Este artículo se publicó hace 8 años.
Rusia lanzará el primer nanosatélite fabricado con una impresora 3D
Cuando se cumple medio siglo del primer contacto de una nave espacial con otro planeta, la agencia espacial rusa ha desarrollado un casco de nave creado con una impresora 3D.
MADRID.- Rusia lanzará un nanosatélite desde la Estación Espacial Internacional (ISS) cuyo casco está creado con una impresora 3D, según ha informado la Universidad Politécnica de Tomsk (Siberia). "El satélite partirá a la estación orbital el 31 de marzo junto con otros equipos a bordo de la nave Progress MS-2, y después será lanzado por los cosmonautas rusos durante una caminata espacial", explica el centro en un comunicado.
El nanosatélite 'Tomsk-TPU-120' fue ensamblado en la Universidad de Tomsk y entregado a la corporación de ingeniería espacial Energia que, a su vez, lo enviará al cosmódromo de Baikonur desde el cual partirá la nave Progress MS-2.
En cuanto a sus características, los expertos apuntan que su tamaño es de 300x100x100 milímetros, que alcanzará una altura en órbita de unos 400 kilómetros y que su vida activa será de unos seis meses. Concretamente, el aparato está destinado para estudiar nuevos materiales desarrollados para la industria espacial. "Es el primer aparato espacial cuyo casco está elaborado con una impresora 3D, una tecnología que permitirá abaratar la producción de pequeños satélites", ha concluido la Universidad Politécnica de Tomsk.
Entre los hitos soviéticos en la carrera espacial, la nave Venera 3 se convirtió el 1 de marzo de 1966 en la primera sonda terrestre en hacer contacto con otro planeta. Venera 3, parte del programa de exploración espacial soviético Venera, fue lanzada el 16 de noviembre de 1965 con la misión de posarse en el planeta Venus. Con una masa de casi una tonelada, contenía un sistema de radio comunicaciones, instrumentos científicos y una fuente de energía propia.
La sonda no llevaba sistema especial de aterrizaje y acabó impactando en la superficie. El sistema de comunicaciones falló antes de que los datos planetarios fueran enviados a la Tierra. El impacto se produjo en el hemisferio nocturno de Venus, cerca del terminador, posiblemente entre -20º y 20º norte y 60º y 80º este.
Dentro del mismo programa, la nave Venera 7 fue diseñada para aterrizar y estudiar la superficie del planeta e hizo un aterrizaje controlado en la superficie de Venus en 1970, según el archivo de la NASA. En su conjunto, las sondas Venera fueron las primeras en entrar en la atmósfera de otro planeta, hacer un aterrizaje controlado en otro planeta, en enviar imágenes desde su superficie y en realizar mapas radar de Venus.
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