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Miles de inmigrantes desafían el calor extremo del desierto de Sunland Park para entrar en EEUU
Agencia Atlas
Los agentes de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. no para de trabajar ni en verano, en su búsqueda de inmigrantes ilegales en pleno desierto de Sunland Park, en el estado de Nuevo México. Con todoterrenos, helicópteros y motocicletas para encontrar personas indocumentadas. Alertan de los riesgos extremos de intentar cruzar la frontera en verano. Carlos Rivera, portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza de El Paso, informa de cómo las organizaciones criminales no les cuentan a los inmigrantes los riesgos a los que se enfrentarán al intentar cruzar el país: "Ahora mismo hace mucho calor. Es una tierra muy desolada, una tierra muy ardua, una tierra que es muy dura", dice el agente. Cuando son detenidos, les cachean y les piden los cordones de los zapatos, los cinturones, para después tramitar con migraciones su expulsión del país. Migrantes que cruzan en solitario, engañados por mafias, soportando temperaturas superiores a los 45 grados, que no saben ni cuándo ni cómo llegarán a Estados Unidos. Porque en caso de no ser detectados antes por los agentes se dan de bruces con el muro fronterizo. Que, aunque a simple vista parezca insalvable, por su altura, acaban intentando cruzar. Y se lesionan. Ricardo Cardiel, paramédico de Aduanas, ha atendido a muchos inmigrantes: "Vemos personas que se lastiman al subir y bajar. Lesiones en la espalda, tobillos rotos, golpes en la cabeza, conmociones cerebrales, incluso hemos visto personas que han muerto a causa de la lesión que sufrieron". Ni el desierto, ni las altas temperaturas detienen el goteo de inmigrantes que huyen del hambre y la pobreza. En 2019, 182.000 personas fueron detenidas solo en el paso fronterizo de Nuevo México.
-Redacción-