Las imágenes sobrecogen. En ellas se puede ver a unos 400 ejemplares, entre jabalíes y ciervos, abatidos y en fila. Cruento botín el de unos 70 cazadores que con fines puramente recreativos acometieron semejante atrocidad este fin de semana en la finca 'Los Posteruelos', en Villaviciosa de Córdoba.

Un acto de salvajismo en un paraje de unas 3.200 hectáreas que, como denuncian desde Ecologistas en Acción, no es algo puntual: "Lo ocurrido este pasado fin de semana en la finca 'Los Posteruelos' (Villaviciosa de Córdoba), es, el día a día, de la mayoría de las fincas cercadas en Sierra Morena". 

No en vano por esos mismos paisajes se ha podido ver, convenientemente pertrechados, a ilustres cazadores de la talla de Francisco Álvarez Cascos o Miguel Blesa. Se trata de fincas de propiedad privada en las que la cerca cinegética forma parte de su gestión habitual.

"¿Dónde es posible este tipo de orgías de sangre y muerte? Solo en las fincas cercadas en todo su perímetro, donde la única defensa de las especies de caza mayor, la huida, está absolutamente mermada y condicionada por una barrera de alambre", denuncian desde Ecologistas en Acción.

Un modus operandi que posibilita es tipo de festines sanguinolentos, "bolsas cinegéticas" que permiten a los propietarios aumentar artificialmente las densidades de este tipo de ejemplares. Lo que viene siendo una carnicería optimizada ex profeso para los cazadores. 

Una práctica perversa que cuenta, desde hace décadas, con el "beneplácito" de una administración "acobardada y entregada ante el enorme poder económico que se aglutina entorno a los grandes propietarios de los principales acotados de caza mayor de España".