Este artículo se publicó hace 2 años.
La certera reflexión de Gabriel Rufián sobre la doble vara de medir entre las celebraciones de los argentinos y las de los marroquíes
Tremending
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Ya saben que Argentina se ha proclamado campeona mundial de fútbol, un deporte que es toda una religión en aquel país. El título no sólo se ha celebrado en Argentina. En cualquier lugar del mundo donde hubiera un argentino se ha festejado la victoria de Messi y los suyos. España no ha sido una excepción: la Puerta del Sol de Madrid se llenó de miles de argentinos orgullosos de su selección; también en otros lugares como Barcelona se celebró el triunfo de la albiceleste.
No hubo un solo incidente reseñable durante las celebraciones. La victoria argentina se celebró en un ambiente sano y cívico. Lo mismo ocurrió hace dos semanas con los triunfos de Marruecos en el Mundial, en el que llegaron a eliminar a España en octavos. Entonces también miles de marroquíes, una de las comunidades extranjeras más numerosas, salieron a las calles de muchas ciudades españolas a celebrar los logros de su equipo nacional.
Entonces tampoco hubo incidentes reseñables, pero varios medios ultras difundieron bulos sobre graves incidentes y supuestos actos vandálicos de la comunidad marroquí, recurriendo incluso a fotos y vídeos falsos. Esos bulos fueron alimentados y difundidos por miembros de Vox.
Hubo incluso alguna parlamentaria de Vox a quien simplemente le parecía mal que los marroquíes afincados en España celebraran el triunfo de su selección. Claro, se llevó un zasca glorioso al recordarle las acciones vandálicas, esas sí, de los turistas ingleses en Canarias. ¿Se acuerdan?
Por eso, nos parece tan oportuna la reflexión de Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, sobre la doble vara de medir de algunos en estas celebraciones. De los argentinos no se dice nada. Como Rufián lo dice mejor que nosotros, mejor será que vean su tuit, que lo deja muy clarito.
Lo hemos dicho más de una vez: si Gabriel Rufián no existiera, habría que inventarlo. Sin embargo, hemos de confesar que no hemos entendido muy bien lo de PATATAS, aunque el propio Rufián lo explique.
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