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La polémica de las macrogranjas eclipsa el arranque de la precampaña electoral en Castilla y León
Agencia Atlas
Recibimiento especial al presidente del Gobierno en su debut preelectoral en Castilla y León. Pero ni mención expresa a su ministro ni a la espina de las macrogranjas, más allá de subrayar lo hecho. "También hemos cumplido, y hay que decirlo alto y claro, con los ganaderos y con los agricultores", ha remarcado Pedro Sánchez. Con la ley que garantiza precios o la PAC. O las inversiones previstas para Castilla y León, donde mantiene la esperanza intacta de volver a ganar, como en 2019, pese a las encuestas. Apoyándose en la oposición de su candidato, Luis Tudanca, y en su Gobierno de coalición: ejemplaridad frente a la corrupción y garantía de estabilidad. Con reforma laboral incluida, si el PP abandona, dice Sánchez, su oposición destructiva. Pero ellos dan la versión contraria. Que es el PSOE el que impide los acuerdos de Estado. Y cargan tintas, no sueltan prenda, con las macrogranjas. "Para lanzar un mensaje de apoyo claro e inequívoco al sector de la ganadería", ha explicado su vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos. Mañana comenzará sus mociones contra Alberto Garzón. Pero el ministro, entrevista en El Periódico, da por hecho que acabará la legislatura, que todo obedece a intereses del lobby cárnico y del Partido Popular. Sus antiguos socios, del PP, en la Junta creen que a Fernández Mañueco el adelanto electoral se le va volver en contra. "Ya veremos los resultados, me parece que se va a llevar alguna sorpresita" ha dicho Inés Arrimadas. Para la presidenta de Ciudadanos, el candidato popular no puede estar a los intereses de Pablo Casado o a intentar tapar sus casos judiciales allí: sobrecostes, financiación irregular o la trama eólica.