El primer ministro francés lanza un ultimátum a los partidos moderados y la izquierda rechaza su oferta
François Bayrou afirma que hay "avances" en la formación de su Ejecutivo y adelanta que lo tendrá listo "antes de Navidad", con el objetivo de tener unos presupuestos para 2025 "a mediados de febrero".
París-
El primer ministro francés, François Bayrou, trató este jueves de acelerar la formación de su Gobierno lanzando un ultimátum de 24 horas a los partidos moderados para decidir si quieren integrarlo, pero se estrelló con la negativa de las fuerzas de izquierda.
Pese a ello, Bayrou acudió a la televisión pública France 2 para lanzar un mensaje de optimismo, señaló que hay "avances" en la formación de su Ejecutivo y dijo que lo tendrá listo "antes de Navidad", con el objetivo de tener unos presupuestos para 2025 "a mediados de febrero".
Durante tres horas, el jefe del Gobierno estuvo reunido con los líderes del centro macronista, la derecha moderada, socialistas, ecologistas y comunistas, con el fin de avanzar en la constitución de su Ejecutivo.
Bayrou había tomado la decisión de dejar fuera del encuentro a los dos partidos más extremos, la ultraderecha de Marine Le Pen y la izquierdista La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, aunque aseguró que contará con ellos "de otras maneras".
Pero a la salida del encuentro, los partidos de izquierda reiteraron su negativa a formar parte del Gabinete, al tiempo que amenazaron con votar una nueva moción de censura ante lo que consideraron una negativa de Bayrou a cambiar de rumbo político.
"No nos ha dado argumentos para que no votemos una moción de censura", aseguró el líder socialista, Olivier Faure, cuyos 66 diputados son claves para dar estabilidad al nuevo Ejecutivo.
Al igual que los líderes ecologistas, que cuentan con 38 escaños, los socialistas acusaron a Bayrou de haber acudido con una única propuesta que consideraron insuficiente, la de abrir una negociación sobre la reforma de las pensiones, adoptada el año pasado en medio de una gran convulsión social.
El primer ministro propuso abrir una conferencia social sobre esa reforma, que retrasa dos años la edad mínima de jubilación, pero no suspender su aplicación, como reclaman los partidos de izquierdas, por lo que rechazaron la oferta.
"Estamos consternados por la pobreza de lo que se nos ha propuesto", aseguró Faure, que acusó a Bayrou y a los partidos 'macronistas' de "buscar que la izquierda les dé estabilidad sin ninguna contrapartida, solo con apelaciones a la responsabilidad".
Bayrou les pidió que recapaciten y acepten ese "gesto de buena voluntad" para buscar puntos de encuentro.
El líder socialista recordó que fue la alianza de izquierdas la que ganó las elecciones legislativas de julio pasado, lo que les da legitimidad para exigir un cambio de rumbo político.
Pese a ello, el primer ministro indicó en France 2 que espera que "se lo piensen mejor" y recapaciten porque "el país está al borde del precipicio".
Bayrou, que cuenta con el respaldo de los 166 diputados macronistas, tuvo una respuesta más indulgente de la derecha moderada, cuyo líder, Laurent Wauquiez, pidió a los asistentes una tregua de seis meses para dar estabilidad al nuevo Ejecutivo, sin aclarar si su partido ingresará en el mismo.
El primer ministro mostró su deseo de que se mantenga en el Ejecutivo el actual titular de Interior, Bruno Retailleau, representante del ala más conservadora de la derecha y muy criticado por los partidos de izquierda.
"En los tres meses que lleva en el cargo ha mostrado orientaciones que responden a lo que necesitamos", indicó Bayrou.
Pese a todas las complicaciones, el primer ministro apeló a la responsabilidad de los dirigentes políticos para dar estabilidad a su Gobierno y evitar una suerte similar a la de su antecesor, el conservador Michel Barnier, tumbado por una moción de censura el pasado día 4, tres meses después de su nombramiento.
A diferencia del exnegociador del Brexit, que contaba con encontrar la estabilidad en la extrema derecha, que acabó traicionándole, Bayrou espera apoyarse en los partidos más moderados, pero no ha logrado convencer a los de izquierda.
Estos afrontan, al tiempo, la presión de su aliado parlamentario LFI, contrario a todo diálogo con el primer ministro y que exige la dimisión del presidente, Emmanuel Macron, a quien considera responsable de la situación de bloqueo en Francia.
"Que nuestros socios dejen de hacer novillos. Es hora de que vuelvan a casa: oposición sin concesiones y moción de censura sin perder tiempo en debates sin salida", dijo Jean-Luc Melénchon, líder del LFI, en un mensaje en la red social X destinado a socialistas, ecologistas y comunistas.
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