Elon Musk, AfD y el atentado de Alemania: así usa la extrema derecha la tragedia para desatar el caos

Magdeburgo se ha convertido este fin de semana en la capital de Alemania. El pasado viernes, un coche atropelló a una multitud en el mercadillo navideño de la ciudad. El atentado se saldó con, al menos, cinco víctimas mortales y 200 personas heridas. Taleb al Abdulmohsen fue detenido como sospechoso de asesinato e intento de asesinato. No era islamista, de hecho, tenía publicaciones islamófobas en Internet; tampoco llegó al país como refugiado, sino para trabajar como médico. La extrema derecha, sin embargo, ha aprovechado la tragedia para difundir mensajes de odio contra la población migrante y, de paso, rascar votos, cuando falta poco más de un mes para las elecciones.

El perfil del presunto asesino pone al partido ultra Alternativa para Alemania (AfD) en una posición complicada, por eso tratan de desviar el foco y sacan pecho de su programa de políticas antimigratorias. Lo que no cuentan es que el conductor del vehículo procedía en realidad de su círculo de simpatizantes. Los fallos de seguridad durante el atropello también exponen a los socialdemócratas de Olaf Scholz (SPD) y los democristianos de Friedrich Merz (CDU). "El ambiente está caldeado. Los neonazis llevan varios meses organizando ataques contra el resto de formaciones y esto no hace más que aumentar la crispación", señala Carmela Negrete, periodista afincada en Berlín. Las encuestas sitúan –de momento– a la extrema derecha en segunda posición, pero "todavía no se sabe cómo puede impactar [el atropello] en las urnas". 

Los seguidores de AfD –y sus homólogos europeos– llevan todo el fin de semana difundiendo noticias falsas e informaciones que ignoran los lazos de Taleb al Abdulmohsen con el partido. Lo que dicen es que este individuo no tenía que haber cruzado la frontera alemana y defienden un modelo de deportaciones masivas para "evitar" atentados de esta magnitud. "La extrema derecha está intentando desvincular a este personaje de sus ideas; primero, sacando de contexto declaraciones en las que pedía ayuda para los refugiados que huían de países islámicos, y luego, basándose en su antigua adscripción a la fe musulmana. Es un poco lo que hacían los nazis con los judíos", precisa Miquel Ramos, periodista y columnista de Público. 

El problema, para los ultras, vuelven a ser las políticas migratorias. No está de más recordar que la Unión Europea está a punto de implantar un Pacto de Migración y Asilo con "importantes" concesiones a la extrema derecha, sin "ninguna garantía legal" para las personas migrantes y refugiadas, según denuncian las organizaciones humanitarias. El mismo sábado, pocas horas después del atentado, cientos de neonazis se concentraron en Magdeburgo para defender la deportación de ciudadanos extranjeros. AfD convocó este lunes otra manifestación en la misma línea a la que acudieron unas 3.000 personas. 

Casi todos los partidos alemanes han firmado un acuerdo en el que se comprometen a hacer una campaña electoral "limpia", sin embarrar –todavía más– el debate. El sello de la extrema derecha no figura en el documento. "El Estado debe proteger a sus ciudadanos con una política migratoria restrictiva y deportaciones consecuentes", ha reivindicado la colíder de AfD, Alice Weidel. "[Los simpatizantes de la formación] dicen que la avalancha de pruebas que lo vinculan a la ultraderecha forman parte de una estrategia del Gobierno socialdemócrata para mantenerse en el poder. Estas teorías de la conspiración son perfectas para rentabilizar la tragedia en términos electorales", continúa Miquel Ramos.

Taleb Al Abdulmohsen había sido condenado en 2013 por alterar el orden público y por amenazar con un eventual atentado, pero tres años después, Alemania le concedió el estatus de refugiado. El propio individuo así lo solicitó al considerar que su vida corría peligro si volvía a su país de origen. Llevaba diez años trabajando en Europa cuando le llegó la resolución. 

"La extrema derecha ha adoptado una estrategia de manipulación discursiva y reconfiguración de la narrativa política a partir de los atentados terroristas. Lo hacen para movilizar el miedo y sacar rédito en las urnas, siempre presentándolos [los ataques] como una amenaza existencial vinculada al islam, apelando a un electorado que percibe a las personas musulmanas y migrantes como agentes de inestabilidad", desliza Hassiba Ziati, criminóloga especializada en análisis de la conducta.

Elon Musk salta al ruedo

Alemania tiene 82 millones de habitantes, y 14 millones son extranjeros. Las asociaciones humanitarias han detectado un "aumento significativo" de los insultos y la violencia contra personas –aparentemente– migrantes en la ciudad de Magdeburgo. Los ataques llegaron también al entorno digital y, como no, a la red social favorita de la extrema derecha: X, antes Twitter. "¿Qué está diciendo la prensa alemana? La mayor parte de la gente en Europa todavía cree que la prensa es veraz, cuando es pura propaganda. Por favor, envíenles enlaces a X", publicó el dueño de la plataforma, Elon Musk. Esta fue la respuesta del magnate a las informaciones que relacionaban al presunto asesino con la extrema derecha germana. 

Musk también insultó al canciller Olaf Scholz, tachándolo de "idiota incompetente" y exigiendo su dimisión. El ultraderechista propaló además "teorías de la conspiración" acusando al atacante de ser un "lunático" y de fingir su giro ateo e islamófobo para ser aceptado como refugiado. Los expertos consideran que esta teoría es "muy poco probable". El principal sospechoso dio "repetidas señales de sus intenciones violentas" en Internet y decía ser uno de los críticos "más agresivos" contra el islam, según recoge el medio europeo Politico. Las publicaciones han sido eliminadas de las redes sociales. 

La plataforma X, de hecho, suspendió su cuenta durante las primeras horas posteriores al ataque. Musk la restauró de nuevo este lunes, pero borrando antes parte de su historial de mensajes. Taleb al Abdulmohsen era bastante activo en redes, pero X sólo permite acceder a los tuits posteriores al 12 de noviembre de este año. La cuenta especializada en geopolítica @Megatron_ron asegura que las publicaciones con referencias a Netanyahu e Israel han desaparecido del mapa. "Los mensajes evidenciaban una clara sintonía con los discursos de odio de la extrema derecha contra las personas musulmanas, además de admiración por figuras como AfD o el propio Elon Musk", advierte Miquel Ramos.

Iago Moreno, sociólogo y experto en extremas derechas, suscribe esta tesis y analiza las similitudes del caso alemán con el intento de asesinato de Donald Trump, también durante la campaña de las elecciones americanas. "El hecho de que el atentado de Magdeburgo no tenga motivaciones yihadistas –más bien todo lo contrario– y su rápida capitalización por parte de AfD son dos elementos que nos anuncian un poco hacia donde vamos. Es parecido a lo que pasó con el primer francotirador contra Trump; cuando descubrieron que no era una persona con motivaciones izquierdistas, que incluso podía tener vínculos con la extrema derecha, remodelaron el relato. Esto es una repetición, pero mucho más trágica", insiste.

"No habrá ningún tipo de cooperación con AfD o con partidos que no se basen en un orden democrático libre", firmaron todas las fuerzas en una declaración conjunta; todas, menos la extrema derecha. Carmela Negrete confirma a Público que "el atacante estaba radicalizado" y simpatizaba con la formación ultra, "por eso no tiene sentido utilizarlo para criminalizar a las personas migrantes, pero ellos lo mezclan todo con tal de acentuar la xenofobia". Los alemanes votarán el próximo mes de febrero y, de momento, AfD cuenta con el apoyo de Elon Musk. "Habrá que ver cómo evoluciona esta narrativa durante la campaña y si la extrema derecha es capaz de arrastrar el marco, aunque los datos y las evidencias apuntan en otra dirección", sentencia Iago Moreno.