Opinión

Un Macron desahuciado de Francia y de África planea un 'Barbarroja' contra Rusia

Macron y Zelensy en un abrazo durante una reunión conjunta.- POOL VIA REUTERS VIA REUTERS
Macron y Zelensy en un abrazo durante una reunión conjunta.- POOL VIA REUTERS VIA REUTERS

Por Nazanin Armanian

Analista política y traductora persa y dari

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Autopsia de un suicidio anunciado

Exportar la crisis interna: El ascenso imparable del fascismo (alias “populismo”) como resultado natural de las políticas capitalistas y una despiadada derecha “centrista”, timadora de las clases media y obrera. Macron no fue capaz de captar el mensaje de la ciudadanía, con graves problemas de subsistencia, vivienda, sanidad, empleo, etc., y sigue desviando fondos a la cuenta de las compañías de armas. La derrota del movimiento de los Chalecos Amarillos no fue victoria de Macron. Hoy por hoy, el principal objetivo de la extremaderecha europea son mayores recortes en los derechos sociales que no lanzar grandes guerras.

Impedir que EEUU monopolice el mercado de armas de Ucrania. Por lo que pide a Nexter, el Grupo de Industrias Militares del Ejército de Francia, no esperar a obtener contratos, y ponerse a acumular reservas de materia prima y piezas de repuesto: ¡si no hay guerra se fabricará, creando la necesidad! Por el momento, ha acelerado la producción de cañones César y va a duplicar la de los proyectiles de 155 milímetros. Macron no olvida que Biden le robó en 2021 el acuerdo que había firmado con Australia para venderle 19 submarinos nucleares, por valor de 90.000 millones de dólares, en el marco del acuerdo Aukus, el “anillo de acero” de EEUU alrededor de China. Entre 2019-2023, Francia aumentó sus exportaciones de armas en un 47% para desbancar a Rusia como el segundo gran exportador de armas del mundo, tras EEUU. La guerra es un negocio redondo: los mercaderes de la muerte venden armas, se apoderan de los recursos naturales ajenos, y ¿cómo no? Destruyen el país para luego ganar con su reconstrucción pagada del bolsillo de generaciones futuras del país víctima. Numerosas compañías occidentales (como Rothschild o BlackRock) han invertido en Ucrania y sus gobiernos ahora intentan salvar estas inversiones de los ataques rusos, o destruirlas por si caen bajo el control enemigo.

La guerra será nuclear

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Nazanin Armanian

Miembro de Grupo de Pensamieno Laico

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