Este artículo se publicó hace 7 años.
El Tarajal: cronología de 15 muertes impunes poco investigadas
Los 16 guardias civiles imputados por las muertes de inmigrantes en Ceuta acabó archivada provisionalmente por falta de pruebas. Hubo mentiras, versiones contradictorias y un comisión de investigación en el Congreso vetada por el PP.
MADRID.- Las pelotas de goma golpeaban el agua mientras ellos nadaban a ciegas intentando llegar a Ceuta por el espigón de El Tarajal. Muchos afirmaron que algunas les golpearon a ellos o a quienes tenían al lado y nunca les volvieron a ver. Al menos 15 personas murieron aquella madrugada. Algunos perecieron en Marruecos. Otros, en Ceuta, pero todos un mar mar Mediterráneo que parece más un cementerio de inmigrantes.
Las pelotas, junto a algún bote de humo, salían del material antidisturbios que la Guardia Civil utilizó aquel 6 febrero de 2014. Pero eso se negó hasta la saciedad por el delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González. También por la Guardia Civil. Su director, Arsenio Fernández de Mesa, negó el uso de material antidisturbios en el agua. Antes incluso depositaron en las fuerzas marroquíes toda la responsabilidad. Mintieron. Y peor aún, acusaron de mentir a los supervivientes de aquella tragedia que relataron su infierno a diferentes medios de comunicación y que aseguraban que les dispararon pelotas directamente a ellos.
Se encontraron 15 cuerpos, pero el número total de víctimas nunca se sabrá. Algunos siguen desaparecidos y no todos los que fueron enterrados tienen su nombre grabado en la lápida. Eran más de 200 personas las que intentaron cruzar a nado el espigón que separa la playa ceutí de Marruecos. Horas antes eran más, cuando trataron sin éxito de llegar a Europa saltado la valla. Ninguno lo logró aquel día, unos murieron y otros fueron devueltos a Marruecos en la enésima devolución en caliente en la frontera sur de España. Esa era la prioridad, que nadie entrara. Nadie les socorrió, como dejaron claro los vídeos que el Ministerio del Interior se vio obligado a publicar. De hecho, no se avisó ni a Salvamento Marítimo ni a la Cruz Roja, como es los habitual en este tipo de intervención.
Mintieron. Pero la mentira sólo se hizo oficial una semana más tarde, cuando el entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, compareció en el Congreso de los Diputados para intentar acallar la polémica levantada por tantas versiones contradictorias. Se utilizó material antidisturbios, aunque sólo para disuadir, matizó el ministro. Se pidió una comisión de investigación en el Congreso, pero la mayoría absoluta del PP la rechazó. Ya sólo quedaban los tribunales y varias ONG que asisten a los inmigrantes para esclarecer la verdad.
La ONG Caminando Fronteras publicó un informe con los partes de lesiones y los testimonios de varios supervivientes. Hay imágenes que hablan por sí solas, pero todas iban acompañadas de un relato como este, de un camerunés de 33 años: "En el lado de Ceuta, en las rocas había al menos cinco guardias que tiraban al agua. Cuando he entrado en la desviación me han alcanzado dos balas, la primera en el pie y la segunda en la rodilla, que está inflamada. Me he batido como podía y he salido del agua, he llegado al lado de Ceuta. Estaba tirado en la playa y he recibido la tercera bala en la cara".
"Decir que los guardias disparaban a bocajarro las pelotas de goma a los inmigrantes que llegaban a la playa, eso es una barbaridad. ¿Dónde se ha visto eso? Yo desde luego no lo he visto en ninguna imagen y no hay ni un sólo guardia civil que haga eso jamás", dijo el delegado del Gobierno en Ceuta al ver el informe de Caminando Fronteras. Animó a los guardias civiles a querellarse contra la ONG.
Un año después de la tragedia llegaban las imputaciones. Fueron 16: un sargento, un capitán, un teniente y 13 agentes de la Guardia Civil de aquel operativo fueron llamados a declarar imputados por homicidio imprudente. El juzgado ceutí investigaría si la actuación de las fuerzas de seguridad en la playa aquella mañana tuvo relación causa efecto con las muertes de al menos cinco de los migrantes. Sólo los hallados en aguas españolas.
En octubre de 2015, la jueza María del Carmen Serván archivó la causa. No había pruebas suficientes de que la actuación de la Guardia Civil hubiera contribuido a la muerte de estas personas. El informe de Caminando Fronteras no servía, al parecer. No era del todo fiable. Eran testimonios de testigos "no identificados" y sin el "contexto" en el que se realizaron las entrevistas.
"No existe ningún indicio que permita afirmar que los agentes imputados hicieron un uso inadecuado del material", dijo la jueza. "Los cadáveres aparecieron sin flotador y con diversas prendas de vestir y la causa de los fallecimientos fue asfixia por sumersión, sin que ninguno de ellos presentase lesiones determinantes del fallecimiento", dijo la jueza. Las circunstancias "legitimaron el uso de material antidisturbios por los agentes de la Guardia Civil, quienes estaban obligados a emplearlo en el ejercicio de su función de protección de la frontera española", dijo la jueza.
Aquellos inmigrantes "no eran personas en peligro en el mar que precisasen ayuda" sino que "asumieron el riesgo de entrar ilegalmente en territorio español por el mar a nado, en avalancha, aprovechando la noche, vistiendo gran cantidad de ropa y haciendo caso omiso a las actuaciones disuasorias tanto de las fuerzas marroquíes como de la Guardia Civil", dijo el auto.
Ayer, la Audiencia de Ceuta reabrió el caso. No había pruebas suficientes, pero tampoco se buscaron como es debido, dice el auto. Quizás hubo "prisas innecesarias", añade.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.