Este artículo se publicó hace 5 años.
Incertidumbre en Navarra tras la irrupción del PSN como actor clave
La candidata socialista, María Chivite, asegura que no facilitará un Ejecutivo liderado por la coalición de derecha Navarra Suma. Del mismo modo, se opone a un acuerdo de izquierdas que integre a EH Bildu. Se avecinan intensas negociaciones.
Bilbao-
A pocos días de celebrar su cumpleaños número 41, la socióloga María Chivite vive el momento más intenso de su trayectoria política. Esta navarra nacida el 6 de junio de 1978 en Cintruénigo responde a todo aquel que se lo pregunta que intentará ser la próxima presidenta de la Comunidad Foral. También lo decía durante la campaña electoral, pero entonces no era más que una promesa. Ahora, en cambio, existe margen para que sea realidad.
Tras cuatro años de gobierno cuatripartito de izquierdas, Navarra ha amanecido este lunes bajo un incierto panorama político. Los resultados de las urnas indican que Navarra Suma, la coalición de derechas integrada por UPN, PP y Ciudadanos, ostenta el primer puesto con 19 escaños (36,5%). Su candidato, el regionalista de derechas Javier Esparza, lo celebró por lo alto y dijo que este lunes llamaría a la líder socialista, María Chivite, para invitarle a conformar un gobierno “constitucionalista”.
No está claro que Chivite le vaya a decir que sí. Los socialistas acaban de conseguir unos resultados inesperados: pasan de siete a 11 escaños en el Parlamento autonómico y consiguen el 20,6% de los votos. La candidata del PSN consiguió superar a Geroa Bai –la formación de la actual presidenta, Uxue Barkos-, que se quedó con los mismos nueve escaños que disponía en la anterior legislatura.
De momento, Chivite no suelta prenda. La candidata socialista ha dicho que no hará presidente a Esparza, pero tampoco formará parte de un acuerdo de gobierno progresista a cinco bandas que incluya a EH Bildu. El PSN buscará liderar un “gobierno de progreso”, aunque para ello deberá convencer a Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra. Las cuatro formaciones juntas tendrían 23 votos, quedándose a tres de la mayoría absoluta. En ese caso, el nuevo cuatripartito necesitaría que EH Bildu se abstuviese en la sesión de investidura.
Mientras tanto, en Geroa Bai también reina la cautela. Fuentes de la formación liderada por Barkos señalaron a Público que aún no estaba confirmada ninguna reunión entre la actual presidenta y la postulante del PSN. De momento, Barkos espera su llamada.
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