¿Quiénes son los palestinos liberados por Israel? Niños y adolescentes sin cargos y mujeres juzgadas por tribunales militares
Los siete días tregua en casi dos meses de guerra culminan con la puesta en libertad de unos 100 rehenes israelíes y extranjeros y más de 240 palestinos recluidos en prisiones de Israel.
Jairo Vargas Martín
Madrid-
La tregua entre Israel y las milicias palestinas en la Franja de Gaza ha durado siete días en los que han sido liberados cerca de cien rehenes israelíes y extranjeros en manos de Hamás y la Yihad Islámica desde los terribles ataques del pasado 7 de octubre, los peores atentados en la historia de Israel.
A cambio, el Gobierno hebreo ha permitido salir de diferentes cárceles a más de 240 presos palestinos, mujeres y menores de edad en su mayoría, que cumplían condena por diversos cargos o estaban simplemente detenidos indefinidamente.
Algunos cargos son graves, como intento de asesinato a soldados o policías israelíes, aunque otros simplemente fueron detenidos como sospechosos de colaborar con los grupos armados, por tirar piedras a los soldados israelíes. También por portar algún tipo de arma a ojos de los tribunales militares israelíes que los juzgan o de los comandantes hebreos que pueden decretar su detención administrativa durante más de un año sin siquiera presentar cargos con los detenidos.
Propaganda y relatos cruzados
El relato sobre unos y otros es tan dispar como marca la propaganda que envuelve a cualquier conflicto armado. En los medios occidentales han sido habituales las noticias y reportajes detallados sobre los rehenes capturados por las milicias palestinas.
Muchas de sus familias han ejercido una presión continua al Gobierno de Benjamín Netanyahu para conseguir una liberación que durante un mes y medio parecía no ser una prioridad para Israel. Carteles con sus rostros, información sobre su vida, vídeos de su captura por las milicias palestinas o entrevistas de sus familiares en multitud de medios comunicación han culminado ahora en imágenes de alegría y fuertes abrazos grabadas y difundidas por Israel.
Muy diferentes han sido las puestas en libertad de los palestinos, etiquetados por Israel no solo como delincuentes, sino como "execrables" y "terroristas", siempre deshumanizados y sin información del contexto que llevó a su detención o su condena. La lista de posibles liberados que hizo pública el Gobierno israelí antes de la tregua constaba de 300 nombres. Algunos eran miembros de Hamás, Al Fatah, la Yihad Islámica o el Frente Popular palestino. Otros, sin vinculación directa con estos grupos.
Figuraban 123 menores de 18 años, de los que cinco solo tenían 14 años y estaban acusados o condenados por lanzar cócteles molotov o provocar incendios. Niños encarcelados en prisiones como adultos, algo inconcebible en cualquier Estado de derecho occidental, que, sin embargo, se normaliza en Israel, la supuesta única democracia consolidada y avanzada de Oriente Próximo.
La polémica "detención administrativa"
Una gran cantidad de los prisioneros liberados nunca fueron juzgados. Según recuerdan diferentes organizaciones de Derechos Humanos israelíes y palestinas, el Estado judío emplea sin reparos y con asiduidad, tanto en Jerusalén como en la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza, la llamada "detención administrativa".
Addameer recuerda que la detención administrativa "es la medida más extrema que el derecho internacional humanitario permite utilizar a una potencia ocupante contra los residentes del territorio ocupado"
Según la organización israelí B'tselem, esta figura legal consiste en "el encarcelamiento sin juicio ni cargos, alegando que una persona planea cometer un delito en el futuro. No tiene límite de tiempo y no se divulgan las pruebas en las que se basa", ni a los propios detenidos ni a sus abogados.
Esta organización contabilizaba a 30 de septiembre 1.326 detenidos administrativamente, de los que 1.310 eran palestinos y 23 de ellos menores: de 16 y 17 años. La organización de apoyo a los presos políticos palestinos Addameer habla de un total de 7.000 reclusos palestinos en Israel a fecha de 6 noviembre –día anterior al inicio de la guerra actual–. De ellos, 2.070 fueron detenidos administrativamente, 200 de ellos, menores y 62, mujeres. Entre ellos hay abogados, periodistas, escritores o activistas palestinos.
Addameer recuerda que la detención administrativa "es la medida más extrema que el derecho internacional humanitario permite utilizar a una potencia ocupante contra los residentes del territorio ocupado". Pero denuncia que Israel la lleva aplicando de forma generalizada desde 1948, muchas veces contraviniendo los requisitos exigidos por el derecho internacional.
Coinciden Addameer y B'selem al señalar que el Estado judío aprovecha esta fórmula legal para aplicar castigos individuales o colectivos, o para lograr encarcelamientos evitando juicios penales para los que no tiene siquiera pruebas.
Torturas en las cárceles de Israel
Detrás de estos números hay nombres propios e historias personales prácticamente desconocidas por la opinión pública europea. Y la situación en las prisiones israelíes preocupa más allá de lo largas que sean las condenas o detenciones. En un contexto de conflicto permanente, la tortura por parte de las autoridades israelíes es un escenario común y documentado, aunque totalmente impune.
El Comité Público contra la Tortura en Israel (PCATI, por sus siglas en inglés), fundado en 1990, es claro al respecto. "Definitivamente, existe la tortura en Israel", asevera, y detalla métodos de tortura denunciados por presos -palestinos o no- como "privación de sueño, exposición a calor y frío extremos, amenazas, acoso sexual y humillación basada en la religión". Habla de "tratos inhumanos, crueles y degradantes" por parte de la Policía y de los funcionarios de prisiones hebreos.
"La impunidad de las fuerzas de seguridad de Israel es prácticamente total en casos de presuntas torturas"
Desde 2001 hasta 2022, PCATI, que da apoyo legal a los presos, contabilizaba 1.400 denuncias por torturas bajo custodia en Israel, sobre todo durante interrogatorios policiales. Sin embargo, solo han prosperado tres investigaciones criminales y, por el momento, ninguna sentencia condenatoria.
Faltan pruebas, ya que la mayoría de los interrogatorios no son grabados en vídeo, explicaba a Público en una reciente visita a Madrid Tal Steiner, abogada y directora ejecutiva de PCATI. Denunciaba que algunos de estos procesos judiciales han llegado a durar 97 meses sin dar resultados y que el promedio de duración de este tipo de casos judiciales es de 44 meses. "La impunidad de las fuerzas de seguridad de Israel es prácticamente total en estos casos de presuntas torturas", sentenciaba.
Entre los presos palestinos liberados durante la pasada semana hay una gran cantidad de nombres totalmente desconocidos para la sociedad israelí. El Gobierno se ha negado, por el momento, a intercambiar presos condenados por asesinato, por lo que los 240 liberados son, en su mayoría, presos con cargos leves. Hay casos más conocidos y graves de mujeres condenadas por supuestos ataques con cuchillos a oficiales judíos o por su implicación en atentados. Estos son algunos de los más conocidos.
Israa Jaabis, ¿terrorista o víctima?
Israa Jaabis, de 38 años, ha sido una de las liberaciones de mayor impacto. Con su rostro desfigurado por la quemaduras que abrasaron el 60% de su cuerpo y varios dedos amputados, esta palestina cumplía condena en Israel desde 2015. Era recibida en Cisjordania la noche del pasado lunes con una corona de flores y el abrazo de su hijo, de 15 años, que solo tenía ocho cuando fue arrestada.
Su condena era de 11 años, de los que ha cumplido más de ocho a pesar de que había solicitado en varias ocasiones su salida de prisión debido a su delicado estado de salud y la deficiente atención médica que recibía en la cárcel. Un tribunal militar israelí la condenó por atentar contra agentes de fronteras hebreos en Jerusalén haciendo explotar una bombona de gas que llevaba en su coche en 2015.
Su defensa siempre argumentó que Jaabil regresaba a su casa después de visitar la ciudad de Jericó junto a su marido, que se quedó en silla de ruedas durante los hechos. Su coche se averió cerca de uno de los innumerables controles policiales hebreos y los agentes acabaron disparando contra el vehículo al considerarlo un peligro para la seguridad.
Los disparos israelíes, según su versión, hicieron explotar la bombona y el coche. Tardó mucho tiempo en recibir asistencia médica, ya que el despliegue israelí impidió el paso de ambulancias. Sigue necesitando atención médica y teme que las autoridades israelíes no le permitan moverse libremente para recibirla en Jerusalén u otras localidades de Cisjordania.
Ahed Tamimi, símbolo de la resistencia palestina
El jueves fue liberada Ahed Tamimi, todo un símbolo de la resistencia palestina y considerada una heroína en Cisjordania. Esta activista se hizo famosa mundialmente por abofetear a un soldado israelí cuando no era más que una adolescente de 16 años. En 2017, las tropas israelíes se desplegaron en su aldea, Nabi Saleh, y no dudó en encararse, discutir y golpear a un soldado en el jardín de la casa de su familia. Fue detenida por ello y encarcelada.
No era la primera vez. En 2012, con solo nueve años, impidió la detención de su hermano, al que acusaban de lanzar piedras a los soldados israelíes. El niño tenía el brazo escayolado cuando los militares hebreos trataban de llevárselo. Tamimi le mordió la mano a uno de ellos cuando agarraba a su hermano.
La activista, de 22 años, volvió a ser detenida el pasado 6 de noviembre. Las fuerzas israelíes asaltaron su casa para llevársela junto a su padre. La razón fue una supuesta publicación suya en Instagram en la que se incitaba al asesinato de israelíes y mencionaba a Adolf Hitler. Su familia siempre ha negado que Tamimi escribiera ese mensaje, ya que sus redes sociales están intervenidas y bloqueadas por Israel.
Zeina Abdo, dos años detenida, denuncia abusos
También el jueves fue liberada la joven palestina Zeina Abdo, de 18 años, residente en Jerusalén este. Pasó ocho meses en arresto domiciliario, con solo 16 años, hasta que fue traslada a una cárcel israelí en 2021. El pasado julio fue condenada en firme a cinco meses y medio de cárcel.
Fuee detenida por sorpresa cuando iba caminando por la calle. Denunció que durante su arresto y detención fue agredida y brutalmente golpeada. Estaba acusada de "incitación en redes sociales" a la violencia. Tras los atentados del 7 de octubre fue, como han denunciado otros presos palestinos, sometida a un régimen de incomunicación y aislamiento durante 49 días en su celda. "Toda mi infancia ha pasado por la ocupación israelí y por la prisión", decía a la cadena Al Jazeera tras su liberación.
Su relato habla de falta de comida y de higiene en la cárcel, de insultos e intimidación constante y de violencia estructural, incluso de agresiones tras los atentados palestinos de octubre. "No vimos el sol... nos privaron de comida, no había colchón ni nada. Mucha de nuestra ropa fue tirada a la basura", recoge la agencia Ansa.
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