Este artículo se publicó hace 7 años.
Oriente PróximoIsrael busca blindarse del Tribunal de la Haya con una condena leve a un soldado
La sentencia de culpable de homicidio y la condena a 18 meses de prisión que ha caído sobre el sargento Elor Azaria, pone de relieve lo urgente que es que la justicia internacional intervenga con diligencia para forzar a Israel a aplicar las convenciones que le corresponden en su condición de potencia ocupante.
Eugenio García Gascón
Jerusalén-
Según distintos analistas, el sargento Elor Azaria ha sido condenado a un año y medio de privación de libertad por dos motivos: por la existencia de un video que muestra claramente que disparó contra Abdul Fattah al Sharif sin que mediara ningún peligro, y porque Israel ha querido enviar un mensaje a la Corte Penal Internacional de La Haya.
El video fue grabado por un vecino palestino del barrio donde ocurrió el incidente, en el casco antiguo de Hebrón, en la Cisjordania ocupada, con una cámara que le proporcionó la organización no gubernamental israelí B’Tselem. Las imágenes muestran que Azaria no está en peligro y que Al Sharif se halla tendido en el suelo herido e inerte y no representa ningún peligro para el gran número de soldados que hay a su alrededor.
Unos momentos antes de abrir fuego, Azaria, de 20 años, dijo a otro soldado “Este perro todavía está vivo” y “Este terrorista merece morir”, en referencia a Al Shafir, de 21 años, quien diez minutos antes había intentado apuñalar a un soldado que patrullaba la calle que une dos sectores del casco viejo de Hebrón donde viven centenares de colonos judíos.
Azaria ha sido condenado por homicidio y no por asesinato, y solo a 18 meses de privación de libertad. El último precedente similar se remonta a 2003, hace catorce años, cuando el soldado Taysir Heib fue condenado por matar al fotógrafo y activista británico Tom Hurndall. Desde entonces no se había condenado a ningún otro soldado por homicidio a pesar de que desde 2005 el ejército ha matado a más de seis mil palestinos, la inmensa mayoría civiles.
No ha pasado desapercibido el hecho de que en estos momentos la Corte Penal Internacional esté estudiando si abre una investigación por los presuntos crímenes de guerra que Israel comete en los territorios ocupados. La sentencia del tribunal militar de Tel Aviv es un mensaje a La Haya en el sentido de que Israel imparte justicia, en contra de lo que aseguran los palestinos, y no es necesario que la CPI meta su nariz en los territorios ocupados.
Solo en 2016 han muerto o han sufrido heridas de bala de los soldados israelíes más de mil palestinos. Sin embargo, según la ONG israelí Adala, en los dos años siguientes a la invasión de Gaza de 2014, “no se ha abierto ninguna investigación por sospechas de violación de las leyes internacionales (…), incluidas la muerte o las heridas causadas sobre civiles”.
Más del 99 por ciento de los casos en que se registran muertes de palestinos civiles quedan impunes. Hace un año se cerró la investigación abierta contra un coronel que mató a un niño que había arrojado una piedra contra un jeep militar. El niño fue abatido por la espalda por el coronel cuando el primero huía corriendo, según mostraba con claridad un video estático.
Información facilitada por B’Tselem señala que entre abril de 2011 y diciembre de 2015, el ejército mató a 121 civiles palestinos en la Cisjordania ocupada. Sin embargo, en ese periodo solamente un soldado fue condenado por “negligencia” después de matar a un obrero palestino desarmado en 2013.
El ejército se lo piensa mucho antes de abrir una investigación contra sus soldados. Otra ONG israelí, Yesh Din, ha documentado que en 2015 los militares abrieron 186 expedientes por presuntos abusos de soldados contra los palestinos. Son muy pocos expedientes, pero Yesh Din añade que solamente en siete de esos expedientes se terminaron aplicando “medidas disciplinarias”.
Otro dato de la misma ONG indica que durante 2015 los soldados mataron a tiros a 116 palestinos en toda Cisjordania incluida Jerusalén, pero solo se abrieron 21 expedientes. Hay que decir que la mayor parte de las víctimas son civiles y que en su inmensa mayoría no estaban armados ni representaban ningún peligro para los soldados.
Con estos antecedentes, es natural que los palestinos deseen que intervenga cuanto antes la Corte Penal Internacional, mientras que Israel se niega a recibir a juristas internacionales que desean examinar lo que está ocurriendo en los territorios ocupados.
“Es una justicia travestida”, ha dicho Hanan Ashrawi, miembro del comité ejecutivo de la OLP. “Es obvio que el sistema judicial israelí está comprometido con el racismo sistémico, la injusticia y la cultura del odio que son una plaga en la ocupación israelí”.
“La impunidad del comportamiento de Israel como Estado se extiende ahora a las acciones de sus soldados y de sus ciudadanos. La sentencia demuestra la devaluación activa de la vida humana, especialmente de las vidas de los palestinos que han sido oprimidos y son cautivos de una ocupación israelí que ya dura demasiado”, según Ashrawi.
Los sucesos que se producen continuamente, así como el apartheid que reina en los territorios ocupados, según lo han denunciado innumerables políticos, deben ser objeto de una investigación internacional. La Corte Penal Internacional tenía que haber intervenido hace mucho tiempo, tal como exigen los palestinos y otros países miembros de la ONU.
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