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Unión Europea Ya hay acuerdo para el brexit, ¿y ahora?

El Parlamento Europeo y la Cámara de los Comunes deben dar aún el visto bueno al acuerdo para el brexit, que no es más que el inicio de una larga negociación entre Londres y Bruselas sobre la relación futura.

La primera ministra británica, Theresa May, a su llegada a una rueda de prensa tras la cumbre de los Veintisiete celebrada en Bruselas (Bélgica). EFE/ Olivier Hoslet/pool

Los 27 dieron el domingo luz verde al acuerdo de retirada de Reino Unido de la Unión Europea, tras más de 45 años. Pero esta es solo una etapa de un largo camino hacia la ratificación y la posterior negociación de la relación futura entre Londres y Bruselas. Público analiza las claves de los próximos meses.

Si el proceso no ha acabado, ¿qué se aprobó en la cumbre?

La cumbre del pasado domingo fue un ejercicio político más que legal, algo así como la escenificación del acuerdo sobre el brexit. Por un lado, los 27 dieron su ‘okay’ al Acuerdo de Salida, un texto legal que establece las condiciones en las que Reino Unido abandona la UE. El documento consta de 585 páginas, 185 artículos y tres protocolos. Por otro, los estados miembros dieron su visto bueno a la Declaración Política, un documento de 36 páginas que esboza las aspiraciones británicas y europeas para la relación futura. Pero no es más que eso, una declaración de intenciones, no vinculante.

También se aprobaron una serie de declaraciones anexas, entre ellas la que afecta al rol de España en la negociación con Gibraltar.

¿Cuáles son los pasos legales para ratificar el acuerdo?

Según el artículo 50, que define el marco legal para que un estado miembro pueda abandonar la Unión Europea, el acuerdo de salida "se celebrará en nombre de la Unión por el Consejo, por mayoría cualificada, previa aprobación del Parlamento Europeo".

Es decir, el Parlamento Europeo tiene que dar su visto bueno. Según explicó el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, el procedimiento tendrá dos fases.

Por un lado, en el próximo pleno de diciembre, los eurodiputados votarán una primera valoración sobre el texto. Por otro, una vez las 585 páginas del documento de salida y las 36 de la declaración política hayan sido traducidas a todas las lenguas oficiales, la Eurocámara votará el texto que tan solo necesita una mayoría simple para salir adelante. Esta votación tendría lugar entre febrero y marzo.

Antonio Tajani se mostró confiado de que el texto sea aprobado por los eurodiputados, que han estado plenamente involucrados en la negociación a través de una comisión especial encabezada por el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt. "Una amplia mayoría está a favor del acuerdo", insistió el presidente, que advirtió además que es "imposible reabrir el texto".

Una vez el Parlamento haya votado en favor del texto, será el Consejo de Asuntos Generales, que reúne a los ministros de Asuntos Europeos, el que proceda a la ratificación del acuerdo por mayoría cualificada.

¿Y en Reino Unido?

Tras el acuerdo en Bruselas, la palabra la tiene ahora la Cámara de los Comunes en Londres. La Primera Ministra Británica, Theresa May, se comprometió ayer a trabajar para defender el acuerdo "con todo mi corazón" ante los parlamentarios.

Y parece que May va a necesitar mucho más que corazón. A la aprobación del acuerdo por su gabinete le siguió una serie de dimisiones en el gobierno; varias decenas de diputados de su propio partido han tratado de poner en marcha una moción de confianza y no pocos sopesan saltarse la disciplina de voto y tratar de tirar el acuerdo.

Pero es que aunque la primera ministra británica lograse el apoyo de los Conservadores, no tiene la mayoría para que salga adelante. De momento, ni los Laboristas de Jeremy Corbyn ni los Unionistas de la DUP de Irlanda del Norte, parecen por la labor de dar su apoyo.

Theresa May tiene apenas dos semanas para convencer a los suyos de que éste es "el mejor acuerdo posible, el único", que Reino Unido podía conseguir, tal y como afirmó al fin de la cumbre. Está previsto que Westminster presente sus enmiendas al texto y vote a principios de diciembre. Pero Bruselas lleva tiempo advirtiendo de que el margen para modificaciones es casi inexistente.

¿Y si todo esto falla?

Nadie en Bruselas parece querer contestar a esa pregunta. O al menos, casi nadie. La presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaitė, afirmó a su llegada a la cumbre que un ‘no’ de la Cámara de los Comunes podría dar lugar a cualquier escenario. Aunque en principio, los más probables son cuatro.

El primero, y el menos deseable, el temido brexit sin acuerdo. De un día para otro, todas las normas, todos los acuerdos, todo dejaría de aplicarse en Reino Unido. Las consecuencias son impredecibles y seguramente catastróficas, desde la interrupción del tráfico aéreo, hasta el cierre de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte sin entrar en las incontables consecuencias económicas.

El segundo, la caída del gobierno de Theresa May y la vuelta a la mesa de negociaciones. Esta opción ha estado sobre la mesa durante las últimas semanas pero Bruselas dejó muy claro en la cumbre que este es el mejor acuerdo que Reino Unido puede negociar y están muy equivocados si creen que hay margen de maniobra. En la capital europea no hay apetito para otra negociación, no creen que haya margen para tenerla y sobre todo, no creen que quede tiempo.

El tercero, y menos probable, un segundo referéndum. May no ha cesado de repetir que el objetivo del gobierno es cumplir con el mandato del referéndum de sacar a Reino Unido de la UE. Sin embargo, algunas voces cuestionan el resultado de la primera consulta por las mentiras vertidas por los políticos británicos y reclaman un segundo voto ahora que los ciudadanos conocen las consecuencias reales del brexit.

El cuarto, y el más reciente, el conocido como ‘Plan B’. Según la prensa británica, varios ministros del ejecutivo de May estarían trabajando en la sombra para un ‘brexit bland’ en el que la permanencia en el Espacio Económico Europeo sustituiría al periodo de transición. Tanto los Unionistas como los Laboristas la verían con buenos ojos.

¿Cuándo tendrá lugar el brexit?

La fecha oficial para la salida de Reino Unido de la Unión Europea es el 29 marzo de 2019, exactamente dos años después desde que Theresa May mandara la carta con la que el gobierno británico activó el artículo 50.

¿Podría retrasarse para seguir negociando?

Legalmente, sí, prácticamente sería muy difícil. El artículo 50 establece que las partes pueden decidir, unanimidad del los 27 previa, extender el periodo dos años previsto para la salida del país en cuestión. El problema es que el 26 de mayo hay elecciones al Parlamento Europeo, en las que Reino Unido ya no debería participar. La extensión sería posible, sí, pero apenas durante unas semanas.

Y si todo va bien, ¿qué queda?

Si todo va bien, el 29 de marzo del año que viene entrará en vigor el periodo de transición. Dos años en los que la Comisión, en nombre de los estados miembros, deberá negociar a contrarreloj la relación futura con Reino Unido. Concluir el acuerdo de salida era en realidad la parte fácil.

Durante el periodo de transición Reino Unido formará parte del Mercado Único -con sus cuatro libertades, servicios, capitales, bienes y personas, incluidas-, la Unión Aduanera y toda la legislación europea se seguirá aplicando en el territorio. Pero aunque los británicos tenga que cumplir con todas las obligaciones de un estado miembro, ya no tendrán ni voz ni voto en la UE.

Si en julio de 2020, casi al final de este periodo, aún no hay acuerdo, los estados miembros y el Reino Unido podrían extender la transición entre uno y dos años. La opción ‘B’ es que entre en marcha el conocido como ‘backstop’ o solución de emergencia. Este marco crea una suerte de espacio aduanero común que incluye tanto Reino Unido como a Irlanda del Norte en el que no existirían aranceles ni cuotas para productos exportados a Europa y los aranceles externos serían los mismos. Las normas que se aplicarían en este espacio serían mucho menores que en la Unión Aduanera pero evidentemente existirían controles. El objetivo es evitar una frontera dura en la isla.

El escenario deseado es que cuando concluya el periodo de transición, entre en vigor el marco que establezca la nueva relación entre la Unión Europea y Reino Unido. El acuerdo de salida ha tardado dieciocho meses en negociarse, un acuerdo de libre comercio con Canadá, siete años, y a lo que Londres y Bruselas es mucho más ambicioso. La negociación va a ser compleja, correosa y a contrareloj.

"Delante de nosotros está el difícil proceso de ratificación, así como las futuras negociaciones. Pero independientemente de cómo termine todo, una cosa es segura seguiremos siendo amigos hasta el final de los días y un día más", concluyó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un día "triste para Europa".

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