 14; que un peruano, por cinco o que un jamaicano, por cuatro. El factor de empuje es la esperanza de una vida mejor. Pero el factor fundamental de demanda es la evolución demográfica en destino. Cuando esos dos factores operan intensamente esto es absolutamente imparable y, si pones una puerta muy estrecha, obligas a la gente a entrar por otra vía, generando flujos irregulares grandes. Es lo que pasó en España en los 90 y Aznar hizo tres regularizaciones porque ningún Estado razonable quiere tener a una parte de su población viviendo en el limbo.
"Todos ganamos mucho menos de lo que podríamos ganar con un sistema migratorio menos miedoso y más liberal"
En el sistema actual, algunos pierden de manera muy directa, incluso la vida. Y, en general, todos ganamos mucho menos de lo que podríamos ganar con un sistema menos miedoso, con un sistema mucho más liberal. Yo soy socialdemócrata en cuanto a la defensa de derechos pero quizás tenga una posición más liberal en la regulación de las migraciones económicas. Creo que los trabajadores tienen que moverse de manera segura y con derechos.
Sin embargo, desde porCausa también habéis denunciado quién gana mucho con este modelo.
Sí, hay un gran negocio, una gran industria del control migratorio. Esta deriva de la UE fortaleza magnifica la importancia del control migratorio en todas sus vertientes, desde el control en fronteras hasta la externalización del control a terceros países, y está jibarizando cualquier programa de regulación de flujos. Esta deriva política se produce, en parte, porque hay empresa con mucho interés en que esto ocurra, ya que ganan mucho dinero. Empresas como Indra o Eulen en España y otras muchas en la UE. Son empresas que invierten mucho esfuerzo en garantizar que las cosas continúen en esta línea e influyen en los parlamentarios de la UE.
¿Hay relación entre la franquicia antiinmigración y estas empresas del control migratorio?
"Toda la industria de la defensa se basa en generar miedos"
Todavía no lo hemos identificado, pero espero que podamos hacerlo ahora que estamos en la segunda fase del estudio de la industria del control migratorio. Lo que sí veo es un paralelismo con la industria de la defensa o, incluso, con la industria farmacéutica. No son actores neutros en el mercado, son activos, influyen en las normas de las que dependen. Me recuerda a esos anuncios de la radio de empresas de seguridad que venden alarmas y que nos meten miedo. A su nivel, estas empresas también alimentan este discurso, y toda la industria de la defensa se basa en generar miedos, algunos justificados y otros, no.
Es muy crítico con la postura de la izquierda ante las migraciones, ¿por qué?
La izquierda es muy buena en la parte defensiva, reaccionado cuando se vulneran derechos, y parte de la izquierda ha jugado un papel importante manteniendo la cordura en la UE durante la crisis de refugiados. Donde falla claramente es en la agenda ofensiva, es decir, si no les gusta lo que tenemos, qué propone para cambiarlo. La agenda ofensiva es mucho más liberal y encaja mal con el modelo económico que la izquierda tiene en la cabeza, porque la izquierda tiende a ser proteccionista. El proteccionismo se puede aplicar al maíz y a los teléfonos, pero también a las personas. El ejemplo más claro es Jeremy Corbyn, que esconde muy mal su incomodidad con la libertad de movimiento de los trabajadores. Habla de dumping, y no es que no esté preocupado por los derechos de los trabajadores, pero cree que hay que defenderlos centrándose en casa. Ese problema es muy extendido en la izquierda.
"La lógica de ayudarles a no migrar perpetúa la del «ellos frente a nosotros»"
Hay otra derivada que es el del sector de las ONG, del hay que ayudarles a no migrar, invertir para que no se tengan que ir. Yo no creo en eso. La gente tiene que tener opción y debe ser un proceso seguro. No emigra el que quiere sino el que puede, es el resultado de un proceso de acumulación de capital y de educación. ¿Quiénes somos nosotros para decirle a la gente lo que tiene que hacer o lo que le conviene? Esa idea de muchas ONG es para mí contraproducente porque afecta al tercer elemento fundamental de este debate, el marco narrativo, que está equivocado. La lógica de ayudarles a no migrar perpetúa la lógica del ellos frente a nosotros, rompe la solidaridad y la empatía innata. Todos somos migrantes, que yo haya nacido en Asturias y haya trabajado en Madrid no me hace menos migrante que el que nace en Francia y trabaja en San Sebastián. Cruzar una frontera es algo arbitrario en términos reales. Todos somos el resultado de nuestra aspiración a tener una vida mejor. Si permitiésemos que esto se regulase con más naturalidad, garantizando unas reglas justas para los trabajadores, nos ayudaría a todos.
La cooperación siempre es la palabra más recurrente cuando se habla de luchar contra la inmigración, ¿en qué punto se encuentra?
"La cooperación se utiliza como chantaje o soborno para que los gobiernos colaboren en políticas de control migratorio"
Si la cooperación tuviera el efecto que dicen que tiene, estaríamos acercando a la gente hacia este punto de partida, al menos en el caso africano, al mejorar sus capacidades económicas para poder migrar. Pero es dudoso. El propósito de muchos programas de cooperación no es ese, sino que se utilizan como chantaje o soborno para que los gobiernos colaboren en políticas de control migratorio. Y hay condiciones muy tangibles en los programes de cooperación que vinculan políticas de seguridad y control fronterizo a cambio de recibir toda o parte de la ayuda. En lo 90 se empezó a desligar el lastre ideológico de la Guerra Fría en cooperación, que no era más que intervención geopolítica, pero de repente lo hemos empezado aplicar de nuevo por la cuestión migratoria. Es una perversión completa del propósito y los componentes de la ayuda al desarrollo y es un problema grave.
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