Al menos 12 personas han fallecido este jueves a causa de un atentado con explosivos en el interior de una mezquita chií en el norte de Afganistán. Así lo indica el último balance de víctimas, donde también refleja que han resultado heridas otras 35 personas en este nuevo ataque dirigido a la minoría musulmana durante pleno ramadán.

"Hasta ahora, 12 personas murieron y 35 resultaron heridas, de las cuales ocho se encuentran graves", asegura Ghousuddin Anwari, director del Hospital regional Abu Ali Sina.

Según el director provincial de Información y Cultura, Molavi Mohammad Norani, el atentado ha tenido lugar durante el rezo del mediodía en la mezquita chií de la ciudad de Mazar-e-Sharif y capital de la provincia de Balkh. La Policía de la localidad ha confirmado que el número de fallecidos y heridos coincide con que "todas las víctimas son fieles" chiíes de la mezquita.

Las imágenes del ataque, difundidas en las redes sociales, muestran varios cuerpos en el suelo alfombrado de la mezquita. Las columnas y las paredes blancas también presentan salpicaduras de sangre.

Se trata de la segunda jornada de atentados significativos contra la minoría musulmana chií en Afganistán. Varias explosiones en dos centros educativos provocaron este martes 19 de abril al menos seis muertes y 25 heridos en el barrio de la minoría islámica Dashte Barchi, en el oeste de Kabul.

Sin embargo, los activistas han reivindicado que el número de víctimas es bastante superior a las mencionadas por los fundamentalistas, aunque, sin ofrecer un balance preciso. Por el momento, ningún grupo ha reclamado la autoría de los atentados, aunque el foco se dirige al grupo yihadista, Estado Islámico, el cual considera a los civiles chiíes como apóstatas respecto a la religión musulmana.

Violación de derechos humanos

El relator especial de la ONU en materia de la situación de derechos humanos en Afganistán ha denunciado a través de la red social de Twitter el nuevo atentado al señalar que "la comunidad hazara fue víctima" de la violencia. Bennett considera que "los ataques selectivos sistemáticos contra escuelas y mezquitas abarrotadas deben recibir una inmediata investigación, buscar a los responsables y poner fin a tales violaciones de los derechos humanos".

Durante dos viernes consecutivos, la comunidad chií también sufrió dos ataques en octubre del año pasado dentro de la provincia de Kunduz, en la meridional de Kandahar. Los atentados causaron entre 60 y 80 personas fallecidas, y más de un centenar de heridos.

El colectivo chií hazara vivió uno de sus peores atentados en la capital afgana en mayo del año pasado, tras un ataque a una escuela femenina que dejó 110 muertos, en su mayoría niñas, y 290 heridos.

"Un ataque condenable" contra minorías étnicas y religiosas

Amnistía Internacional también condena el atentado contra la población civil chií que "pone de manifiesto la violencia que el pueblo afgano sigue sufriendo en su vida cotidiana". La organización denuncia los atentados con explosivos, sobre todo, en escuelas como "un ataque condenable" contra las minorías religiosas y étnicas.

AI ha señalado que "los talibanes, como autoridades de facto, no protegen del daño a los civiles, especialmente, a las personas de grupos étnicos y religiosos minoritarios". Por ello, la plataforma condena la violencia realizada a través de explosivos por parte de los "talibanes", a quienes acusa de haber impedido informar a los medios de comunicación respecto al ataque.