La elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ya está en marcha. Oficialmente, desde la semana pasada tras la orden aprobada en el primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Los socialistas deben amarrar el apoyo del resto de grupos que les apoyaron en la investidura. Algo que en principio no debería generar problemas. 

Pero en el complejo puzzle que debe afrontar el PSOE se incluye también la división existente en sus socios de Gobierno de Sumar. La brecha entre Podemos y el resto del espacio que lidera Yolanda Díaz es cada vez más evidente. La secretaria general de la formación morada, Ione Belarra, advirtió la semana pasada de que sus cinco diputados actuarán de forma autónoma. 

"Quien quiera los votos de Podemos va a tener que negociar con Podemos", destacó Belarra en una entrevista realizada la semana pasada. "La fuerza actual de Podemos, su voz y sus votos, servirán para seguir impulsando las transformaciones más valientes y ambiciosas. Por mucho que haya podido doler el proceso de estos dos años, aceptemos el golpe y pasemos página. A partir de este momento, Podemos se pone a trabajar con total autonomía política", añadió el sábado en el encuentro del Consejo de Ciudadano de su partido. 

Desde el PSOE, según afirman fuentes del Gobierno, rechazan de forma tajante negociar de forma directa con Podemos. Las conversaciones se mantendrán por tanto con Sumar, insisten esas mismas fuentes. "Entendemos que Podemos quiere tener mayor visibilidad y presencia dentro de su espacio pero es una cuestión que tienen que resolver de manera interna", recalcan en las filas socialistas. 

Para el PSOE "no es preocupante", señalan las mismas fuentes, la posición que puedan mantener en el partido morado. "No los vemos votando con PP y Vox", recalcan. No plantean en el ala socialista del Ejecutivo un trato diferencial a los cinco diputados de Podemos. Al mismo tiempo no esconden su malestar por "las formas" que tuvieron tanto Irene Montero como Belarra en los actos de despedida de sus ministerios. 

Podemos ha denunciado de forma insistente durante los últimos días el veto de Sánchez y Díaz a que hubiera ministros o ministras de Podemos. Lo recordaron también en el momento de traspasar sus carteras a sus sucesores, Ana Redondo en Igualdad y Pablo Bustinduy en Derechos Sociales y Agenda 2030. 

Desde Podemos insisten en la idea de que sus votos tendrán que negociarse con ellos como fuerza autónoma y no descartan que los socialistas puedan cambiar de opinión sobre esta cuestión y reconocerlos como interlocutores válidos. 

Por su parte, como informó este medio, Compromís sí que negociará de forma bilateral los PGE con el PSOE. Esto es debido a que en el pacto de Gobierno entre Sumar y PSOE se incluyó un punto en el que se especificaba de forma expresa el asunto de la financiación para la Comunitat Valenciana. "En los PGE se garantizará a la Generalitat Valenciana y al resto de Comunidades Autónomas infrafinanciadas la prestación de los servicios públicos al mismo nivel que el resto del Estado", señala el texto. 

En Sumar, como señaló este lunes en rueda de prensa su portavoz y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, destacan que las negociaciones para las cuentas públicas se darán "en el marco del grupo parlamentario plurinacional". 

Por lo demás, a la espera de que el Ministerio de Hacienda que lidera María Jesús Montero presente el techo de gasto próximamente, las cuentas avanzan. Hasta el 11 de diciembre todos los ministerios del Gobierno deben enviar sus peticiones a Hacienda.

El PSOE necesita los apoyos de todo el grupo parlamentario de Sumar, así como de ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG, y esperan sumar también a Coalición Canaria, que ya apoyó la investidura a cambio de la agenda canaria. Los socialistas confían en que los acuerdos firmados garanticen la "estabilidad", que incluye como no puede ser de otra manera, la aprobación de los PGE año a año. Las próximas semanas se prevén negociaciones a varias bandas para que los primeros sean una realidad.