Blatter no puede frenar el boicot a Ucrania

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, está intentando pararlo, pero avanza en la Unión Europea el boicot político a los partidos de la Eurocopa en Ucrania en protesta por la situación en prisión de la exprimera ministra Yulia Timoshenko.

Timoshenko, líder de la oposición, con la salud deteriorada por una huelga de hambre, cumple una condena a siete años de prisión por abuso de poder y asegura ser víctima de supuestos malos tratos y de la falta de asistencia médica.

El último en incorporarse al boicot es el Gobierno británico, que el jueves anunció que no enviará a ningún representante a la primera fase de la Eurocopa, pese a que Inglaterra disputará en Ucrania sus tres partidos del grupo "D" (contra Francia, Suecia y Ucrania) .

El portavoz precisó que el Gobierno esta aún "valorando" qué postura se tomará en rondas posteriores si la selección inglesa se clasifica, ya que los cruces de cuartos de ese grupo con el "C" (España, Italia, Irlanda y Croacia) tendrán lugar en Donetsk y Kiev, escenario este último de la final.

La Eurocopa, en la que España defenderá el título, comienza hoy en Varsovia (Polonia-Grecia) y finaliza el uno de julio en Kiev.

El boicot lo protagonizan Gran Bretaña, Alemania, Francia y la CE

Gran Bretaña se une a la protesta europea que encabezaron Alemania, Francia y la propia Comisión Europea. La canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, François Hollande, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, la vicepresidenta Viviane Reding y la comisaria de Deporte, Andrulla Vassiliu, decidieron en mayo no acudir a ningún encuentro de la Eurocopa que se dispute en territorio ucraniano.

Dirigentes de otros países europeos como Holanda, Austria y Bélgica se sumaron asimismo a la protesta por su preocupación sobre las vulneraciones de los derechos humanos en Ucrania. "Su lugar no es una prisión", dijo Hollande el pasado día uno al referirse al caso Timoshenko en una conferencia conjunta en París con su homólogo ruso, Vladimir Putin, quien a su vez criticó el boicot por considerarlo "contrario a los ideales olímpicos".

En juego, la propia Eurocopa

El boicot político e institucional a Ucrania europeo llegó incluso a poner en duda la celebración de la Eurocopa. El presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, salió al paso de los rumores sobre la eventual cancelación de la Europa al afirmar el 14 de mayo que el torneo se desarrollaría en su país y Polonia.

"Estoy seguro de que el Campeonato de Europa se celebrará. La política es la política, y la vida es la vida", dijo Yanukóvich, que tres días antes se vio obligado a cancelar la cumbre de Europa Central y Oriental debido a la negativa a acudir a Yalta de 12 de los 15 países invitados.

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, también ha intentado, sin exito, separar la política y deporte. El 4 de mayo, afirmó que no había "marcha atrás" en los planes previstos y criticó la protesta de los dirigentes europeos. Veinticuatro horas después, el capitán de la selección alemana, Philipp Lahm, se unió a las críticas a Ucrania al señalar que el modo como tratan a Timoshenko "no tiene nada que ver" con su concepto de lo que es la democracia.

El 24, Blatter reiteró sus críticas a los dirigentes europeos promotores de la protesta contra Kiev al declarar que "de ninguna manera" la política debe de interferir en la organización del deporte, en este caso del fútbol. "El fútbol, especialmente, debe de unir a la gente y no dividirla", afirmó Blatter en Budapest en el discurso de clausura del Congreso anual de la FIFA.