La crisis por la ampliación de los regadíos en el entorno de Doñana ha llegado también a la Unesco, organismo dependiente de la ONU que catalogó al humedal español en 1994 como patrimonio de la humanidad. "El Centro de Patrimonio Mundial está preocupado por los recientes informes sobre las posibles decisiones locales que podrían cambiar los planes de gestión de Doñana", reconoce a Público un portavoz de la institución desde la sede en París. 

La Unesco está atenta a los sucesos y anuncia a este medio que estudiará cambiar el estatus del humedal para destacar su situación de vulnerabilidad. "En septiembre, el estado de conservación será examinado nuevamente. Durante esta reunión el comité podrá tomar cualquier decisión, incluida la posibilidad de inscribir el parque en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro", indican fuentes del organismo.

En el año 2021 la Unesco solicitó a España, ante el declive paulatino del humedal, la implementación de un plan especial de gestión de las zonas de riego ubicadas en la corona norte de Doñana. De esta forma, se instaba al Estado al cierre de todos los pozos ilegales. "Seguimos trabajando con el Estado para garantizar que esto se haga y se proteja el valor universal del sitio, pero los cambios realizados por las autoridades locales en este plan podrían poner en peligro estos esfuerzos", alertan.

No es la única autoridad internacional que está atenta a lo que pueda suceder en el humedal. Desde la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una de las organizaciones de conservación de la naturaleza más grandes e importantes del mundo, no entran a valorar las políticas de regadío de Moreno Bonilla en el entorno de Doñana, pero sí informan que justo este año se debe evaluar el estado de las marismas y su biodiversidad para valorar si se mantiene dentro de la llamada Lista Verde, de la que forma parte desde 2015 al considerar que el ecosistema había avanzado en su recuperación.

La preocupación por Doñana se ha elevado a escala internacional después de que el presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla, haya anunciado un plan que prevé regularizar más de 1.000 hectáreas de regadío ilegal que, durante años, han extraído agua de las lagunas y acuíferos del parque natural. 

Los científicos de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) que trabajan sobre el terreno alertan de que la situación es extremadamente grave y apuntan al uso intensivo de agua para regar los cultivos de la zona. Según los datos publicados, el 59% de las grandes lagunas ya se han secado y el acuífero que alimenta las marismas del parque ha disminuido ya tres metros. Todo ello con impacto en las especies que habitan en el entorno. Las aves acuáticas son unas de las más afectadas, en tanto que de las 22 especies registradas, sólo dos tienen una tendencia poblacional positiva entre 2004 y 2022, datos de la Sociedad Española de Ornitología. 

La falta de agua se podría agravar aún más si el plan de regadío sale adelante. Así lo entiende el CSIC, las organizaciones ecologistas y la propia Comisión Europea, que ha amenazado con imponer sanciones económicas a España si Moreno Bonilla aprueba su ley. En 2021, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) condenó al Estado al considerar que los planes hidrológicos aprobados por Mariano Rajoy en 2015 contribuían a la degradación de Doñana. La nueva norma supondría, a ojos de Bruselas, incumplir dicha sentencia por lo que habría multas importantes.