El ‘TTIP de los servicios’ permitirá imponer sanciones económicas a los países que no cumplan sus exigencias
Las contradicciones de Bruselas
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@Alopezdemiguel
MADRID.- Bruselas presume de transparencia cada vez que menciona el TTIP, pero ni siquiera se esfuerza en hacer lo propio con el TiSA, el acuerdo sobre servicios que negocian en secreto cincuenta países, cuyo contenido habría permanecido oculto si no fuera por las revelaciones de éste y otros diarios europeos.
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Si un estado no se adapta a todas las exigencias del TiSA para liberalizar sus servicios de correos, por ejemplo, otro estado puede llevarle ante los árbitros si considera que sus empresas se ven perjudicadas
Estos paneles podrían emitir resoluciones vinculantes sobre las disputas entre los países firmantes – en relación a cualquier aspecto de la “interpretación y la aplicación” del acuerdo-, y en un plazo de no más de 30 meses podrían forzar a un estado a compensar económicamente a otro si consideran probado que el denunciado no ha cumplido con todas las obligaciones que establece este pacto secreto. Si un estado no se adapta a todas las exigencias del TiSA para liberalizar los servicios de correos, por poner un ejemplo, otro de los países firmantes puede llevarle ante estos árbitros si se considera perjudicado por esta decisión.
“Las sanciones por incumplir el TiSA podrían aplicarse, por ejemplo, en el marco de acuerdos de la WTO sobre propiedad intelectual, bienes, agricultura, productos textiles”, explica Kensey
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“Las sanciones por incumplir el TiSA podrían aplicarse, por ejemplo, en el marco de acuerdos de la WTO sobre propiedad intelectual, bienes, agricultura, productos textiles o sobre los capítulos de inversión o compra pública de los acuerdos bilaterales de libre comercio”, apunta Kelsey en su análisis.
“Expertos en derecho” que actúan como jueces
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El documento en cuestión detalla los diferentes trámites y tiempos, tanto para resolver una disputa sin recurrir al arbitraje –en el marco del TiSA o de otros acuerdos de inversión- como para seleccionar una lista de árbitros, que debería estar cerrada transcurridos seis meses desde la futurible ratificación de este pacto sobre servicios. Serían elegidos para ejercer durante un periodo de cuatro años -prorrogable-, y sus honorarios serían idénticos a los de sus homólogos en la Organización Mundial del Comercio.
Bruselas no concreta aún los requisitos éticos y morales que deben cumplir estos árbitros
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En esta línea, el texto especifica que cada una de las partes correrá con sus gastos y que ambas cubrirán a partes iguales los honorarios de los árbitros y otros costes administrativos. Está escrito también que las audiencias teóricamente serán públicas –a no ser que las partes lo rechacen, para proteger la divulgación de “información confidencial”-, que los árbitros “tienen que esforzarse al máximo para tomar cada decisión por consenso” -aunque puedan adoptarlas por mayoría-, y que los votos en contra de las resoluciones adoptadas no se harán públicos.
Las contradicciones de Bruselas
Kelsey recuerda que el TiSA no incorporará el mecanismo de resolución de disputas entre inversores y estados que blinda a las multinacionales (ISDS), “lo que habría permitido a un inversor extranjero de uno de los países firmantes llevar a un gobierno directamente ante controvertidos tribunales arbitrales, buscando una compensación económica por supuestos incumplimientos de su ley pro-inversores”.
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La Comisión saca pecho porque el blindaje de las empresas en el TTIP permite la apelación, pero su propuesta para el mecanismo de resolución de disputas entre estados en el TiSA no lo hace
Este blindaje de las corporaciones ha sido y es uno de los apartados más polémicos del Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP), y el rechazo de un 97% de los ciudadanos europeos en una consulta pública de la Comisión forzó al Ejecutivo comunitario a reformular su propuesta. En su defensa del ISDS mejorado –“maquillado”, según las ONGs contrarias al acuerdo-, rebautizado como ICS (Investor Court System), la UE tiende a destacar que permite apelar a una instancia superior. Sin embargo, su propuesta para el mecanismo de resolución de disputas entre estados en el TiSA no permite apelar, “porque EEUU se oponía frontalmente”, como apunta la profesora de la Universidad de Auckland en su análisis.