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¿Qué significa la retirada rusa de Jersón?

Sara Serrano en La Base.
Sara Serrano en La Base.

El pasado miércoles el Ejército ruso anunció la retirada de sus tropas de la ciudad ucraniana de Jersón en el sur del país. Este es uno de los cuatro territorios anexionados por Rusia, además de Donetsk, Lugansk y Zaporiyia, el pasado 30 de septiembre tras la celebración de los referéndums de autodeterminación.

Sin embargo, de facto Jersón llevaba bajo control ruso desde mucho antes, la ciudad cayó en manos rusas durante los primeros días de la invasión, el pasado mes de febrero.

Entonces, Rusia destituyó a las autoridades locales para sustituirlas por las suyas y trató de imponer el uso del rublo. La importancia estratégica de Jersón radica en su ubicación: está localizada al norte de la península de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014 y en la orilla occidental del río Dniéper, por lo que es un enclave fundamental para controlar el sur del país y el acceso al mar Negro. 

Zelenski, en un discurso dirigido a las tropas ucranianas desplegadas en la ciudad], ha dejado cuatro mensajes clave: 

1. Que Ucrania se está preparando para la paz en todo el país. Identificando la paz [como viene haciendo desde el comienzo del conflicto], con una victoria ucraniana que deja fuera el entendimiento con la población de las regiones del Donbás y Crimea. 

2. Que la entrega de armamento estadounidense ha sido fundamental para que Kiev recuperara la iniciativa en la guerra. 

3. Acusó al ejército ruso de haber cometido en la región crímenes de guerra y avisó de que encontrarán y llevarán ante la justicia a los responsables. "Los investigadores ya han documentado más de 400 crímenes de guerra rusos, y se han encontrado los cuerpos de civiles y militares. Encontraremos y llevaremos ante la justicia a todos los asesinos", dijo.

4. Denunció que las fuerzas rusas habían destruido las infraestructuras más importantes de la ciudad antes de abandonarla: comunicaciones, suministro de agua, calefacción y electricidad siguen sin estar reestablecidos en Jerson según las autoridades ucranianas. 

Rusia no ha dado ninguna explicación política de su retirada de Jersón. Más allá de las imágenes televisadas del diálogo entre el ministro Shoigu y el general Surovikin en las que anunciaban la retirada militar de la ciudad, que confirmaban que se trataba de una decisión tomada por el Ministerio de Defensa, no ha habido ninguna justificación en clave estratégica. 

Rusia controla aún el 97% de Lugansk; el 55% de Donetsk; el 72% de la región de Jersón, -al que pertenece la ciudad de Jersón, ya recuperada por Ucrania- y el 72% de Zaporiya. Para que nos hagamos una idea del avance de la línea del frente, antes de la contraofensiva ucraniana, Rusia controlaba el 94% de Jersón -por lo que ha perdido un 22% del territorio-, y el 64% de Donetsk -donde ha perdido un 9%-. 

Según informa el New York Times, el presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, cifraba el número de bajas rusas en los 100.000 soldados, entre heridos y muertos. Según el general Milley, algo similar ocurriría en el bando ucraniano. Añadió además que 40.000 civiles habían muerto durante la guerra y que entre 15 y 30 millones de ucranianos se habían convertido en refugiados tras tratar de huir del conflicto. 

Kiev y sus aliados presentan la salida de Rusia de Jersón como una derrota importante para Moscú, que se sumaría a la toma fallida de Kiev, la salida de Járkov y la impopular movilización parcial de reservistas rusos. Consideran que podría suponer un punto de inflexión en la guerra. 

Además, diferentes analistas señalan que la salida ordenada de Rusia de Jersón sin que fuera obstaculizada por las tropas ucranianas sumada a otras dos concesiones a Moscú con el levantamiento de sanciones en el plano diplomático y comercial, podrían apuntar hacia un entendimiento entre ambos bandos a corto plazo.

En este sentido, apuntan también algunas filtraciones a medios como La Repubblica en Italia o el Wall Street Journal en Estados Unidos, que ya hablan de posibles acuerdos para congelar el conflicto. 

Se está empezando a observar cierto hartazgo entre la población rusa con la guerra. Según una reciente encuesta de Levada (una de las pocas encuestadoras rusas fiables) el 57% de los ciudadanos rusos están a favor de una salida negociada de la guerra frente al 36% que sigue siendo partidario de continuar por la vía armada. Estos porcentajes contrastan enormemente con los recogidos por la misma encuestadora en el pasado mes de agosto. Entonces sólo un 44% de los rusos estaba a favor de negociar, frente al 48% que apostaba por continuar la guerra. Es decir, en sólo 3 meses, la aprobación a la invasión entre la población rusa ha caído 13 puntos. 

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