El segundo embalse más grande de Estados Unidos, el lago Powell, se está secando. Así lo muestran unas imágenes por satélite, difundidas desde la NASA, en las que se puede observar una clara reducción en el caudal del lago.

La presa del Cañón de Glen se inauguró en 1963 y tardó 16 años en llenarse con las aguas del río Colorado. Ahora, sin embargo, tras tres años de sequía extrema y más de dos décadas de escasez de lluvia, sus aguas agonizantes están en el nivel más bajo desde que se construyó (apenas un 26% de su capacidad). 

Se trata de una zona emblemática, no sólo por su peculiaridad orográfica, sino por ser una gran atracción turística al formar parte de la cuenca del Colorado. Además, en el lago Powell se rodó parte de El planeta de los simios. En concreto, el embalse es la localización donde llega la nave espacial con los astronautas que han viajado en el tiempo y creen estar en otro planeta. En la zona se filmaron buena parte de las secuencias de exteriores de la película. 

Ahora preocupa que la escasez de agua sobrepase la línea roja en la que deja de ser viable la generación hidroeléctrica y el consumo cotidiano, o que directamente llegue a desaparecer.

La situación no mejora si se desciende el río y se llega a la otra gran masa acuática del Colorado, el lago Mead. Pues está solo al 28% de su capacidad, con datos del pasado 22 de agosto. Así, toda la zona suroeste de EEUU está sufriendo una sequía sin precedentes. Una situación similar a la que ha vivido Europa este verano, donde el descenso del nivel del agua ha dado lugar a nuevos yacimientos turísticos al dejar al descubierto pueblos y ruinas antes inundadas. 

Para poner freno a esta situación cada vez más dramática, la Oficina Federal de Recuperación ha anunciado restricciones en el volumen de agua destinada a Arizona, Nevada y México, en la cuenca baja del río. Los recortes entrarán en vigor en 2023 y suponen reducciones de hasta un 21% menos de agua.