Bayrou conforma un gobierno continuista en Francia y recupera al exprimer ministro Manuel Valls
El Ejecutivo mantiene la fórmula de su predecesor, Michel Barnier, con gran presencia de ministros conservadores y macronistas, aunque sorprende la incorporación de Valls, que gestionará la cartera de Ultramar
Madrid--Actualizado a
El nuevo Gobierno de Francia es continuista, con François Bayrou como primer ministro. El nuevo Ejecutivo sigue la misma fórmula que el de su predecesor, Michel Barnier, con una gran presencia de ministros conservadores y macronistas, como la ex primera ministra Élisabeth Borne.
El nombramiento de Manuel Valls, ex primer ministro francés y cabeza de lista de Ciudadanos al Ayuntamiento de Barcelona en 2019, ha sido una de las grandes sorpresas, al ser recuperado para la cartera de Ultramar. Valls fue primer ministro del socialista François Hollande y posteriormente dio su apoyo a Emmanuel Macron. Ahora deberá ocuparse, entre otros asuntos, de la reconstrucción del recientemente arrasado departamento de Mayotte por culpa de un ciclón en el Índico.
El que fuera también concejal del Ayuntamiento de Barcelona estará igualmente al frente de la relación con territorios como Nueva Caledonia, que a mediados de este año vivió una grave crisis social y política.
Aunque muy alejado del actual partido socialista, este nombramiento se considera un guiño al electorado de centro izquierda, al igual que la inclusión de François Rebsamen, también exministro de Hollande y distanciado de la actual dirección, quien será el nuevo titular de Política Territorial y Descentralización.
Macron y Bayrou no llegaban a acuerdos
Bayrou quiso presentar el nuevo Gobierno “durante el fin de semana”, pero los medios franceses mencionaron puntos de bloqueo, lo que le obligó a posponer el anuncio. Tampoco ayudó que las negociaciones con el partido conservador Los Republicanos (LR), necesarias para afianzar su continuidad en el Gobierno, se alargasen; y que Bayrou y el presidente Emmanuel Macron no llegasen a un acuerdo sobre el ministro de Asuntos Exteriores.
Los miembros del Gobierno son nombrados por el presidente y los propone el primer ministro. Todos los nombramientos necesitan el visto bueno de Macron. Los retrasos han alimentado especulaciones sobre posibles desacuerdos entre el primer ministro y el presidente. Los medios franceses asumen que Macron hubiera preferido a un miembro de su partido para que ocupase el cargo, pero que Bayrou amenazó con retirarse de la coalición centrista, lo que habría debilitado aún más al presidente.
Bruno Retailleau
Varios miembros elegidos por Michel Barnier mantienen sus puestos en el nuevo Ejecutivo. En particular, el ministro del Interior, Bruno Retailleau, quien representa el ala más conservadora y más cercana a la extrema derecha, ha reiterado su voluntad de presentar una nueva ley sobre inmigración. Su presencia ha complicado la participación de la coalición progresista Nuevo Frente Popular, que se opone a las posturas del ministro de Interior en materia de inmigración y seguridad.
La composición del Gobierno muestra que Bayrou no ha podido ampliar las alianzas parlamentarias más allá de los partidos que respaldaron al anterior ministro –el bloque central con Renacimiento, Horizontes y MoDem (Movimiento Demócrata), además de los conservadores Los republicanos–. Bayrou ya había confesado su voluntad de formar un Gobierno lo más amplio posible, pero tras intentar convencer a varios miembros de las fuerzas progresistas, el primer ministro no convenció a figuras clave de los partidos de izquierda.
Olivier Faure, secretario general del Partido Socialista (PS), estuvo advirtiendo a lo largo de la última semana que cualquier miembro que aceptase entrar en el Ejecutivo sería expulsado del partido. El exministro socialista François Rebsamen en 2022 ya apoyó a Macron en su campaña para la reelección.
Los partidos progresistas amenazan con una moción
Los partidos progresistas vuelven a amenazar con una moción de censura que puede hacer caer al Gobierno francés. En especial, por la semana de conversaciones que han descrito como "decepcionantes".
El nuevo primer ministro debe llegar a un acuerdo en los presupuestos, que presentará en la Asamblea Nacional en febrero, si quiere seguir en el cargo. Esto le sucedió a Michel Barnier que no pudo escapar de una moción de censura ante una Asamblea Nacional muy fragmentada, en la que ninguno de los tres bloques principales tiene la mayoría.
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